Conde-Pumpido afronta el reto de recuperar el prestigio del Constitucional
El tribunal de garant¨ªas deber¨¢ pronunciarse sobre multitud de recursos acerca de las cuestiones con mayor calado pol¨ªtico de la legislatura
Con la elecci¨®n este mi¨¦rcoles de C¨¢ndido Conde-Pumpido como presidente y de Inmaculada Montalb¨¢n como vicepresidenta, el Constitucional acaba de iniciar una nueva etapa, en la que busca desatascar su situaci¨®n y resolver los recursos acumulados sobre las leyes y los conflictos m¨¢s candentes de esta y anteriores legislaturas, entre ellos la ley del aborto, la de eutanasia y la reforma educativa de la ley Cel¨¢a. Y pretende lograrlo mediante una recuperaci¨®n de prestigio, despu¨¦s de unos a?os en los que ha sido noticia por las profundas divisiones internas. Esta es la tarea que en esencia le encomend¨® este mi¨¦rcoles el pleno del tribunal a Conde-Pumpido.
A la reci¨¦n estrenada mayor¨ªa progresista del Constitucional le ha costado dar el primer paso para poner en marcha este proyecto. Pero finalmente ha encontrado el modo de evitar una primera imagen de ruptura de su propio grupo. Lo hizo este mi¨¦rcoles en el pleno del tribunal mediante una demostraci¨®n de dominio de la situaci¨®n, reflejada en la distribuci¨®n de los votos emitidos. Seis del grupo progresista fueron para Conde-Pumpido, y de los otros cinco, cuatro correspondieron a los magistrados de la nueva minor¨ªa conservadora, m¨¢s el de Mar¨ªa Luisa Balaguer, que se presentaba como candidata alternativa, ante la posibilidad de recibir un sexto voto, el de Mar¨ªa Luisa Segoviano, que hasta este mi¨¦rcoles no expres¨® p¨²blicamente sus preferencias.
La clave del desenlace de la operaci¨®n fue ese sexto voto. Segoviano fue elegida por el Consejo General del Poder Judicial a propuesta de los vocales conservadores, y aceptada por los progresistas para garantizar la renovaci¨®n del Constitucional, despu¨¦s de cuatro meses de bloqueo mediante negociaciones infructuosas. La condici¨®n bifronte de los apoyos recibidos por Segoviano para incorporarse al tribunal dej¨® durante los ¨²ltimos 10 d¨ªas en la incertidumbre cu¨¢l iba a ser su opci¨®n en el pleno decisivo, en pro de Conde-Pumpido, o de Balaguer.
El grupo progresista dice haberle ofrecido en este per¨ªodo a Balaguer la vicepresidencia a cambio de su retirada. Ella siempre dijo que no iba a dar un paso atr¨¢s. Y Conde-Pumpido tampoco se hizo a un lado. Ahora, el sector progresista manifiesta haber tenido desde el pasado martes la seguridad de que hab¨ªa ganado a Segoviano para su causa. Y estiman que la ambig¨¹edad de esta magistrada ¡ªdesde siempre considerada a su vez progresista en el Supremo¡ªha sido fundamental para que la operaci¨®n de relevo en el Constitucional haya podido producirse sin mayores incidencias.
Por si hubo alg¨²n episodio que pudo dejar dudas sobre las prioridades de su presidencia, Conde-Pumpido quiso lanzar este mi¨¦rcoles un mensaje muy claro en sus palabras de agradecimiento por el apoyo recibido. ¡°La Constituci¨®n ¡ªdijo¡ª no permite ni la secesi¨®n, ni la independencia, ni la autodeterminaci¨®n¡±. Es obvio el porqu¨¦ de este mensaje. Desde la derecha pol¨ªtica y judicial se ha lanzado la idea de que la llegada de Conde-Pumpido a la presidencia del tribunal supondr¨ªa un riesgo de peligrosas concesiones a las fuerzas independentistas, a cambio de la continuidad de su apoyo al Gobierno.
Fuentes del propio grupo progresista subrayaban anoche que el nuevo presidente del ¨®rgano de garant¨ªas ¡°ha querido confrontarse desde el primer momento con el relato del asalto al Constitucional para ponerlo al servicio del independentismo¡±. Y admit¨ªan que para la construcci¨®n de esta tesis se aprovecharon unas declaraciones confusas de Mar¨ªa Luisa Segoviano, quien en sus primeras manifestaciones tras haber sido elegida magistrada del Constitucional, afirm¨® que el debate sobre el derecho a la autodeterminaci¨®n era una cuesti¨®n compleja que, en su caso, habr¨ªa que estudiar en su momento. Pero para evitar que hubiera cualquier equ¨ªvoco sobre d¨®nde est¨¢n las l¨ªneas rojas de la Constituci¨®n, Conde-Pumpido cerr¨® este mi¨¦rcoles el paso a las elucubraciones.
Balaguer no escuch¨® esa primera intervenci¨®n del nuevo presidente del tribunal en el pleno. Se fue a su despacho una vez realizada la votaci¨®n, que en teor¨ªa fue secreta, pero que en la pr¨¢ctica lo fue a voces. Los magistrados recibieron una papeleta con los nombres de sus 11 componentes, y hab¨ªa que se?alar al elegido o elegida. Primero, para la presidencia, y luego para la vicepresidencia. Hecho el recuento, Balaguer abandon¨® la sala, considerando cubierto el orden del d¨ªa. La magistrada ha explicado a EL PA?S que lo hizo sin el menor enfado ni contrariedad. ¡°Considero ¡ªdijo¡ª que he hecho lo que ten¨ªa que hacer, con dignidad, y que ten¨ªa la obligaci¨®n moral de presentarme para promover un cambio en la situaci¨®n y pacificar el tribunal. No s¨¦ si este objetivo est¨¢ ahora garantizado¡±.
Con ello, Balaguer alud¨ªa claramente a la circunstancia de que esta vez no se ha mantenido la tradici¨®n de que la mayor¨ªa tenga la presidencia, y la minor¨ªa, la vicepresidencia del tribunal. Esa regla no escrita ha tenido sus excepciones a lo largo de las cuatro d¨¦cadas de existencia del Constitucional, pero esta vez exist¨ªa la posibilidad de que el magistrado conservador Ricardo Enr¨ªquez fuera el vicepresidente. De hecho, recibi¨® cinco votos, los de sus cuatro compa?eros de grupo y el de Balaguer. Pero la magistrada progresista Inmaculada Montalb¨¢n obtuvo seis, los de su grupo, m¨¢s el suyo.
La raz¨®n es tambi¨¦n clara en este punto. El grupo progresista no ha querido que pueda parecer que abandona la voluntad de incorporar a sus planes la defensa del derecho a la igualdad y la incorporaci¨®n de la perspectiva de g¨¦nero, que fue uno de los ejes del programa expuesto por Balaguer en los contactos previos al pleno de este mi¨¦rcoles. Esas credenciales y prioridades figuran tambi¨¦n en la trayectoria de Inmaculada Montalb¨¢n. Fuentes del propio grupo progresista admit¨ªan anoche que la votaci¨®n a esta magistrada como vicepresidenta fue, en cierto modo, ¡°una respuesta al intento de los conservadores de dividir a la nueva mayor¨ªa¡±.
¡°Los conservadores ¡ªa?aden estas fuentes¡ªhan roto la regla de distribuci¨®n del poder. No la aceptaron, al pretender fracturar nuestro grupo. Ante ello, hemos optado por aplicar otra regla, la de la paridad, y por eso hemos votado a Montalb¨¢n¡±. Lo que los progresistas quieren dejar bien sentado es que su mayor¨ªa ni viene a avalar la ruptura de Espa?a ni a postergar el avance en la tutela y garant¨ªa de los derechos fundamentales, entre los que ocupan un lugar destacado los que definen el progreso hacia una sociedad igualitaria.
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