Nochevieja universitaria de chuches y perreo en Salamanca: ¡°No me hagas fotos, que me pilla mi madre¡±
Unas 20.000 personas se concentran en la plaza Mayor tras dos a?os de par¨®n por la pandemia
Unas 20.000 personas de fiesta en 2022 demuestran que Miguel de Cervantes ten¨ªa raz¨®n en 1575. ¡°Salamanca, madre de las ciencias [...], habitan diez ¨® doce mil estudiantes, gente moza, antojadiza, arrojada, libre, aficionada, gastadora, discreta, diab¨®lica y de humor¡±, escribi¨® en La t¨ªa fingida, como si describiera a la horda de chavales que cruza este jueves por la noche el acceso a la plaza Mayor charra adornado por el fragmento de su novela. All¨ª la afamada Nochevieja universitaria ha vuelto a celebrarse tras dos a?os arrestada por la pandemia. Ahora hay unos 30.000 universitarios estudiando en la ciudad y miles de ellos festejan el fin de a?o acad¨¦mico con chuches como uvas y perreo y techno como previa a las campanadas mientras Salamanca asume el impacto del festejo, que deja suciedad, ruido y mucho, mucho dinero.
La fecha lleva marcada meses en los calendarios. Los alumnos gozan de un hito vivo desde que unos colegas se reunieron all¨ª para improvisar una Nochevieja anticipada en 1999, pues cada cual ven¨ªa de un lugar y no podr¨ªan celebrar la fiesta juntos. A?o tras a?o se reunieron m¨¢s adeptos hasta abarrotar el lugar y ahora, esta celebraci¨®n de unos amigos atrae autobuses de media Espa?a y Portugal. Un grupo de estudiantes lusos venidos espec¨ªficamente para la efem¨¦ride ve prepararse el escenario que luego exhibir¨¢ luces y sonidos a miles de personas.
Una gu¨ªa les detalla que esa maravilla barroca que los rodea est¨¢ realizada con piedra de Villamayor y que hasta hace no tanto hab¨ªa un medall¨®n en honor a Franco. Ellos observan y sentencian: ¡°Est¨¢ muy guay¡±. La calma de las horas previas a la fiesta nocturna permiten a los salmantinos pasear y mostrar una posici¨®n general favorable al evento, como sentencian Paquita Gallego y Jes¨²s Rodr¨ªguez, de 80 y 85 a?os. ¡°?Nos has visto cara de universitarios?¡±, exclaman, antes de agradecer que el acontecimiento ¡°da vidilla¡± a Salamanca, donde el 7% del PIB lo genera la universidad.
Este discurso econ¨®mico lo esgrimen hosteler¨ªa y Ayuntamiento, que comprenden al ciudadano molesto con el jaleo y a los negocios poco beneficiados por este turismo y que incluso cierran esta fecha por si acaso. El gerente del bar Erasmus, Ram¨®n Benito, ilustra este peaje: ¡°La universidad tambi¨¦n provoca que los chavales alquilen pisos o que los catedr¨¢ticos paguen comidas de 80 euros¡±. ¡°?Es lo que hay!¡±, zanja. Igual opina Jorge Moro, presidente de la asociaci¨®n de hosteler¨ªa local, que organiza la Nochevieja: ¡°Respeto a los detractores, pero la repercusi¨®n es importante, es una ciudad de estudiantes¡±. El concejal de Turismo, Fernando Castillo, calcula que la noche deja ¡°un mill¨®n de euros¡± y que esas ¡°quejas comprensibles¡± deben considerar el ¡°impacto medi¨¢tico impagable¡± que aporta visibilidad a Salamanca.
Los debates sobre la pertinencia de esta Nochevieja prematura importan poco entre el p¨²blico. Un sinf¨ªn de estudiantes de ingenier¨ªas, ciencias, psicolog¨ªa o medicina entra en la plaza Mayor con un cono de 12 golosinas que distribuye la organizaci¨®n y aceptando que no pueden introducir alcohol en recipientes tapados. Alguno astutamente esconde botellas de medio litro convertidas en petacas con Fanta de naranja que no huele como tal por mucho que juren con una sonrisilla. El personal de seguridad realiza cachieos, o sea, cacheos a j¨®venes con cachis llenos que pronto animar¨¢n el recinto pese a la amenaza de lluvia.
Los presentes, algunos con bigotillo y acn¨¦ en su primera gran gala universitaria, visten desde trajes solemnes hasta diademas de renos o corbatas con luces epil¨¦pticas. La variedad textil salta a lo musical. Hoy vale todo, pues se engarzan Extremoduro, Bizarrap e Izal. Sonia Rodr¨ªguez y Maxi Seferova, de 19 y 21 a?os, ocupan la primera fila, atra¨ªdas por la leyenda de la fiesta, que congrega a Erasmus de medio mundo, y a Paula Dami¨¢n, Lidia Navarro o Cristina Pi?ero, de 18 a?os, de Zamora y Valladolid: ¡°Lo primero de lo que nos hablaron al llegar a Salamanca fue de la fiesta¡±. Otros prefieren no dar nombres porque ya tienen ¡°fama de fiestero en el curro¡± y otras se esconden de la c¨¢mara: ¡°?Que me pilla mi madre!¡±.
Los dos a?os sin Nochevieja universitaria hacen que muchos novatos se estrenen este jueves. Daniel R¨ªos, Daniel Y¨¢g¨¹ez y Hugo Hern¨¢ndez, reci¨¦n ingresados en la mayor¨ªa de edad, solo esperan que ¡°haya tanta gente como en fotos de otros a?os¡±. Pronto acudir¨¢n 30 j¨®venes hacinados en un cercano piso de estudiantes, donde beben copazos servidos en tazas de caf¨¦, con zapatillas de andar por casa mientras berrean el villancico Mi burrito sabanero.
Una planta m¨¢s abajo, una chica explica que mientras compraba alcohol una cajera las ha defendido ¡°de una se?ora que se quejaba del ruido¡±. La plaza Mayor no se ha llenado para alegr¨ªa de unos Erasmus veteranos que se menean con Bad Bunny y Rosal¨ªa: Jim y Joanne, de 66 y 68 canosos a?os, aprenden castellano en Salamanca desde septiembre y dan envidia a sus hijos: ¡°Nos gusta el party¡±.
La medianoche acarrea el fin del mambo, que se desplaza a los garitos, tras tomarse las 12 gominolas. La Cruz Roja vigila por si a los sustos con la bebida hay que a?adir a?usgamientos con los dulces. Todo va bien, parece, y los preservativos que antes volaban inflados ahora se reparten en los aleda?os, junto a los puntos violetas.
Las decenas de urinarios port¨¢tiles alivian a quienes llevan tres horas en la plaza y algunos recuperan energ¨ªa con bocadillos que han salvado m¨¢s vidas que la penicilina. La madrugada avanza y los universitarios llenan locales como Imprenta, donde brindan con un litro de Vampiro para disfrutar de esta ¨²ltima noche estudiantil y conjurarse para empezar el 2023 ¡°bien cabr¨®n¡±.
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