El Congreso da v¨ªa libre a tramitar los Presupuestos y afianza el bloque de investidura
La derecha y el independentismo duro fracasan en su intento de devolver las cuentas al Gobierno
Contra el viento de la pandemia y contra la marea de la guerra, contra el asedio implacable de la derecha y contra sus propias ¡ªy frecuentes¡ª reyertas familiares. El llamado bloque de investidura ha aguantado en pie durante casi tres a?os, ha superado sus altibajos y este jueves ha ofrecido una nueva muestra de solidez en el Congreso, al dar luz verde a la tramitaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado, los terceros del Gobierno de coalici¨®n y los ¨²ltimos de la legislatura. A¨²n quedan semanas de negociaciones del Ejecutivo para atender las demandas de sus aliados y aprobar definitivamente las cuentas antes de final de a?o, pero el debate sobre el primer y decisivo tr¨¢mite se solvent¨® en un clima conciliador entre los grupos de la mayor¨ªa.
La votaci¨®n de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos reprodujo de nuevo la fotograf¨ªa de la correlaci¨®n de fuerzas en el Congreso, claramente favorable al Gobierno. De un lado, los 186 votos en contra de bloquear las cuentas que sumaron las dos formaciones del Ejecutivo, junto a ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, M¨¢s Pa¨ªs, Comprom¨ªs, BNG, Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Teruel Existe. Las enmiendas a la totalidad ¡ªque se votan agrupadamente¡ª sumaron 159 apoyos, provenientes del flanco derecho ¡ªPP, Vox, Ciudadanos y regionalistas asturianos y navarros¡ª y de la versi¨®n m¨¢s beligerante del independentismo catal¨¢n: Junts y CUP. En medio, tres abstenciones, de las dos diputadas de Coalici¨®n Canaria y del ¨²nico de Teruel Existe, grupos ambos que se han abierto a negociar tambi¨¦n un posible respaldo en el tr¨¢mite final.
Despu¨¦s de tres a?os, el debate presupuestario entre el Gobierno y sus aliados ya ha adquirido la forma de un ritual en el Congreso. Los grupos nacionalistas advierten de que su renuncia a bloquear las cuentas no es un cheque en blanco y que a¨²n quedan muchas cosas por negociar para arrancar su respaldo final. El Gobierno dice que toma nota de los avisos, reparte buenas palabras y se felicita por haber superado otra prueba de estabilidad para el que se supon¨ªa el Gabinete m¨¢s inestable de la reciente historia democr¨¢tica.
El guion no vari¨® en nada este jueves. Los grupos que sostienen al Ejecutivo desde fuera se esforzaron por hacer valer su gesto de dejar pasar los Presupuestos. El m¨¢s expresivo fue Joan Margall, de ERC, quien afirm¨®: ¡°Ten¨ªamos motivos para presentar enmienda a la totalidad, pero apostamos por la responsabilidad¡±. Margall esgrimi¨® una serie de objeciones desde la izquierda ¡ªel aumento del gasto militar y la ausencia de medidas, seg¨²n ¨¦l, que vayan ¡°a la ra¨ªz de las desigualdades¡ª y desde el independentismo. Sobre esto ¨²ltimo, el diputado de ERC no se refiri¨® expresamente a la reforma del delito de sedici¨®n para rebajar las penas que pesan a¨²n sobre dirigentes independentistas catalanes, aunque utiliz¨® una f¨®rmula habitual, la denuncia de que sigue habiendo ¡°represaliados¡± por el proc¨¦s.
La ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, no se anduvo con tantos rodeos y asegur¨® la disposici¨®n del Gobierno a acometer esa reforma legal, aunque al margen de la negociaci¨®n presupuestaria. Montero fue tan di¨¢fana que acab¨® meti¨¦ndose en un l¨ªo. Se vio obligada a matizar sus palabras m¨¢s tarde en los pasillos, despu¨¦s de que el PP amenazase con romper las negociaciones sobre la renovaci¨®n del Poder Judicial si se toca el delito de sedici¨®n.
El PNV se mostr¨® menos cr¨ªtico que ERC. Su diputada Idoia Sagastizabal revel¨® que las relaciones de su grupo con el Gobierno ¡°no pasaban por su mejor momento¡±, pero que el acuerdo alcanzado la semana pasada para ampliar la ley del cupo fiscal vasco ha permitido ¡°recobrar parte de la confianza perdida¡±. Sus demandas se van a centrar ahora en reclamar m¨¢s inversiones.
El otro grupo vasco, EH Bildu, tambi¨¦n present¨® sus reclamaciones y aprovech¨® para distanciarse de la estrategia del PNV, con quien comparte su condici¨®n de aliado del Gobierno y al mismo tiempo compite por el electorado nacionalista. ¡°Nosotros no vamos a pedir nunca dinero para grandes infraestructuras, nosotros queremos arrancar avances sociales reales¡±, manifest¨® el diputado Oskar Matute, quien consider¨® insuficientes las ¨²ltimas medidas del Gobierno: ¡°No basta con decir que se da un giro a la izquierda, hay que demostrarlo con firmeza ante los poderosos¡±.
El aumento del gasto militar, que ya en su d¨ªa provoc¨® fricciones en el Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, es una de las principales cr¨ªticas desde las bancadas m¨¢s a la izquierda. Pero, m¨¢s all¨¢ de los reproches, ni ERC ni Bildu lo plantearon como un obst¨¢culo insalvable. Y la ministra intent¨® tranquilizarlos asegurando que esas partidas se han aislado y, por tanto, no se sufragar¨¢n a costa de reducir otros gastos.
El debate de los Presupuestos es la gran cita del a?o para la ministra de Hacienda, que no regatea esfuerzos y tampoco se distingue por su continencia verbal. El mi¨¦rcoles, en la primera jornada, entre discurso y r¨¦plicas consumi¨® m¨¢s de seis horas y 40 minutos hablando. Cuando finaliz¨®, cerca de las 22.30, estaba af¨®nica. Este jueves a¨²n no se hab¨ªa recuperado, pero fue aguantando a base de caramelos y no dej¨® a nadie sin r¨¦plica. El otro personaje de la jornada fue Patxi L¨®pez, que se estrenaba en un gran debate como portavoz socialista y lo sald¨® con un ¨¦xito apote¨®sico entre sus filas. L¨®pez enardeci¨® a sus compa?eros con un dur¨ªsimo discurso contra el PP, al que compar¨® con los ¡°cuatro jinetes del Apocalipsis¡±, y un elogio a la aportaci¨®n de los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez, en v¨ªsperas de que se cumplan 40 a?os de la llegada del PSOE al poder.
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