Los progresistas del Constitucional daban por segura la elecci¨®n de Conde-Pumpido desde el d¨ªa anterior a la votaci¨®n
Los magistrados Arnaldo, Espejel y Balaguer no acudieron este jueves a la firma del acta de nombramiento de los nuevos presidente y vicepresidenta. Juan Carlos Campo ten¨ªa permiso para terminar un juicio
El sector progresista del Constitucional ten¨ªa la seguridad, desde la ma?ana del pasado martes, de que la candidatura de C¨¢ndido Conde-Pumpido ganar¨ªa en el pleno convocado para el d¨ªa siguiente y se impondr¨ªa frente a la alternativa que ofrec¨ªa, con el apoyo de la nueva minor¨ªa conservadora, la magistrada Mar¨ªa Luisa Balaguer. Las fuentes consultadas sobre la operaci¨®n de relevo en el tribunal coinciden en afirmar que el proyecto y los objetivos presentados en esa reuni¨®n por el ya presidente del ¨®rgano de garant¨ªas dejaron poco espacio para las dudas, por el car¨¢cter bien definido de ese programa de trabajo.
Los progresistas del Constitucional aseguran ahora que contaban con datos ciertos para tener la seguridad de que la elecci¨®n estaba decantada a su favor, aunque la magistrada Mar¨ªa Luisa Segoviano, cuyo voto era decisivo, nunca hab¨ªa declarado p¨²blicamente a qui¨¦n apoyar¨ªa. En este sector se da por hecho que en la decisi¨®n de Segoviano de respaldar a Conde-Pumpido se consolid¨® en la reuni¨®n que celebr¨® su grupo el pasado martes por la ma?ana. Y consideran que en ello tuvo alg¨²n peso la condici¨®n de Segoviano como magistrada del Supremo, hecha, por tanto, a la convivencia y el debate en los ¨®rganos judiciales colegiados.
Algunos de los integrantes del grupo progresista van ahora m¨¢s lejos y aseguran que estaban seguros del respaldo de Segoviano desde que fue propuesta por los conservadores del Consejo General del Poder Judicial, y aceptada por sus interlocutores del otro sector para desbloquear el tribunal. A?aden que no hubiera tenido l¨®gica alguna que esta magistrada ¡ªque se jubil¨® el a?o pasado siendo presidenta de la Sala Social o laboral del Supremo¡ª compartiera proyecto con la derecha del tribunal, concertada en respaldar a Balaguer para impedir el giro que la nueva mayor¨ªa progresista quiere darle al Constitucional, avalando de entrada la ley del aborto ¡ªpendiente de sentencia desde 2010¡ª, y luego muy probablemente la mayor parte, si no todas, las leyes m¨¢s importantes de esta legislatura, entre ellas la de eutanasia, los cambios en el sistema educativo de la ley Cel¨¢a y la reforma laboral.
En esencia, el compromiso asumido por Conde-Pumpido fue el de poner al d¨ªa el Constitucional, resolviendo los casos m¨¢s antiguos e intentando impedir que se formen nuevos cuellos de botella. Y todo ello evitando los choques institucionales gratuitos, ya sea con el Gobierno ¡ªcomo en el caso de las sentencias que anularon los decretos del estado de alarma para hacer frente a la pandemia¡ª, o con el Parlamento, como ocurri¨® con la paralizaci¨®n de las reformas legales con las que las c¨¢maras se dispon¨ªan a facilitar la renovaci¨®n del propio tribunal de garant¨ªas.
Para Conde-Pumpido era importante mantener unido al grupo progresista, con la confianza de que Balaguer no se alejar¨ªa de ¨¦l aunque perdiese en la disputa entre candidaturas. De ah¨ª que en el sector progresista se aceptara la idea de que conven¨ªa obtener no solo la presidencia, sino tambi¨¦n la vicepresidencia. Hay que tener en cuenta que desde este puesto de n¨²mero dos del tribunal se preside la Sala Segunda del Constitucional, compuesta por seis magistrados y que a su vez se divide en dos secciones. En estas instancias inferiores al pleno se ven muchos asuntos relevantes, sobre todo en materia de recursos de amparo. Para la nueva mayor¨ªa progresista era importante mantener tambi¨¦n en sus manos este resorte.
De ah¨ª, por tanto, la elecci¨®n como vicepresidenta de la magistrada Inmaculada Montalb¨¢n, que goza de toda la confianza de Conde-Pumpido. En el anterior tribunal, el presidente, Pedro Gonz¨¢lez-Trevijano, quiso tener a su lado como vicepresidente a Juan Antonio Xiol. Entonces se respet¨® la regla de que la presidencia la ocupara un sector ¡ªen aquel caso el conservador¡ª, mientras la presidencia quedaba en manos de un progresista. Pero para eso hace falta una relaci¨®n de confianza. Entre Trevijano y Xiol exist¨ªa. Entre Conde-Pumpido y cualquier otro de los cuatro integrantes de la nueva minor¨ªa conservadora no se habr¨ªa dado tan f¨¢cilmente ese requisito.
De hecho, la renovaci¨®n del Constitucional se ha logrado en un clima de crecientes recelos entre los dos sectores del tribunal, progresista y conservador. Para el primer grupo, la presentaci¨®n de Balaguer, con el respaldo de los cuatro votos de la derecha del ¨®rgano de garant¨ªas, supon¨ªa que los primeros en romper las reglas del juego eran los conservadores, dispuestos a apoyar la candidatura alternativa de una magistrada de trayectoria progresista. Y siempre atribuyeron ese respaldo al prop¨®sito de cerrarle el paso a Conde-Pumpido, por considerarle m¨¢s y mejor relacionado con el Gobierno.
Tras la elecci¨®n del nuevo presidente y vicepresidenta del Constitucional, esos recelos han dejado secuelas. Este jueves, por ejemplo, los magistrados conservadores Concepci¨®n Espejel y Enrique Arnaldo no acudieron a la firma del acta de nombramiento de Conde-Pumpido y Montalb¨¢n. Hab¨ªan sido invitados los 11 componentes del tribunal. Tampoco acudieron Mar¨ªa Luisa Balaguer ni Juan Carlos Campo, del bloque progresista. Campo contaba estos d¨ªas con una pr¨®rroga para terminar un juicio en la Audiencia Nacional. Pero las otras ausencias no parecen debidas a imponderables.
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