Gri?¨¢n, 13 a?os en busca del porqu¨¦
El Tribunal Supremo ha confirmado su condena a seis a?os de c¨¢rcel y 15 de inhabilitaci¨®n absoluta por malversaci¨®n y prevaricaci¨®n continuadas
Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n cumpli¨® 76 a?os el mes pasado. Llevaba 13 pendiente de un fallo definitivo que al fin ha hecho p¨²blico este martes el Tribunal Supremo. Ni cuando fue imputado por primera vez en el caso de los ERE, en septiembre de 2013, ni ahora mismo, cuando la ¨²ltima instancia judicial ha confirmado su condena a seis a?os de c¨¢rcel y 15 de inhabilitaci¨®n absoluta por malversaci¨®n y prevaricaci¨®n continuadas, ha encontrado respuesta a una pregunta que se ha hecho millones de veces: por qu¨¦ se le acusa; por qu¨¦ se le condena.
Esos interrogantes lo han martirizado durante m¨¢s de una d¨¦cada porque Gri?¨¢n es una persona a la que hay que convencer con datos y con hechos, y ¨¦l no encuentra explicaci¨®n a una situaci¨®n judicial que ha vivido como una tragedia. ¡°No es que crea en mi inocencia, es que s¨¦ de mi inocencia¡±, dijo en una entrevista a Efe en marzo.
Por encima de todas las cosas, se considera un servidor p¨²blico. Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla e inspector de Trabajo, Gri?¨¢n fue viceconsejero de Trabajo con Rafael Escuredo en el primer Gobierno andaluz; consejero de Salud con Manuel Chaves en 1990; ministro de Trabajo y de Sanidad con Felipe Gonz¨¢lez, desde 1992 a 1996, y consejero de Econom¨ªa y Hacienda de 2004 a 2009. Es por su etapa en esta consejer¨ªa por la que fue juzgado. En 2009, asumi¨® la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa en sustituci¨®n de Chaves, cargo del que dimiti¨® en 2013. En un primero momento, explic¨® su renuncia para provocar un relevo generacional en el PSOE (pas¨® el testigo a Susana D¨ªaz), aunque despu¨¦s asegur¨® que lo hizo para ¡°preservar a la Junta de la erosi¨®n¡± del caso de los ERE. Tambi¨¦n ocup¨® la secretar¨ªa general del PSOE andaluz (2010-2013) y fue presidente federal del partido (2012-2014).
En su libro autobiogr¨¢fico Cuando ya nada se espera (Galaxia Gutenberg), Gri?¨¢n relata en el ep¨ªlogo dedicado a su hijo mayor estos a?os. Y su estremecimiento cuando ley¨® el fallo: ¡°Qued¨¦ conmocionado no tanto por el castigo como por mi incapacidad para comprender las razones aducidas por los jueces. No se me condenaba por actuaciones concretas, sino, seg¨²n se dec¨ªa en la sentencia, por inacci¨®n. Toda la imputaci¨®n de mi culpabilidad se apoyaba en un continuado juicio de inferencias (¡±tuvo que conocer¡±, ¡°es impensable que no conociera¡±), lo que me dejaba en una posici¨®n imposible, ya que me enfrentaba no a unos hechos probados, sino a una opini¨®n del tribunal¡±.
Cuando ¨¦l y Chaves fueron imputados, asegura que pasaron a ser ¡°cad¨¢veres pol¨ªticos que nadie querr¨ªa tener en su armario¡ Sab¨ªamos que ten¨ªamos que oscurecernos hasta la casi desaparici¨®n¡±. Son 13 a?os en los que ha sufrido ¡°los efectos de una condena sin la firmeza de una sentencia¡±. Y a?ade: ¡°No solo he padecido olvidos; tambi¨¦n acusaciones y ofensas personales, miradas insolentes, gestos de desprecio, frases en voz alta para hacerse intencionadamente audibles, insultos o burlas¡±.
Al expresidente Gri?¨¢n, a diferencia de Manuel Chaves, condenado a una pena de inhabilitaci¨®n para ocupar cargo p¨²blico, la Audiencia de Sevilla le impuso seis a?os de prisi¨®n por malversaci¨®n, un fallo que ahora el Supremo ha confirmado. En estos dos a?os y siete meses de espera de la sentencia definitiva, algunos cre¨ªan que lo animaban dici¨¦ndole que a ¡°su edad¡± eludir¨ªa la c¨¢rcel, pero era una frase que le hund¨ªa a¨²n m¨¢s en su abatimiento.
En realidad, Gri?¨¢n a¨²n no comprende por qu¨¦ se sent¨® en el banquillo de los acusados por mantener un procedimiento administrativo (la transferencia de financiaci¨®n) para conceder ayudas para la prejubilaci¨®n de 6.000 trabajadores, algunas de las cuales se siguen pagando por el Gobierno actual. En el juicio oral en la Audiencia Provincial de Sevilla, ¨¦l mismo insisti¨® ante el tribunal que ¡°el cr¨¦dito no delinque nunca¡±. Era su forma de decir que el mal uso de la partida de los ERE estaba en c¨®mo se gestion¨® el gasto desde la Consejer¨ªa de Empleo. Tampoco entiende que el que fuera interventor general de la Junta quedara absuelto cuando ¡°jam¨¢s¡± le envi¨® un informe de actuaci¨®n alertando de menoscabo de fondos p¨²blicos. Pero el interventor s¨ª rubric¨® 15 informes en los que advert¨ªa del uso inadecuado de las transferencias de financiaci¨®n y de que las ayudas prescind¨ªan de ¡°forma total y absoluta del procedimiento administrativo establecido¡±.
Como admite Gri?¨¢n en su libro, ¨¦l y Chaves se convirtieron en personas muy molestas para el PSOE. En privado han recibido el cari?o y el apoyo de muchos dirigentes del partido, pero se les ha intentado invisibilizar. Salvo Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en la pasada campa?a electoral, nadie reivindic¨® los 19 a?os de la presidencia de Chaves en la Junta de Andaluc¨ªa ni los cuatro de Gri?¨¢n.
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