Trespaderne y los 42 pueblos donde nadie quiere ser alcalde: ¡°Todo el mundo se queja, pero nadie hace nada¡±
La localidad burgalesa se queda junto a otros ayuntamientos sin candidaturas municipales
El pr¨®ximo domingo 28 de mayo ser¨¢ un domingo normal en Trespaderne (Burgos, 730 habitantes). No habr¨¢ urnas, tampoco cortinas para proteger el secretismo del voto, aunque en los pueblos todo se sabe. Los bares no acoger¨¢n tertulias sobre qui¨¦n creen los parroquianos que gana las elecciones locales; la jornada de reflexi¨®n no exigir¨¢ mucha meditaci¨®n. En Trespaderne no habr¨¢ elecciones porque nadie quiere ser alcalde. El pueblo se ha quedado sin listas y afronta un pr¨®ximo vac¨ªo de poder, al igual que otras 42 poblaciones espa?olas carentes de candidaturas. La ley electoral ofrece una segunda oportunidad dentro de seis meses. Hasta entonces, alcald¨ªas en funciones y mucho cuchicheo en las calles.
La regidora de Trespaderne, Isabel L¨®pez, asegura sentirse ¡°atacada¡± ante los ¨²ltimos d¨ªas de mandato. Quedan muchos flecos por atar, papeleos por resolver y el reloj avanza inclemente. La burgalesa, de 55 a?os, abandonar¨¢ el 28 de mayo el mando recibido en 2011, cuando inici¨® la primera de sus tres legislaturas, sin que ning¨²n vecino aspire al Consistorio. L¨®pez no puede m¨¢s. ¡°Los alcaldes estamos disponibles 24 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana¡±, indica. Y tras esa dedicaci¨®n al lugar bajo el partido Iniciativa por Merindades ha decidido centrarse en el hotel rural del que vive mientras se desvive por Trespaderne. La mujer reclama un sueldo ¡°necesario¡± para compensar la implicaci¨®n de los posibles alcaldes. Ella cont¨® durante una fase de su mandato con un salario de media jornada, pero renunci¨® al abrir el alojamiento como aut¨®noma. ¡°Estamos solos, la gente debe entender que tengamos remuneraci¨®n para no perder dinero, ya no ganarlo¡±, expone la regidora en una sala del coqueto Ayuntamiento que pronto quedar¨¢ descabezado.
Esta escena del norte burgal¨¦s se repetir¨¢ en otros 42 municipios espa?oles donde tampoco hay listas. El ministerio del Interior ha registrado 43 localidades en esta tesitura. En el conjunto hay cuatro burgaleses, uno en Teruel, otro en Segovia y los dem¨¢s pertenecen a Navarra. Una mayor¨ªa absoluta que seg¨²n portavoces ministeriales tiene un porqu¨¦: ¡°Son los que m¨¢s municipios tienen de concejo abierto, con sus reglas forales, y adem¨¢s bastante peque?os¡±. La normativa, tal y como recoge la Ley Org¨¢nica del R¨¦gimen Electoral General (LOREG) y como describe L¨®pez, establece una especie de ¡°segunda ronda¡± para que el municipio pueda celebrar otras elecciones con alg¨²n otro aspirante en seis meses. Si el desinter¨¦s se mantiene, una gestora administrada por la diputaci¨®n manejar¨ªa Trespaderne o los otros n¨²cleos bajo este panorama. Otra opci¨®n, a?ade, es que alg¨²n for¨¢neo aparezca de repente o se encapriche y, dado que el Pleno quedar¨¢ desmantelado, pueda autoerigirse como alcalde sin oposici¨®n. La alcaldesa, que se quedar¨¢ ¡°en funciones¡± hasta verano para intentar garantizar el funcionamiento de las piscinas y otros servicios ante la multiplicaci¨®n de residentes, no lo quiere ni o¨ªr: ¡°Espero que sea un toque de atenci¨®n y que alguien se lance¡±.
La primera edil admite la dificultad de recopilar los siete integrantes de las listas en poblaciones menores de 1.000 habitantes y recalca c¨®mo en la ¨²ltima cita no tuvo rival porque los anteriores mandatarios, del PSOE, no lograron apoyos suficientes. Una pintada en rotulador blanco recibe al visitante del Ayuntamiento trespadernino. ¡°El pueblo quiere fiestas!!! [sic]¡±, reza una baldosa ante el mosqueo de L¨®pez. Los autores, acusa, pertenecen a ese colectivo tan notorio en los pueblos, esos que ni hacen ni dejan hacer, afirma, pues poco se mueven por la zona m¨¢s all¨¢ de quejarse. La apat¨ªa y el ¡°acomodamiento¡±, censura, propician que nadie pretenda el sill¨®n consistorial. Asimismo, conlleva que la apoyen: ¡°Hay mucho, la gente respeta lo que hago, admito cr¨ªticas y agradezco su paciencia¡±. La alcaldesa promete ¡°dar la paliza¡± para encontrar reemplazo, pero avisa: ¡°No lo recomiendo a quien tenga hijos, tiene un enorme coste personal¡±.
Los bares, ¨¢gora rural sin necesidad de periodos electorales, recogen el debate. Raquel G¨®mez, de 66 a?os, arguye su jubilaci¨®n para evitar el mando y resume lo que cuentan en la panader¨ªa, en las calles y en los portales quienes prefieren anonimato: ¡°Todo el mundo se queja, pero nadie hace nada¡±. ¡°Nos parece fatal, es la primera vez que pasa¡±, comenta. La juventud ¡°no se menea¡± y pesa el cl¨¢sico ¡°nos conocemos todos¡±, as¨ª que atreverse puede acarrear conflictos. ¡°Ya ver¨¢s c¨®mo alguien se presenta, no te preocupes¡±, augura antes de lanzarse a las calles donde muchas casas y negocios han bajado la persiana en los ¨²ltimos a?os. Koldo Kareaga, de 50 a?os, charla con unos amigos en una mesa aleda?a. ?l se ha lanzado a la pol¨ªtica con una formaci¨®n independiente en Montejo de Cebas (45 vecinos), donde dos listas optan al Consistorio. ¡°Esto no est¨¢ pagado, hay muchas envidias y no se puede decir a todo que s¨ª o a todo que no¡±, describe este hombre de origen vasco, pues en la comarca hay unos fuertes lazos con Euskadi por las migraciones del siglo pasado.
Menos entusiasmo revela Emilio Salvador, de 45 a?os. ?l no cree en la pol¨ªtica y sospecha que Trespaderne se queda sin candidaturas ¡°porque no hay dinero que mangar¡±. Salvador har¨¢ honor a su apellido present¨¢ndose en la peque?a pedan¨ªa de Santot¨ªs: ¡°La alternativa es quedarnos colgados, me van a obligar¡±. La resignaci¨®n pierde el pulso con el temor a pasar semanas sin alumbrado si alg¨²n d¨ªa se funden las bombillas. Como no tendr¨¢ rivales, pronto ser¨¢ investido. Pocas fiestas har¨¢ cuando llegue el d¨ªa: ¡°Nunca he querido ser ni presidente de la comunidad¡±.
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