Pablo Iglesias y Yolanda D¨ªaz: ?ruptura total?
El fundador de Podemos abre la batalla por las futuras listas electorales bajo la amenaza de desvincularse de Sumar
Entre el d¨ªa en que a Yolanda D¨ªaz la interrumpieron en una videoconferencia con ministros de la UE para comunicarle que Pablo Iglesias iba a designarla p¨²blicamente como su sucesora y el pasado lunes, cuando el exl¨ªder de Podemos arremeti¨® a calz¨®n quitado contra ella en la Cadena SER, han transcurrido casi 20 meses. Tiempo suficiente para arruinar dos d¨¦cadas de estrecha amistad pol¨ªtica y personal. D¨ªaz e Iglesias, los viejos amigos de la ¨¦poca en que la izquierda de la izquierda era apenas un sat¨¦lite lejano a la centralidad pol¨ªtica espa?ola, los compa?eros que hasta no hace tanto se llamaban varias veces todos los d¨ªas, llevan m¨¢s de un a?o sin hablarse ¨Dal margen de un encuentro fugaz¨D y parece dif¨ªcil que vuelvan a hacerlo. Ella, cansada de una sorda ofensiva que Iglesias ha ido manteniendo en el tiempo, con reproches cada vez menos velados en sus intervenciones p¨²blicas. ?l, convencido de que hay en marcha una operaci¨®n para arrinconar a los suyos en las futuras listas electorales. La palabra ruptura ya circula en boca de todos en Unidas Podemos (UP). Y la preocupaci¨®n se extiende por el conjunto de la izquierda, cuyas posibilidades de repetir Gobierno despu¨¦s de 2023 penden de un hilo.
Las fuerzas son dispares. D¨ªaz tiene a favor la popularidad que se confirma encuesta tras encuesta y apoyos dentro de la coalici¨®n UP (los comunes catalanes y las direcciones de IU y el PCE) y fuera (M¨¢s Pa¨ªs y su potente marca madrile?a). Podemos se ha achicado y en su propia direcci¨®n hasta hay alg¨²n miembro que est¨¢ con D¨ªaz. Los partidarios de esta destacan que en los ¨²ltimos d¨ªas, en medio de las andanadas contra ella, los dirigentes de Podemos en comunidades como Extremadura, Euskadi, Navarra o La Rioja asistieron a las presentaciones de Sumar, la plataforma de la vicepresidenta segunda. ¡°Lo que est¨¢ en crisis no es el espacio pol¨ªtico, es Podemos¡±, resumen fuentes del sector alineado con la vicepresidenta. Por eso, opinan que ser¨ªa un suicidio para los fieles a Iglesias acudir en solitario a las elecciones generales.
Podemos ¡ªbajo la direcci¨®n de Ione Belarra, aunque con una influencia de Iglesias que ¨¦l mismo ha evidenciado p¨²blicamente estos d¨ªas¡ª se sigue reivindicando como la formaci¨®n m¨¢s importante de UP y su c¨²pula sostiene que tiene fuerza suficiente para asegurarse una cuota parlamentaria en solitario. La batalla, como admiten destacados dirigentes de distintos sectores, tiene mucho que ver con las futuras listas electorales. Iglesias exige garant¨ªas de que Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero ¡ªlas dos cabezas m¨¢s visibles del partido¡ª estar¨¢n en los primeros puestos y no ser¨¢n relegadas por otros candidatos como ??igo Errej¨®n. ¡°Lo que queremos es que se visualice nuestra fuerza en la coalici¨®n y que no pretendan diluirnos¡±, apunta una relevante figura de Podemos. Si esto no se cumple, abunda la misma fuente, la ruptura estar¨¢ servida.
D¨ªaz no quiere ni o¨ªr hablar ahora de listas y dice que, llegado el caso, deber¨ªan dirimirse en unas primarias abiertas. Su estrategia es incorporar personalidades a Sumar, al margen de cuotas de partidos. Y los suyos aseguran que tampoco ella va a ceder.
La brecha. La ruptura de relaciones entre D¨ªaz e Iglesias tiene fecha: el 12 de octubre de 2021. Ese d¨ªa sal¨ªa a la calle en Madrid El Peri¨®dico de Espa?a con una primicia: la vicepresidenta protagonizar¨ªa un acto con mujeres en Valencia, presentado como un avance de su plataforma pol¨ªtica ¡ªa¨²n sin nombre en aquel momento¡ª del que hab¨ªan sido excluidas las dirigentes de Podemos. El diario ofrec¨ªa adem¨¢s fotos de su fiesta de inauguraci¨®n, celebrada el d¨ªa anterior, en las que se ve¨ªa muy amistosos a dos de los invitados, D¨ªaz y Errej¨®n. El equipo de la primera alegaba que la organizadora del acto pol¨ªtico que se celebrar¨ªa un mes despu¨¦s en Valencia ¡ªal que tambi¨¦n acudir¨ªa M¨®nica Garc¨ªa, l¨ªder de M¨¢s Madrid¡ª era la entonces vicepresidenta auton¨®mica, M¨®nica Oltra, de Comprom¨ªs. Iglesias enfureci¨®, se?alan fuentes conocedoras de lo ocurrido. Interpret¨® que su sucesora estaba urdiendo una maniobra para arrinconar a los suyos ni m¨¢s ni menos que con Errej¨®n, otro que hab¨ªa pasado de amigo del alma a adversario ¨ªntimo. El fundador de Podemos envi¨® un mensaje a D¨ªaz en t¨¦rminos muy desabridos, coinciden varias fuentes. Tan dolida se sinti¨® ella que no contest¨®. Y ah¨ª se cort¨® todo. Desde entonces, solo charlaron brevemente el pasado abril, en un acto del diario La Vanguardia, y con testigos delante. Un mes despu¨¦s, volvieron a coincidir en una fiesta de la Cadena SER y se evitaron.
Iglesias esgrimi¨® el lunes el agravio por el acto de Valencia ¡ªdel que este domingo se cumple justo un a?o¡ª ante Aimar Bretos en el programa Hora 25 para exigir a D¨ªaz ¡°respeto¡±: ¡°?C¨®mo piensas que se sintieron los militantes de Podemos cuando Yolanda aparece al lado de M¨®nica Garc¨ªa y de M¨®nica Oltra y no aparecen ni Ione Belarra ni Irene Montero? Y Podemos, disciplinadamente, traga¡±.
Amigos por encima de la pol¨ªtica. Hasta entonces, todo parec¨ªa ir razonablemente bien. La ministra de Trabajo sol¨ªa decir que su amistad con Iglesias estaba a salvo de diferencias pol¨ªticas. Siempre hab¨ªan discutido mucho. Por asuntos muy relevantes o por detalles menores. Tras las primeras elecciones de 2019, D¨ªaz era reacia a la estrategia de Iglesias de no facilitar la investidura de Pedro S¨¢nchez si este no aceptaba gobernar con UP. Cuando ella reclut¨® a Iglesias como asesor en Galicia, para la exitosa campa?a a las elecciones auton¨®micas de 2012 en coalici¨®n con el nacionalista Xos¨¦ Manuel Beiras, se neg¨® en redondo a la idea que tuvo ¨¦l de sacarla en los carteles con su hija, entonces un beb¨¦, en brazos. Difer¨ªan a menudo, pero siempre resist¨ªa esa amistad que se hab¨ªa iniciado en 2001, en un seminario en el que D¨ªaz, militante comunista desde la adolescencia, qued¨® fascinada con un chico de coleta de 22 a?os ¡ªsiete menos que ella¡ª que disertaba sobre la filosof¨ªa pol¨ªtica de Gramsci.
Luego vinieron muchas visitas a Madrid, fines de semana juntos en pandilla tomando copas y debatiendo sobre el futuro de la izquierda; conocieron a sus familias, a sus parejas y a sus hijos cuando estos llegaron. El terremoto pol¨ªtico que sigui¨® a la Gran Recesi¨®n los uni¨® a¨²n m¨¢s.
Tras el surgimiento de Podemos, D¨ªaz, a¨²n en Galicia al frente de la marca local de IU, se entusiasm¨® con aquel nuevo movimiento, plet¨®rico de una ambici¨®n que contrastaba con el tradicional derrotismo de la izquierda rupturista. Despu¨¦s de dar el salto a Madrid, se fue distanciando de su organizaci¨®n, que acabar¨ªa abandonando (no as¨ª el PCE). ¡°Yolanda parec¨ªa m¨¢s de Podemos que los de Podemos¡±, comenta un antiguo compa?ero de IU. Iglesias ha contado que su prioridad tras cerrar el pacto de Gobierno con S¨¢nchez era que su gran amiga fuese la ministra de Trabajo para deshacer la reforma laboral del PP. El d¨ªa que entr¨® en el ministerio, ella proclam¨®: ¡°Estoy aqu¨ª por Pablo Iglesias¡±.
El dedazo. Una especie de locura se adue?¨® del Ministerio de Trabajo la ma?ana del 15 de marzo de 2021. Cuando la jefa estaba metida en una videoconferencia con sus colegas europeos, se recibi¨® una llamada para avisar: en unos minutos, Iglesias har¨ªa p¨²blico un mensaje en el que anunciaba que dejaba el Gobierno para presentarse a las elecciones madrile?as y que ced¨ªa su vicepresidencia y el liderazgo del espacio de UP a Yolanda D¨ªaz. El todav¨ªa secretario general de Podemos llevaba semanas presionando a esta en secreto para que tomase el relevo. Ella hab¨ªa rehusado varias veces. Ahora no le dejaba opci¨®n.
A D¨ªaz, que nunca se hab¨ªa imaginado en tal posici¨®n, la incomod¨® la forma en que Iglesias lo hizo, aunque de nuevo prevaleci¨® la amistad y el asunto qued¨® solventado con una comida. En Podemos tampoco sab¨ªan nada y no todos lo acogieron de buen grado, como admite ahora Juan Carlos Monedero, el ¨²ltimo de los miembros del n¨²cleo fundador que permanece fiel a Iglesias: ¡°Pablo confiaba ciegamente en Yolanda y pensaba que con eso val¨ªa. Y yo no compart¨ªa esa mirada. No porque Pablo se haya equivocado muchas veces con sus compa?¨ªas ¡ªque lo ha hecho, ah¨ª est¨¢ Errej¨®n¡ª, ni porque yo no confiara en Yolanda, sino porque siempre he apostado por la participaci¨®n como forma de reforzar a Podemos como partido-movimiento. Y llevo toda mi vida en una pelea constante contra los excesos del hiperliderazgo. Creo que desgraciadamente ten¨ªa raz¨®n. Aunque preferir¨ªa no haberla tenido¡±.
D¨ªaz se volc¨® en la campa?a madrile?a en apoyo de su amigo. En el mitin de cierre, el 2 de mayo en Vic¨¢lvaro, Iglesias se?al¨® a su sucesora y se dirigi¨® a la militancia: ¡°Os quiero pedir que la cuid¨¦is. No solo cuando haga las cosas bien. Si alguna vez se equivoca, ese d¨ªa es cuando ten¨¦is que cuidarla m¨¢s que nunca¡±.
Tras el fracaso electoral en Madrid, la nueva vicepresidenta segunda empez¨® a barruntar la idea de abrir un ¡°proceso de escucha¡± con el horizonte de lanzar una plataforma pol¨ªtica que fuese m¨¢s all¨¢ del espacio de UP. En el verano ya estaba decidida y qued¨® a cenar con Iglesias para explic¨¢rselo. Seg¨²n interlocutores de D¨ªaz, esta sali¨® muy satisfecha porque hab¨ªa visto a su amigo convencido con la idea. La necesidad de buscar nuevas f¨®rmulas y recomponer alianzas parec¨ªan objetivos compartidos.
El deterioro. Pasaron dos meses, se produjo el acercamiento a Errej¨®n y el estallido en privado de Iglesias. Y comenz¨® una suerte de guerrilla interna. Dentro del Gobierno, las tiranteces entre D¨ªaz y Podemos se fueron haciendo m¨¢s patentes. La estrategia de la vicepresidenta de primar la negociaci¨®n discreta al choque p¨²blico con el PSOE contrastaba con el estilo ruidoso implantado en el partido de Iglesias. Se registraron serios encontronazos con algunos episodios como el anuncio ¡ªsin consultarle a ella y aplaudido por Iglesias¡ª de que UP se querellar¨ªa por prevaricaci¨®n contra la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, tras la retirada del esca?o a su compa?ero Alberto Rodr¨ªguez por una discutida sentencia del Supremo.
En su nueva ocupaci¨®n de comunicador y tertuliano, Iglesias comenz¨® a deslizar insinuaciones que apuntaban impl¨ªcitamente a D¨ªaz. Esta jam¨¢s le replic¨® y sigue sin hacerlo hasta hoy. Pero ¨¦l no cej¨®. En el equipo de la ministra y en buena parte de UP fue instal¨¢ndose una sensaci¨®n de acoso, de que el exvicepresidente segu¨ªa moviendo los hilos por detr¨¢s para minar a una sucesora que no acataba sus directrices. De la otra parte, se dec¨ªa que la vicepresidenta los ninguneaba. El apoyo de la pol¨ªtica gallega al env¨ªo de armas a Ucrania elev¨® el tono de los reproches. Luego lleg¨® el sainete de las negociaciones para las elecciones andaluzas de junio, en las que por primera vez se ensayaba la f¨®rmula de una coalici¨®n ¡ªrespaldada por D¨ªaz¡ª que inclu¨ªa tambi¨¦n a M¨¢s Pa¨ªs. Podemos no pudo imponer a su candidato, solo se sum¨® en el ¨²ltimo minuto y el tama?o de la brecha qued¨® en evidencia. Otra vez lo ilustr¨® la tertulia de Hora 25:
¡ª?Est¨¢ dolido con Yolanda D¨ªaz?¡ª pregunt¨® Aimar Bretos al exvicepresidente.
¡ªNo voy a contestar a esa pregunta.
¡ª?Por qu¨¦?
¡ªPorque no, porque no voy a generar ning¨²n tipo de titular que perjudique a Yolanda, ni a la candidatura del cambio, al frente amplio o como leches se llame.
El lanzamiento de Sumar fue acogido con frialdad por la c¨²pula de Podemos, cuyos dirigentes se quejan de que no los han mantenido informados sobre ¨¦l. Monedero, aunque ya fuera de la direcci¨®n, pone voz a las recriminaciones a D¨ªaz m¨¢s frecuentes en el partido: ¡°Se ha dedicado con ¨¦xito al Ministerio de Trabajo y a su espacio pol¨ªtico personal. Y se ha rodeado solo de gente ajena a Podemos. No ha cumplido con el mandato que recibi¨® junto con la vicepresidencia. Ha intentado sumar los fragmentos que se fueron de Podemos, que era parte del cometido, pero ha maltratado a Podemos para contentar a los dem¨¢s en la izquierda y obtener un mejor trato del bipartidismo que el que reciben los l¨ªderes de Podemos, muchos de ellos arrastrando incluso procesos judiciales¡±. Entre los cercanos a D¨ªaz, se invoca el silencio de esta ante los ataques para subrayar que ha sido la otra parte la que ha buscado el enfrentamiento.
Sin marcha atr¨¢s. La decisi¨®n de la vicepresidenta de mantenerse al margen de las municipales y auton¨®micas de la pr¨®xima primavera, a la espera de que cristalice Sumar, fue vista en Podemos como una maniobra para debilitarlos. Se interpret¨® que D¨ªaz los abandonaba a su suerte para luego negociar en mejores condiciones con vistas a las generales. Iglesias expres¨® esa sospecha el pasado domingo, en su discurso en la Uni de Oto?o, como llama Podemos a su foro de debate, aunque atribuyese la operaci¨®n, m¨¢s que a D¨ªaz, a ¡°los medios que la aconsejan¡±. ¡°Hay que ser est¨²pidos¡±, remach¨® en alusi¨®n a los que supuestamente promueven tal idea.
El conflicto interno ya hab¨ªa estado a punto de estallar d¨ªas antes y lo salv¨® involuntariamente el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, al romper las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial. UP hab¨ªa logrado que se le reservasen dos puestos a cambio de aceptar la condici¨®n pactada por PSOE y PP de excluir a personas que ocupasen cargos pol¨ªticos. Eso descartaba a la juez Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero en el Ministerio de Igualdad. Fuentes del entorno de D¨ªaz afirman que el asunto se hab¨ªa cerrado ya internamente cuando Podemos anunci¨® que rechazar¨ªa cualquier acuerdo que no incluyese a Rosell. La tensi¨®n se elev¨® al m¨¢ximo y solo la espantada de Feij¨®o logr¨® aplacarla.
Dur¨® poco. Todo el mundo intu¨ªa que Iglesias iba a dejar alg¨²n mensaje importante para la clausura de la Uni de Oto?o, en la que se hab¨ªa reservado el papel estelar. As¨ª fue, y el cisma entre los viejos amigos qued¨® expuesto sin tapujos. Dirigentes de Podemos insisten en que no participar¨¢n en ning¨²n proyecto en el que no ocupen un lugar preferente. Y, mientras, D¨ªaz da a entender por fin que la decisi¨®n de ser candidata a las generales est¨¢ tomada: ¡°No hay marcha atr¨¢s¡±.
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