Una hora bajo las balas en Argamasilla: ¡°Puse mi coche de parapeto entre el francotirador y un herido que se desangraba¡±
Un agente que particip¨® en el despliegue para detener a un hombre atrincherado en Ciudad Real relata c¨®mo protegi¨® a sus compa?eros. Vio como uno de los disparos mataba a un compa?ero de la Polic¨ªa Local
Hasta un inspector de Polic¨ªa que ya ha visto de todo tiene que esforzarse para contener las l¨¢grimas. Han fallecido un compa?ero, Alejandro Congosto, y un agricultor. Pero pudieron haber muerto m¨¢s (hay otro polic¨ªa y un guardia civil heridos) si entre todos no hubieran colaborado para protegerse de las balas que sin pausa dispar¨® el francotirador que, el pasado mi¨¦rcoles, abri¨® fuego desde su casa de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real, 5.900 habitantes) contra todo y todos los que se acercaban a la parcela, tras dejar herido a su padre y atrincherarse en la casa con un arma de gran potencia. Jos¨¦ Antonio Moreno, de 61 a?os, trata de mantener la frialdad para contar c¨®mo condujo en l¨ªnea recta hacia el asesino, siempre bajo el fuego, solo en todoterreno policial que acab¨® acribillado. ¡°Vi el disparo en la cabeza que mat¨® al polic¨ªa¡±, afirma. Tras este tipo de sucesos violentos, las noches son especialmente duras porque las im¨¢genes le vuelven a la cabeza, confiesa. Tardar¨¢ en olvidar lo que vio ese mi¨¦rcoles.
El inspector, jefe de Seguridad Ciudadana de Puertollano (Ciudad Real, 47.000 habitantes), atiende en su despacho de la comisar¨ªa de la localidad. All¨ª se encontraba el pasado mi¨¦rcoles cuando, sobre las 10 de la ma?ana, empezaron a sonar los tel¨¦fonos. Las llamadas advert¨ªan de que un hombre se hab¨ªa atrincherado en una finca de Argamasilla, a 15 minutos en coche, y disparaba indiscriminadamente desde all¨ª.
Un equipo liderado por Moreno sali¨® para el lugar del tiroteo. En esa carretera provincial de entrada al pueblo se encontraron una escena inaudita: dos polic¨ªas locales y dos guardias civiles permanec¨ªan tumbados en el piso para intentar protegerse de los balazos que descerrajaba un individuo.
Al fondo, una persona ensangrentada se arrastraba para intentar huir de la muerte. Jos¨¦ Luis El Bonito se arrastraba a trav¨¦s de unas tierras en barbecho para alejarse de la casa a la que hab¨ªa acudido para intentar mediar entre Alfonso Lamas, el francotirador, y su padre, de su mismo nombre, a quien el v¨¢stago hab¨ªa agredido por una discusi¨®n sobre su trabajo en el campo. Su vecino se acerc¨® y recibi¨® los escopetazos de Lamas, que empez¨® a tirotear contra todo lo que se mov¨ªa con el arma de su padre, con un alcance efectivo de hasta un kil¨®metro.
Moreno ten¨ªa poco tiempo y mucha presi¨®n. Primero llam¨® a Puertollano para que le trajeran un todoterreno para poder avanzar sin temor a atrancarse. Una vez lleg¨®, se dirigi¨® en solitario, de frente, hacia el asesino. ¡°Tuve que conducir agachado, de lado, porque me pod¨ªa matar, no paraba de disparar¡±, recuerda el uniformado. Como exmiembro de los GOES (grupos operativos especiales), con los que ha participado en m¨²ltiples episodios cr¨ªticos, supo mantener la calma y mantener el coche de frente, con el objetivo de que las balas, de un calibre que pod¨ªa atravesar las puertas del veh¨ªculo, chocaran ¡°contra el bloque motor¡±.
Siguiente objetivo, proteger ese espacio: ¡°Puse el coche de parapeto entre el francotirador y un hombre que se desangraba¡±. Al labrador le hizo un torniquete para aliviar la hemorragia, y abri¨® ¡°fuego de cobertura¡± contra el tirador. Esta maniobra permiti¨® que los dem¨¢s compa?eros llegaran desde detr¨¢s y ayudaran al hortelano, aunque no pudieron salvarle la vida. Los restos de sangre a¨²n hoy se ven en esas tierras junto a la calzada.
Poco despu¨¦s, el francotirador, que segu¨ªa disparando, acert¨® en la cabeza a Alejandro Congosto, polic¨ªa local de Argamasilla, que muri¨® poco despu¨¦s. Tambi¨¦n hiri¨® en el gl¨²teo a Javier, otro agente cuya vida no corre peligro tras ser operado. La comitiva pudo salir de esa zona cr¨ªtica gracias a un furg¨®n blindado de la empresa Loomis. Jos¨¦ Antonio Moreno detalla c¨®mo el furg¨®n sirvi¨® para salir de la zona y lograr abatir al asesino, que hab¨ªa herido tambi¨¦n a un guardia civil en una pierna.
Moreno suspira. Su labor evit¨® que ese hecho ¡°tan dif¨ªcil de evitar¡± se convirtiera en una tragedia mayor. Pero hay dos v¨ªctimas, una de ellas compa?ero. ¡°En ese momento est¨¢s en una situaci¨®n de tensi¨®n y act¨²as evaluando riesgos, prioridades y posibilidades¡±, explica, aunque admite que ¡°jam¨¢s¡± se podr¨¢ acostumbrar a la muerte de un colega de profesi¨®n, y menos a¨²n si lo ha visto caer con sus propios ojos. ¡°El tiempo nos endurece, pero el peor momento es por las noches, se te pasan las im¨¢genes por la cabeza¡±, expone con emoci¨®n el inspector.
Tanto ¨¦l como los m¨¢s de 10 agentes consultados desde el suceso del mi¨¦rcoles en estos pueblos de Castilla-La Mancha coinciden en que sus familias asumen el riesgo que entra?a su gremio. Las l¨¢grimas han marcado la ma?ana en Argamasilla de Calatrava, donde se ha celebrado una misa por las almas de Jos¨¦ Luis y de Alejandro. Este ha estado acompa?ado de decenas de polic¨ªas y de agentes, cuadrados ante el f¨¦retro y peleando por aguantar el llanto. El momento m¨¢s emotivo ha llegado cuando una ambulancia ha tra¨ªdo ante la iglesia a Javier, pareja laboral de Alejandro, que pese a sus heridas ha querido despedirse de su compa?ero. ?l tuvo m¨¢s suerte.
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