¡°Esto es una tortura psicol¨®gica¡±
Familiares de republicanos enterrados en el Valle de los Ca¨ªdos, muchos de ellos ancianos, relatan sus a?os de lucha para recuperar los restos
Cuando le preguntan a Mercedes Abril, de 88 a?os, c¨®mo est¨¢, dice: ¡°Estoy esperando¡±. ¡°Diez a?os desde que empec¨¦ a moverlo y antes de eso, toda la vida¡±. Con ¡°moverlo¡±, se refiere a tratar de recuperar los restos de su padre una vez que supo que hab¨ªa sido trasladado al Valle de los Ca¨ªdos sin el consentimiento familiar, como muchos otros republicanos. ¡°Toda la vida¡± es desde los tres a?os, cuando en septiembre de 1936 la Guardia Civil se llev¨® a Rafael Abril, socialista, jefe de la estaci¨®n de Clar¨¦s de Ribota (Zaragoza), y aquella ni?a no lo vio m¨¢s. Le hab¨ªa denunciado un cura, quien le acusaba, entre otras cosas, de no haberse casado por la iglesia. Eusebia, que s¨ª era su esposa, ten¨ªa entonces 27 a?os y estaba a punto de dar a luz. El beb¨¦ solo vivi¨® 10 d¨ªas. Ella s¨ª tuvo una vida larga, pero dura. ¡°Muri¨® a los 101 y el d¨ªa antes¡±, recuerda Mercedes, ¡°me dijo cu¨¢nto le gustar¨ªa que se pudieran recuperar los restos. Yo le promet¨ª hacer todo lo posible para enterrar a mi padre con ella. Y en eso estoy¡±.
La decisi¨®n del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de levantar las medidas cautelares que han impedido hasta ahora intentar satisfacer la ¨²ltima voluntad de Eusebia y de otras 103 familias, ha puesto ¡°contenta¡± a Mercedes, pero enseguida a?ade: ¡°No me f¨ªo. Cuando lo vea lo creer¨¦. Son muchos a?os y cuando parece que ya se va a hacer siempre surge alg¨²n problema. Ahora los que se oponen a las exhumaciones dicen que nos atengamos a las consecuencias. Yo no temo a las amenazas, pero al tiempo s¨ª¡±.
A Manuel Lape?a, que en 2016 consigui¨® que una sentencia reconociera su derecho a recuperar los restos de su padre y su t¨ªo del Valle de los Ca¨ªdos, se le acab¨® el tiempo. Ten¨ªa 12 a?os cuando se los llevaron para matarlos con unos d¨ªas de diferencia y muri¨® el pasado septiembre, a los 97. En alg¨²n momento entre esos ¡°problemas¡± que relata Mercedes y que han retrasado una y otra vez las exhumaciones en las criptas del mausoleo, Manuel perdi¨® la memoria. Su hija Purificaci¨®n recuerda que ¡°cuando se le empez¨® a ir la cabeza¡±, repet¨ªa constantemente la ¨²ltima conversaci¨®n que hab¨ªa tenido con su padre. ¡°Me contaba: ¡®Tu abuelo me dijo que no me preocupara, que no le iban a hacer nada porque ¨¦l no hab¨ªa hecho nada. Sal¨ª a esperarlo a la puerta de casa, pero nunca volvi¨®¡¡±.
Silvino Gil: ¡°Ya no queda nadie. Solo yo. Y eso duele¡±
A Purificaci¨®n le gustar¨ªa poder enterrarlos juntos, pero, al igual que Mercedes, no se f¨ªa. ¡°Siempre surge alg¨²n impedimento. Llevamos 12 a?os con esto¡±. Buscaron a Manuel y a Rafael Lape?a por fosas comunes hasta que gracias a un historiador descubrieron, con horror, que los restos hab¨ªan sido trasladados al monumento franquista. Su marido, Miguel ?ngel Capap¨¦, presidente de la Asociaci¨®n por la Recuperaci¨®n e Investigaci¨®n Contra el Olvido, ARICO, se dirige a los responsables del ¨²ltimo retraso, asociaciones profranquistas y antimemorialistas que presentaron recursos en cascada en los juzgados para impedir las exhumaciones: ¡°Hemos visitado dos veces las criptas acompa?ados por forenses. En uno de los niveles de enterramientos que vimos, las cajas de madera estaban podridas y los huesos, mezclados. Quieren parar esto por un inter¨¦s pol¨ªtico. Les da exactamente igual c¨®mo est¨¦n los restos¡±. El plan de la secretar¨ªa de Estado de Memoria democr¨¢tica prev¨¦, adem¨¢s de tratar de identificar a las v¨ªctimas que reclaman las familias, adecentar los columbarios del Valle de los Ca¨ªdos, que hoy es la mayor fosa com¨²n de Espa?a, con m¨¢s de 33.800 enterrados, el equivalente a la ciudad de Teruel.
Fausto Canales, de 88 a?os, fue uno de los pioneros. Recita de carrerilla todos los pasos que ha ido dando desde 2007 para tratar de recuperar los restos de su padre, Valerico, y de su t¨ªo, Victorino: la providencia de la Audiencia Nacional autorizando las exhumaciones en el Valle, que fue anulada; la querella argentina contra los cr¨ªmenes del franquismo; el expediente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Canales Bermejo contra Espa?a¡ Y luego, la v¨ªa administrativa: cuando le concedieron el permiso para recuperar a su t¨ªo, pero no su padre; cuando por fin se lo dieron; cuando el Gobierno aprob¨® la partida para intervenir en las criptas y una cascada de recursos judiciales lo fren¨®. ¡°Son 20 a?os peleando. Ahora hay voluntad pol¨ªtica, pero tambi¨¦n fuerzas poderosas intentando torpedearlo. A esa gente le dir¨ªa que esto es, sobre todo, un asunto de humanidad. Somos gente normal pidiendo algo normal: enterrar a nuestros seres queridos con dignidad, donde queramos. Y les dir¨ªa que mi madre, Virgilia, ten¨ªa 30 a?os cuando mataron a su marido y que desde entonces hasta que muri¨®, a los 99, fue incapaz de hablar de ¨¦l sin llorar. Nunca se volvi¨® a casar¡±. Por ella y porque est¨¢ convencido de que la suya es ¡°una causa justa¡±, nunca en todo esto tiempo se ha permitido desanimarse. ¡°Prefiero pensar en esos triunfos ¨ªntimos, peque?os, que ha habido en el camino y confiar en que esto pueda hacerse antes de que la derecha vuelva a gobernar¡±.
Silvia Navarro: ¡°Me crie en Alemania y all¨ª es inconcebible algo as¨ª. Nadie discutir¨ªa esto¡±
Porque ya no solo les preocupan los tiempos biol¨®gicos, sino los pol¨ªticos. Silvia Navarro, presidenta de la Asociaci¨®n de Familiares Pro Exhumaci¨®n de los Republicanos enterrados en el Valle, y sobrina nieta de uno de ellos, Jos¨¦ Antonio Marco Viedma, recuerda que en 2011 el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero present¨® el informe del Comit¨¦ de Expertos sobre el Valle cuando ya hab¨ªa perdido las elecciones. ¡°Mariano Rajoy lo meti¨® en un caj¨®n y si esto sigue demor¨¢ndose y gana el PP podemos volver al mismo sitio. Aunque no deber¨ªa ser un asunto de derechas o izquierdas. Yo me crie en Alemania y all¨ª es inconcebible algo as¨ª, nadie discutir¨ªa esto. Cuando nos recibi¨®, el presidente de Patrimonio Nacional durante el Gobierno de Rajoy, Jos¨¦ Rodr¨ªguez-Spiteri, nos dijo que entend¨ªa perfectamente nuestras reivindicaciones y que estaba estudiado que los traumas de una guerra civil duran cinco generaciones. A los que se oponen les dir¨ªa que aflojen. Hay familiares que ya no pueden aguantar m¨¢s. Qu¨¦ menos que un se?or de 100 a?os, que son los que tiene uno de los hijos de los hermanos Cansado, pueda recuperar lo que queda de su padre. Tuvieron infancias muy duras, marcados toda la vida. Esta espera es una tortura psicol¨®gica. ?Por qu¨¦ quieren prolongarla?¡±
¡°Tenemos prisa¡±, insiste Silvino Gil, de 86 a?os, que reclama los restos de su padre. ¡°Ten¨ªan que haberlo hecho antes, cuando a¨²n quedaban vivos m¨¢s familiares y amigos suyos. Ahora ya no queda nadie, solo yo. Y eso duele¡±.
El abogado Eduardo Ranz, que logr¨® la sentencia favorable para la familia Lape?a hace seis a?os, lamenta que a¨²n no se haya cumplido. Celebra el ¨²ltimo auto del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y urge a ¡°no perder m¨¢s tiempo¡±. ¡°Unas medidas cautelares suelen resolverse en 15 o 20 d¨ªas y en este caso han tardado ocho meses. Ese ¨²ltimo auto da esperanza a las familias. Esperamos que se resuelva lo antes posible para poder cerrar una herida que lleva sangrando 80 a?os¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.