La ruptura de Feij¨®o une al PSOE
Los barones socialistas se niegan a vincular la renovaci¨®n del CGPJ con la sedici¨®n
Cada sentencia de Felipe Gonz¨¢lez es un aldabonazo en el cuerpo y en el alma del PSOE, el partido del que fue l¨ªder entre 1974 y 1997. A veces, a modo de pu?etazo en el est¨®mago; en otras, en forma una inyecci¨®n de moral y de reafirmaci¨®n de estar en el lado correcto. El expresidente del Gobierno entre 1982 y 1996 se ha puesto con nitidez de parte del actual presidente y l¨ªder socialista, Pedro S¨¢nchez, en su defensa de renovar de una vez el ¨®rgano de gobierno de los jueces sin supeditar esta renovaci¨®n a la renuncia del delito de sedici¨®n. Esa disyuntiva planteada por Alberto N¨²?ez Feij¨®o es rechazada por Felipe Gonz¨¢lez y la inmensa mayor¨ªa del partido, incluidos los l¨ªderes territoriales, tanto los m¨¢s apegados a S¨¢nchez como los m¨¢s alejados. Feij¨®o ha unido al PSOE y con ganas. En esta ocasi¨®n el espantajo de cesiones a los independentistas no ha tenido el menor impacto interno.
Llegar¨¢ el momento de afrontar la reforma del delito de sedici¨®n, con una disminuci¨®n de las penas para quienes incurran en ese hecho delictivo. Y no habr¨¢ entusiasmo en muchos socialistas. Pero el trueque, chantaje, excusa, tr¨¢gala, seg¨²n denominaciones de dirigentes socialistas, que ha planteado el PP para el nuevo par¨®n en la reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), les resulta inadmisible. Si la negociaci¨®n para la renovaci¨®n hubiera comenzado en las ¨²ltimas semanas y, en medio, hubiera emergido la reforma del delito de sedici¨®n, los populares hubieran podido poner el grito en el cielo con alguna credibilidad. ¡°La negociaci¨®n lleva cuatro a?os, con muchas v¨ªsperas de acuerdos, y, al final, siempre dan marcha atr¨¢s¡±, se?ala un dirigente territorial, que utiliza expresiones no muy diferentes a las de sus compa?eros, consultados por este peri¨®dico.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Garc¨ªa-Page, nada proclive a inhibirse de manifestar opiniones que puedan ir en sentido contrario a lo que hace o dice Pedro S¨¢nchez, critica y rechaza la ruptura unilateral del PP en esta negociaci¨®n. ¡°Se puede tener la opini¨®n que sea sobre el independentismo, pero eso no lo tiene que pagar ni el Tribunal Constitucional ni el Consejo General del Poder Judicial. Hay que cumplir y ser formales y el PP tiene la misma obligaci¨®n del resto de separar intereses electorales de los intereses institucionales¡±. Esta reconvenci¨®n de Page a los populares, formulada el viernes en Guadalajara, se nutri¨® de otros argumentos que espet¨® contra el PP. ¡°Ellos creen que hacen da?o al Gobierno, pero se lo hacen al Poder Judicial y a Espa?a¡±.
Cumplir la ley. Este fue el argumento central de Felipe Gonz¨¢lez, esgrimido este s¨¢bado en Sevilla en la conmemoraci¨®n del 40? aniversario de la victoria en las urnas del PSOE y suya. ¡°Si a alguien no le gusta una ley, tiene todo el derecho a cambiarla; a lo que no tiene derecho es a incumplirla. Es f¨¢cil de entender: primero la cumples y luego propones que se cambie, pero no me la salto y la condiciono a no s¨¦ qu¨¦, a otra cosa. Eso no sirve para estabilizar la democracia ni mejorar la convivencia¡±. Estas frases de Gonz¨¢lez quisieran cincelarla en plata tanto la direcci¨®n socialista como buena parte de la militancia.
En esta ocasi¨®n, en un asunto tan delicado como es el romper una negociaci¨®n porque el Gobierno supuestamente va a favorecer a los independentistas, tal como lo agita y expresa el PP, escuchar la voz de Gonz¨¢lez contra quien elabora esa miscel¨¢nea, es puro b¨¢lsamo para el socialismo. El hilo identitario del partido, muchas veces debilitado o roto, en esta ocasi¨®n recorre la organizaci¨®n y a sus l¨ªderes territoriales, manteni¨¦ndose tenso. Fue el presidente castellano-manchego quien dej¨® en el aire una afirmaci¨®n sin su desarrollo. ¡°Todos sabemos por qu¨¦ no quieren renovar el consejo¡¡±. Ese ¡°por qu¨¦¡± es motivo de consideraciones en esta ruptura y en las anteriores, tanto en el PSOE como en Unidas Podemos. Estos ¨²ltimos han hecho un aut¨¦ntico ejercicio de contenci¨®n, sostenido por la vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz, para mantener la paz con el PSOE ante su aceptaci¨®n de la exigencia del PP de ni mencionar a jueces bien vistos o cercanos a Unidas Podemos, como Victoria Rosell. En la izquierda, tras lo ocurrido estos cuatro a?os, se empieza y concluye el relato en la negativa de la derecha a perder el poder en el CGPJ y en el Tribunal Constitucional. Ni ahora ni en mucho tiempo. As¨ª ser¨¢, si no hay un vuelco, hoy por hoy inveros¨ªmil.
Con Alberto N¨²?ez Feij¨®o no parece que se cumplir¨¢ la legislaci¨®n vigente. La interinidad de los miembros del consejo es ya de un cuatrienio, sin que haya formalmente un instrumento legal para que los vocales del ¨®rgano de gobierno de los jueces con el mandato caducado desalojen sus despachos. Otra anomal¨ªa a la que contribuye el poder pol¨ªtico, en este caso el PP, que facilita que vocales conservadores y progresistas sigan ocho en una tarea en la que desde hace un cuatrienio correspond¨ªa a otros. Y mientras, las asociaciones judiciales claman por la renovaci¨®n sin que se les escuche.
Si el PP consigue una mayor¨ªa para gobernar tras las elecciones de diciembre de 2023, habr¨¢ renovaci¨®n. Aunque el PSOE incurriera en la incoherencia de imitar al PP y la bloquease ¨Cse asegura que no¨C, a efectos pr¨¢cticos ser¨ªa indiferente en el equilibrio interno porque seguir¨ªan al mando los conservadores en virtud del bloqueo para la renovaci¨®n. De esto s¨ª que se habla en las agrupaciones del PSOE y en los argumentarios que reciben. Y sus conclusiones les mantiene unidos.
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