La pol¨¦mica persecuci¨®n de las gaviotas en Gij¨®n: el Ayuntamiento desmantela los nidos y los ecologistas se alarman
El Consistorio retira desde junio anidaciones y polluelos de estas aves por los problemas que generan, pero no tiene en cuenta que est¨¢n en declive al haber sido desplazados de su h¨¢bitat
Una gaviota no necesita tenedor y cuchillo para engullir un cachopo en una terraza de Gij¨®n. La estampa de estas aves abalanz¨¢ndose sobre los platos de los comensales es recurrente en la ciudad, que como otras urbes costeras ve c¨®mo estos animales han cambiado su h¨¢bitat natural en los acantilados, en busca de comida f¨¢cil en el mar de asfalto. El Ayuntamiento (PSOE) trata de controlar el aumento de gaviotas en la localidad destruyendo nidos, huevos y polluelos, mientras los ecologistas advierten: el n¨²mero de ejemplares ha descendido en general, m¨¢s all¨¢ del desplazamiento a las urbes, pese al ¡°alarmismo social¡± por verlas revolotear sobre los bares o posadas en los tejados gijoneses.
El Consistorio ha retirado entre abril y julio, ¨¦poca reproductiva del animal, hasta 762 nidos tras revisar 1.051 tejados, de donde eliminaron 1.780 polluelos y huevos puestos por la gaviota patiamarilla. Jes¨²s Fern¨¢ndez, jefe de servicio de calidad y vigilancia ambiental del Ayuntamiento, detalla que tienen cifradas unas 750 parejas de gaviotas en Gij¨®n y que lo ¡°sostenible¡± ser¨ªa tener la mitad. ¡°Llevamos desde 1995 haciendo estas campa?as, pero en 2021 no se ejecutaron por cuestiones administrativas y se nota la sobrepoblaci¨®n¡±, sostiene Fern¨¢ndez, que habla de una cifra nunca alcanzada en 25 a?os.
El mando municipal ha doblado el equipo ¡ªdos t¨¦cnicos, un veterinario y un bi¨®logo¨D para atender las llamadas de particulares o de comunidades de vecinos que tienen un nido en el inmueble. Las razones que sostiene el empleado municipal sobre los porqu¨¦s de que esta especie costera se instale en Gij¨®n y no en acantilados la comparte Gonzalo Pardo, secretario del comit¨¦ de rarezas de la asociaci¨®n SEO/Birdlife: ¡°Las gaviotas son listas¡±. Por tanto, han visto que con los humanos sus huevos no corren peligro.
Adem¨¢s, disponen de basura abundante de la que comer, as¨ª como de sabrosas sobras o platos en las mesas exteriores de los restaurantes para comensales despistados, sin tener que cernirse sobre peces o crust¨¢ceos del Cant¨¢brico o lombrices y anfibios de las marismas asturianas. Los nidos, protegidos entre los tejados, suponen una vivienda mucho mejor que elaborarlos entre recovecos de desfiladeros, donde los depredadores acechan, hambrientos. Comodidad, seguridad y alimento entre edificios y sem¨¢foros.
Reducci¨®n en la costa espa?ola
El experto en ornitolog¨ªa esgrime que el ¡°alarmismo social¡± lleva a decisiones pol¨ªticas da?inas sobre ejemplares ¡°quiz¨¢ pronto amenazados¡±, pues cita un estudio de este a?o de la Universidad de Donosti, que destaca que en las costas espa?olas se ha reducido notablemente, entre el a?o 2000 y 2021, el n¨²mero de gaviotas patiamarillas. El an¨¢lisis muestra que la cantidad ha menguado entre un 30% en Galicia y casi un 80% en Baleares, un ¡°cambio de tendencia¡± respecto al ritmo alcista de las d¨¦cadas previas.
¡°La gente es responsable por los residuos del casco urbano, muchas veces no se recogen bien y las gaviotas no son tontas, lo aprovechan como nosotros coger¨ªamos la comida si la ponen en un plato a la puerta¡±, destaca Pardo, que cree ¡°cruel y un sacrificio brutal¡± eliminar animales porque molesten. ¡°Las m¨¢s de 100.000 parejas de personas en Gij¨®n les molestan m¨¢s a ellas que las 750 parejas de aves a nosotros¡±, remata. El cargo p¨²blico indica que el m¨¦todo m¨¢s eficaz para controlarlas es el que est¨¢n aplicando en territorio gijon¨¦s, si bien el representante de SEO/Birdlife lo rebate: ¡±Las gaviotas viven en las ciudades porque nosotros les quitamos los sitios donde criaban, edificamos sobre sus colonias de cr¨ªa y se tienen que desplazar¡±.
La ¡°complicada¡± intervenci¨®n contra las gaviotas, explica Fern¨¢ndez, choca con la agresividad que pueden mostrar estas cuando se invaden los lugares donde anidan, pues llegan a atacar a ni?os si ven un bocadillo apetecible. Los gijoneses con ¨¢ticos, se?ala, sufren la furia de estos ejemplares cuando protegen a sus polluelos o huevos, esos que el Ayuntamiento retira si recibe la llamada de alerta de la presencia en esos tejados. El plan municipal incluye hacer segundas y terceras visitas para detectar si las indeseadas inquilinas han creado otro nido y, en ese caso, suprimirlo tambi¨¦n, con la esperanza de que busquen acomodo fuera de Gij¨®n, ubicada en pleno mar.
Las caracter¨ªsticas de estos animales, mucho menos gregarias que las palomas, dificultan que se puedan eliminar caz¨¢ndolos. Tampoco funciona la cetrer¨ªa, pues otros ayuntamientos o aeropuertos recurren a halcones o rapaces similares para asustar o reducir la sobrepoblaci¨®n de palomas. Las gaviotas, mucho m¨¢s individuales, despliegan sus alas para seguir planeando en busca de sustento, una vez han constatado la calidad de vida que les ofrece coexistir con esos humanos que, tras atraerlas a las urbes con sus h¨¢bitos, ahora intentan erradicarlas.
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