Interior evaluar¨¢ la peligrosidad de los reclusos yihadistas un mes antes de su excarcelaci¨®n
Prisiones refuerza el control sobre los internos islamistas violentos con valoraciones m¨¢s frecuentes de su grado de radicalizaci¨®n
El Ministerio del Interior ha sometido a una profunda actualizaci¨®n la herramienta que utiliza desde hace cinco a?os para detectar y prevenir el radicalismo violento de naturaleza yihadista dentro de las c¨¢rceles espa?olas, seg¨²n se recoge en una orden de servicio confidencial de la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias a la que ha tenido acceso EL PA?S. Entre los cambios introducidos, est¨¢ el incremento del n¨²mero de los indicadores que los expertos de prisiones utilizan para determinar la peligrosidad de estos internos, que pasan de los 39 que hab¨ªa hasta ahora a 63. Adem¨¢s, se aumenta la frecuencia con la que se hacen estas valoraciones, que pasan de semestrales a cuatrimestrales. Y, como principal novedad, se contempla que todos los reclusos yihadistas sean sometidos a un estudio final sobre su radicalismo un mes antes de la fecha prevista para su excarcelaci¨®n para evaluar el riesgo que supone su puesta en libertad.
La nueva herramienta se aplicar¨¢, como hasta ahora, a tres categor¨ªas de presos islamistas. El primero, denominado Grupo A, es el formado por presos preventivos o condenados por delitos de terrorismo yihadista. Seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas disponibles, el pasado 31 de diciembre este colectivo lo formaban 77 reclusos. El segundo o Grupo B est¨¢ integrado por internos, que si bien fueron encarcelados por delitos comunes, se les ha detectado haciendo proselitismo del islamismo radical en las c¨¢rceles. Lo forman 41 internos. Finalmente, el Grupo C lo componen presos que est¨¢n bajo observaci¨®n por haber mostrado los primeros s¨ªntomas de radicalizaci¨®n. Su n¨²mero al inicio de este a?o era de 55. En total, 173 internos yihadistas. No obstante, la nueva instrucci¨®n de Interior detalla que la herramienta podr¨¢ ser aplicada a otros reclusos aunque no estuvieran incluidos en alguno de estos tres grupos si aparece alg¨²n indicio de radicalizaci¨®n que lo aconseje.
La renovaci¨®n de este instrumento pensado para impedir la expansi¨®n del islamismo violento dentro de las c¨¢rceles se inscribe dentro de la Estrategia Nacional contra el Terrorismo elaborada por Interior en 2019, que pon¨ªa el foco principal en el yihadismo. Aquel documento prestaba especial atenci¨®n al ¨¢mbito penitenciario dentro de la estrategia para ¡°prevenir y perseguir¡± este fen¨®meno y, en concreto, recog¨ªa precisamente la necesidad de ¡°impulsar y actualizar¡± la herramienta de detecci¨®n y evaluaci¨®n del riesgo de radicalizaci¨®n violencia, fechada en febrero de 2018, y que es la actualizada ahora. El cambio se produce, adem¨¢s, despu¨¦s de que Interior haya constatado los escasos resultados del plan de desradicalizaci¨®n de presos yihadistas puesto en marcha en 2016 y que ya oblig¨® hace un a?o a suspender la entrada de nuevos reclusos en estos talleres de reinserci¨®n. En los seis a?os que ha estado en vigor estos talleres de reinserci¨®n, solo se hab¨ªan apuntado 52 internos yihadistas.
Seg¨²n detalla el nuevo documento de Instituciones Penitenciarias, de los 63 indicadores que utilizar¨¢n ahora los profesionales penitenciarios, nueve est¨¢n orientado a detectar cambios en las rutinas de estos presos que puedan ser indicativos de una radicalizaci¨®n, como los referidos a la vestimenta, la alimentaci¨®n, el trato con otros reclusos o, incluso, la ingesta de medicamentos. Otros 20 ponen el foco en posibles actitudes violentas del interno, ya sean agresiones o insultos a otros presos y a funcionarios, el incumplimiento grave de las normas penitenciarias, el apoyo manifiesto a conductas violentas extremistas o la expresi¨®n verbal del deseo de atacar a un objetivo concreto por cuesti¨®n ideol¨®gica.
Los ¨²ltimos 34 son incluidos en la categor¨ªa de ¡°radicalizaci¨®n y proselitismo¡± e inciden en la observaci¨®n de determinadas pautas de comportamiento del recluso, como mostrar rechazo a los funcionarios de sexo femenino, hacer actos de purificaci¨®n tras tener contacto con ¡°infieles¡± o promover actos religiosos ¡°no autorizados¡± dentro de prisi¨®n. Tambi¨¦n se tendr¨¢ en cuenta si se muestra influenciable a otros internos ya radicalizados, si expresa ¡°admiraci¨®n hacia grupos terroristas¡± o si verbaliza ¡°hostilidad hacia la sociedad y la cultura occidental¡±.
Una vez cumplimentados los 63 indicadores ¨Dno todos tienen el mismo peso en la valoraci¨®n final¨D, el sistema arroja el nivel de riesgo del interno (alto medio o bajo) en cuatro par¨¢metros: violencia general, violencia ideol¨®gica, radicalismo y proselitismo, y vulnerabilidad. Y, junto a ello, un diagn¨®stico de peligrosidad del interno, que tambi¨¦n puede ser alto, medio o bajo. Estos an¨¢lisis deber¨¢n ser realizados con cada uno de los presos de manera sistem¨¢tica en febrero, junio y octubre de cada a?o. Para ello, los funcionarios de las ¨¢reas de Seguridad y Tratamiento de las c¨¢rceles donde hay internos yihadistas cuentan ya con una aplicaci¨®n inform¨¢tica espec¨ªfica, bautizada con las siglas DRAVY (Detecci¨®n de la Radicalizaci¨®n Violenta de etiolog¨ªa Yihadista) sobre cuyo uso ya han sido instruidos.
Seg¨²n el documento de Instituciones Penitenciarias, el resultado de estos controles facilitar¨¢ la coordinaci¨®n y el intercambio de informaci¨®n de los funcionarios responsables de las ¨¢reas de Seguridad y Tratamiento en el centro penitenciario donde hay reclusos yihadistas, as¨ª como ¡°un mejor conocimiento de los internos objeto de la aplicaci¨®n del presente instrumento¡±. Adem¨¢s, servir¨¢ de soporte ¡°en la toma de decisiones en lo relativo al tratamiento penitenciario¡± de los internos. De hecho, el resultado de estas valoraciones se facilitar¨¢ a las Juntas de Tratamiento de las c¨¢rceles ¨D¨®rgano colegiado formado por profesionales penitenciarios¨D para que la tengan en cuenta en las reuniones que celebren para estudiar la concesi¨®n a estos internos de cualquier tipo de beneficio penitenciarios, como permisos o el cambio a un r¨¦gimen penitenciario que les permita acceder, por ejemplo, la semilibertad.
En la renovaci¨®n de la nueva herramienta de detecci¨®n han participado, adem¨¢s de expertos de este organismo y de la Secretar¨ªa de Estado de Seguridad, miembros del Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Tambi¨¦n se han tenido en cuenta la investigaci¨®n que Prisiones ha desarrollado en los ¨²ltimos a?os sobre ¡°los procesos psicosociales subyacente a la radicalizaci¨®n de car¨¢cter yihadista¡± en colaboraci¨®n con el equipo de ?ngel G¨®mez, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Social de la Universidad a Distancia (UNED).
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