El tren hacia la calidad de vida desahoga Madrid hacia Segovia y Valladolid
La l¨ªnea que conecta Castilla y Le¨®n con la capital lidera los pasajes bonificados y permite a miles de trabajadores vivir en su ciudad
Unos curran. Otros ven series. Aquel dormita sobre la ventanilla. Aquella escucha m¨²sica. Todos han madrugado. Todos van a Madrid. Todos tienen un bono de alta velocidad. Todos viven en Valladolid o Segovia. Todos salen en estampida en Chamart¨ªn. Cada minuto cuenta al trabajar en la capital y dormir en otra ciudad. Miles de personas siguen la misma rutina cada ma?ana para desplazarse a la capital en apenas una hora y volver tras la jornada laboral. Los n¨²meros cantan: el corredor Avant Valladolid-Segovia-Madrid copa el 25% de los expedidos desde que el Gobierno cubre la mitad del precio. Ahora Castilla y Le¨®n subvenciona otro cuarto a los empadronados. Todos coinciden: ¡°Ganamos calidad de vida¡±. Tambi¨¦n ojeras, pero salen las cuentas: cada viaje supone 2,80 euros con un bono de 50 trayectos. Un ¡°chollo¡± que permite escapar de la espiral de precios y estr¨¦s capitalinos.
Son las 6.08 en Valladolid. Hace fr¨ªo y Carlos Borrego, de 51 a?os, acciona el antivaho del coche que conduce hacia la estaci¨®n de tren. El salmantino, afincando junto al Pisuerga desde hace 14 a?os, lleva un lustro yendo y viniendo a diario a Madrid tras ¡°una oportunidad laboral¡±. Su pareja, sanitaria, y su hijo adolescente trabajan y estudian a 20 minutos de paseo desde casa y ¨¦l asume el desgaste para asentar la capacidad financiera familiar y, sobre todo, darles la ¡°felicidad¡± de una ciudad mediana. ¡°Me document¨¦ sobre las opciones para no desplazarnos a Madrid y seguir juntos y empec¨¦ estos viajes¡±, resume el abogado, que asume que ¡°es duro, el cuerpo se cansa¡±. En 2022 hizo 56.000 kil¨®metros, pero ¡°compensa cenar en casa, no sacar a mi hijo de su entorno y que mi pareja mantenga su trabajo¡±. Hace unos meses los 50 viajes requer¨ªan 570 euros, equivalente a ¡°una hipoteca m¨¢s¡± a la que a?adir el coste de moverse en Madrid. Ahora, solo 142,5: ¡°Antes trabaj¨¢bamos para cotizar y ahora podemos ahorrar¡±. Estas medidas, ensalza, permiten fijar poblaci¨®n, pagar impuestos en el origen y ¡°comprar el pan a la gente de tu tierra¡±.
Borrego se suma a la enorme cola previa al Avant. Algunos viajeros se saludan tras a?os coincidiendo; otros se sorprenden al verse en la fila. No hay maletas, sino mochilas o maletines, alguno lleva una bicicleta plegada o patinetes para ir r¨¢pidamente al trabajo. Ellos poseen algunos de los 24.000 abonos emitidos el ¨²ltimo cuatrimestre de 2022 y de los 6.600 facturados por Renfe en enero, el 25% del total. La l¨ªnea ha transportado a m¨¢s de 22 millones de viajeros desde 2009, cifra al alza tras las ayudas p¨²blicas. Mar¨ªa Mediavilla, de 44 a?os, lleva seis realizando este recorrido. La empleada de banca resid¨ªa en la capital hasta que tuvo un beb¨¦ y regres¨®: ¡°La paliza vale la pena porque hay muchas frecuencias, puedo conciliar y la vivienda es mucho m¨¢s econ¨®mica¡±. Ella traduce los descuentos en sus n¨²meros, pues ha pasado de ¡°mileurista¡± tras restar el gasto en desplazamientos a poder ahorrar.
El portal inmobiliario Idealista acredita este discurso com¨²n entre vagones antes de que la marabunta corra hacia el metro o Cercan¨ªas tras colocarse estrat¨¦gicamente en la zona del tren m¨¢s cercana a las puertas. El metro cuadrado de un inmueble en Madrid ciudad vale de media casi 4.000 euros; alquilarlo, 16,5 euros por metro cuadrado, m¨¢s del doble que en las otras urbes. Tal es la popularidad del tren que es imposible coger billetes con dos d¨ªas de margen en el primero, a las 6.23, porque est¨¢ todo cogido por usuarias como Elena Blas, de 40 a?os, que llega pronto a su oficina de Metro de Madrid tras decantarse por ¡°la conciliaci¨®n y la cartera¡± cuando en 2016, tambi¨¦n al ser madre, regres¨® a Valladolid tras siete a?os de ¨¦xodo. De perderse los descuentos que permiten un transporte ¡°socialmente asumible¡±, avisa, no descarta desandar lo andado.
El alcalde pucelano, ?scar Puente (PSOE), valora este corredor ante ¡°la saturaci¨®n de Madrid y nuestra alta calidad de vida¡±. Para el regidor, ¡°en Madrid se sobrevive, en Valladolid se vive¡±. La rebaja contribuy¨® a que Jos¨¦ Luis Arias, de 55 a?os, pudiera volver a esta ciudad tras 10 a?os en Madrid. ¡°Alquilo mi casa en Legan¨¦s por 740 euros al mes y pago 575 en el centro de Valladolid¡±, destaca el hombre, que se traslada a cambio de convivir con su hija. La alcaldesa segoviana, Clara Mart¨ªn (PSOE), aplaude una infraestructura que da opciones laborales y turismo. ¡°Las familias j¨®venes ven que all¨ª la vivienda es un problema y deciden volverse por la crianza m¨¢s amable¡±, explica, gracias a ser una urbe ¡°accesible, peque?a, segura y de mejores precios¡±. El respaldo p¨²blico alivia a Carlos Perfecto, presidente de la asociaci¨®n de usuarios de alta velocidad en Castilla y Le¨®n, que lleva a?os peleando por mejores prestaciones para los 3.500 usuarios que estiman diarios. ¡°El AVE es el Cercan¨ªas del siglo XXI¡±, expone, con el teletrabajo facilitando retornar a quienes acabaron en ¡°el aspirador de Madrid¡±. El talento migrado, cree Perfecto, puede volver ¡°y pagar impuestos para obtener mejores servicios¡±. Asimismo, destaca lo ecol¨®gico. Renfe cifra que se evita la poluci¨®n de 1,2 millones de desplazamientos de coche anuales.
El enjambre vespertino de Chamart¨ªn pronto acaba en los vagones. Son las siete menos cuarto, muchos ya han regresado a Segovia o Valladolid y solo algunos de los que quedan apuran llamadas laborales mientras alg¨²n pasajero opta por ver f¨²tbol o baloncesto, el de delante resuelve unos sudokus virtuales y otro analiza v¨ªdeos de esp¨ªas hist¨®ricos. Tambi¨¦n se oyen suspiros. Vidas distintas, aficiones distintas y mismas ganas de volver a casa. Carlos Borrego anuncia sus planes hogare?os: quitarse el traje de una vez, repasar la lecci¨®n con su hijo ante el examen de ma?ana, hacer la cena y charlar en familia. Otros d¨ªas le da tiempo a hacer planes sociales con su grupo vallisoletano. Misi¨®n cumplida una vez m¨¢s, pues alg¨²n caso conoce de gente que se duerme y despierta en Le¨®n. ¡°Es un esfuerzo que vale la pena, si viviera en Madrid ser¨ªa imposible¡±, insiste el letrado mientras conduce a su domicilio, donde tambi¨¦n preparar¨¢ la ropa de la ma?ana siguiente para ganar tiempo. El fin de semana volver¨¢ a hacer el mismo trayecto, esta vez porque tienen concierto en Madrid: ¡°Parezco masoquista¡±. El sonido de la cerradura precede un ¡°hijo, ya estoy en casa¡±. El chasquido de la puerta al cerrarse inicia una nueva cuenta atr¨¢s.
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