La magistrada Espejel sobre la sentencia del aborto: ¡°No cabe afirmar un derecho¡± consistente en ¡°destruir la vida humana en formaci¨®n¡±
El voto discrepante considera que el Constitucional ha invadido competencias del Parlamento para ¡°imponer¡± el sistema de plazos como ¡°el ¨²nico constitucionalmente posible¡±
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
La magistrada del Tribunal Constitucional Concepci¨®n Espejel ha presentado un voto discrepante con la sentencia del aborto en el que afirma que ¡°no cabe, en rigor conceptual, afirmar un derecho subjetivo, referido a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, cuyo objeto no es otro que la destrucci¨®n de un bien jur¨ªdico como es la vida humana en formaci¨®n¡±. Espejel considera inconstitucional el sistema de plazos establecido en la citada ley de 2010, y declarada por el ¨®rgano de garant¨ªas como plenamente ajustado a la Carta Magna, en sentencia aprobada el pasado d¨ªa 9 por el pleno del tribunal. Dicha magistrada estima que ¡°la vida del concebido¡± encierra ¡°un valor intr¨ªnseco, sustantivizado e individualizado por tratarse no solo de vida, sino de vida humana en fase de gestaci¨®n¡±.
La magistrada Espejel ha preferido exponer su punto de vista en un texto diferenciado al ya conocido de sus compa?eros del grupo conservador del tribunal: Enrique Arnaldo, Ricardo Enr¨ªquez y C¨¦sar Tolosa. El primero de ellos redact¨® un primer borrador de sentencia que admit¨ªa el sistema de plazos, si bien declarando inconstitucional que la informaci¨®n a la gestante que quisiera abortar se limitara a un documento entregado en sobre cerrado, por considerar que es preciso que la informaci¨®n sobre la intervenci¨®n y sus posibles alternativas fuera siempre tambi¨¦n verbal y detallada.
El voto discrepante de Espejel constituye, en cambio, una cr¨ªtica mucho m¨¢s exhaustiva y radical al fallo dictado por el tribunal tras el cambio de ponente, que supuso la redacci¨®n de una nueva sentencia, la aprobada finalmente, que fue preparada por la vicepresidenta del Constitucional, Inmaculada Montalb¨¢n.
El texto del voto particular discrepa de la construcci¨®n del fallo argumentando, entre otras cosas, que ¡°contribuye a perpetuar la devaluaci¨®n cultural de la maternidad, en la medida en que apunta a la asimilaci¨®n del embarazo a una vulneraci¨®n del derecho a la integridad f¨ªsica y moral o a un trato inhumano o degradante de la mujer¡±, lo que ¡ªa?ade¡ª no puede compartir ¡°en modo alguno¡±.
El texto alternativo de la magistrada afirma que el Constitucional ¡°ha invadido competencias que corresponden con exclusividad al poder constituyente, al crear un pretendido derecho fundamental de la mujer a la autodeterminaci¨®n de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, no recogido en la Constituci¨®n y que contradice, lesiona o atenta contra un bien constitucionalmente protegido como es la vida del nasciturus [el concebido no nacido]¡±. Adem¨¢s, la sentencia ¡°impone el modelo recogido¡± en la ley del aborto de 2010 ¡°como el ¨²nico constitucionalmente posible¡±, y de este modo ¡°queda ¡®blindado¡¯ el sistema de plazos, se cierra la posibilidad de cualquier otra opci¨®n legislativa¡±. El voto particular expone que ¡°queda prejuzgada¡± la decisi¨®n que pueda adoptarse en eventuales impugnaciones futuras de la reciente modificaci¨®n de la legislaci¨®n sobre interrupci¨®n voluntaria del embarazo, que sigue basada en el sistema de plazos y no contempla plazos de reflexi¨®n de la mujer antes de abortar.
Espejel estima asimismo que la sentencia aprobada por el Constitucional por siete votos a favor ¡ªlos del sector progresista¡ª y cuatro en contra ¡ªlos del grupo conservador¡ª, trasluce ¡°una conceptuaci¨®n del embarazo y la maternidad como un factor de discriminaci¨®n de la mujer y una limitaci¨®n de su proyecto de vida o de sus aspiraciones personales y profesionales, que no comparto y, menos a¨²n, que al amparo de las mismas se justifique la desprotecci¨®n total de un bien constitucionalmente protegido como lo es la vida humana en formaci¨®n¡±. Para la firmante del voto particular se trata de ¡°una regulaci¨®n que no solo no contempla protecci¨®n real alguna de los derechos del nasciturus, sino que, contradiciendo las afirmaciones previas, da preponderancia absoluta a los derechos de la mujer¡±.
La magistrada sostiene que basta ¡°examinar esa pretendida ¡®tutela gradual¡¯ para concluir que la misma es ficticia y que encubre la total inexistencia de tutela de la vida humana en gestaci¨®n durante las catorce primeras semanas¡±. La realidad ¡ªafirma¡ª ¡°es que, en ese periodo, el nasciturus carece de protecci¨®n de ning¨²n tipo y que en el mismo no solo no se contempla limitaci¨®n alguna de la decisi¨®n de la mujer, sino que se deja a su libre arbitrio la destrucci¨®n del feto, como si se tratara de una parte no deseada de su cuerpo, de la que puede deshacerse a voluntad, sin condicionamiento de ning¨²n tipo y dejando al margen de la decisi¨®n al padre potencial, cuyo ADN tambi¨¦n porta el embri¨®n fecundado. Y, a este respecto, el texto cita que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que ¡°un padre potencial¡± puede presentarse ¡°como v¨ªctima de un aborto practicado a su hijo no nacido¡±, en referencia al caso Boso contra Italia.
Espejel destaca en este punto que ¡°el bien objeto de protecci¨®n que representa el nasciturus no es un bien ordinario m¨¢s, que pueda someterse al arbitrio de disponibilidad cuasi patrimonial por parte de una persona con poder para conservarlo o destruirlo¡±. Y a?ade que ¡°resulta insostenible afirmar que la destrucci¨®n de una vida humana sea una medida id¨®nea para garantizar la dignidad de la mujer o su integridad f¨ªsica y moral, que no exista una medida menos gravosa o lesiva o que el sacrificio del nasciturus reporte m¨¢s beneficios al inter¨¦s general que desventajas o perjuicios a otros bienes o derechos¡±.
El voto de Espejel tambi¨¦n se?ala que para que la informaci¨®n a la mujer embarazada pudiera considerarse m¨ªnimamente eficaz no deb¨ªa reducirse ¡°a un acto protocolario, gen¨¦rico y de mero tr¨¢mite¡±, sino ¡°poseer un car¨¢cter individualizado, adapt¨¢ndose a las caracter¨ªsticas espec¨ªficas y a las circunstancias y condiciones de cada embarazada y, a partir de ah¨ª, proponer las medidas sociales concretas y efectivas de las que puede ser beneficiaria la gestante¡±.
En cuanto al marco jur¨ªdico internacional, Espejel afirma que ¡°el ¡®derecho al aborto¡¯ ¨Co, si se quiere, el ¡®derecho a decidir¡¯, en materia de interrupci¨®n voluntaria del embarazo¨C no est¨¢ expresamente reconocido en ning¨²n Tratado Internacional suscrito por Espa?a¡±. Y a?ade que sucede ¡°m¨¢s bien, todo lo contrario¡±.
La magistrada discrepante argumenta asimismo que el tribunal hubiera tenido que permitirle abstenerse de tomar parte en este debate, porque sus criterios contrarios a la ley del aborto eran conocidos por haber participado en la redacci¨®n de un informe del Consejo General del Poder Judicial con puntos de vista similares a los de su voto particular. La abstenci¨®n ¡ªa?ade¡ª se basaba en la necesidad de preservar la apariencia de imparcialidad del ¨®rgano de garant¨ªas.
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