PSOE y Sumar buscan una pista de aterrizaje para Junts
La Moncloa no contempla la repetici¨®n electoral, pero S¨¢nchez esperar¨¢ para negociar con Puigdemont a que Feij¨®o intente la investidura
La maniobra no es sencilla pero solo hay una cosa clara: tiene que salir. Los hombres m¨¢s cercanos al presidente Pedro S¨¢nchez llevan varios d¨ªas d¨¢ndole vueltas al plan m¨¢s complejo al que se ha enfrentado el l¨ªder socialista en su larga historia de giros imposibles y resistencias inesperadas: buscar una pista de aterrizaje para que Junts pase del no a casi todo al s¨ª a la investidura. El recuento del voto en el extranjero se sald¨® con la p¨¦rdida de un esca?o del PSOE en favor del PP y, por tanto, no vale solo con que los fieles de Carles Puigdemont se abstengan.
Conjuradas para evitar la repetici¨®n electoral, las c¨²pulas de PSOE y Sumar se proponen avanzar en la f¨®rmula que logre el apoyo del bloque independentista, aunque atendiendo al tempo fijado por el presidente en funciones: hay que dejar que todo madure despacio; primero debe intentarlo el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, para que se vea con claridad que no puede lograrlo y que solo el socialista puede articular una mayor¨ªa posible. ¡°S¨¢nchez ha decretado descanso¡±, resumen en su entorno.
Junts ha planteado sin pa?os calientes sus condiciones de m¨¢ximos (autodeterminaci¨®n y amnist¨ªa), pero sin recurrir a ultim¨¢tums. El propio Puigdemont pidi¨® el s¨¢bado en un largo mensaje en Twitter que la negociaci¨®n no se desv¨ªe a cuestiones ¡°de personas¡± ¡ªen referencia a posibles ofertas que le permitan solucionar su situaci¨®n judicial¡ª y se acote todo a resolver el conflicto pol¨ªtico. El perd¨®n general y el refer¨¦ndum son l¨ªneas rojas para el PSOE, al estar fuera del ordenamiento constitucional, pero probablemente la propuesta del Gobierno tendr¨¢ que superar los t¨¦rminos con los que se logr¨® pactar con ERC en 2019: la mesa de di¨¢logo, la derogaci¨®n de la sedici¨®n o los indultos a los l¨ªderes del proc¨¦s condenados por el Supremo.
M¨¢s all¨¢ del contenido de la oferta, lo importante, seg¨²n coinciden diversas fuentes del m¨¢ximo nivel, es la decisi¨®n pol¨ªtica de Junts: ?querr¨¢ repetir elecciones y seguir fuera de todo o preferir¨¢ entrar a hacer pol¨ªtica? La ca¨ªda de su influencia ¡ªderivada de su decisi¨®n de salir del Govern en octubre o su p¨¦rdida de presencia en los ejecutivos de tres de las cuatro provincias catalanas¡ª hace que en La Moncloa, el PSOE y el PSC conf¨ªen en que, si en ese partido a¨²n se piensa en clave de poder y quieren volver a ser decisivos, apostar¨¢n por entrar a negociar.
Una de las claves para lograr ese giro de Junts a favor de la negociaci¨®n es, para los socialistas, el inapelable resultado electoral en Catalu?a. El PSC ha sacado m¨¢s esca?os que ERC y Junts juntos. La agenda del reencuentro promovida por S¨¢nchez, que incluy¨® adem¨¢s de inversiones que avanzan lentamente, los indultos a los l¨ªderes del proc¨¦s, cambios en el C¨®digo Penal y el reconocimiento de un conflicto pol¨ªtico, en vez de romper Espa?a como auguraba la derecha, coincide con una ca¨ªda en el voto a los independentistas. ¡°Los catalanes han votado de forma masiva contra un Gobierno de PP y Vox. El resultado es muy claro. Y el culpable de una posible repetici¨®n electoral tendr¨ªa un castigo a¨²n m¨¢s fuerte. Eso est¨¢ en la cabeza de todos los que estamos en esto¡±, se?ala una persona de confianza del presidente.
Puigdemont, poco dado a hablar de su familia en p¨²blico, denunci¨® el s¨¢bado que ha sido objeto de diferentes campa?as de noticias difamatorias en su contra, se lo ha se?alado como enfermo mental y ha recibido amenazas. ¡°Explico todo esto para que alguien se haga una idea del efecto que causa en m¨ª que digan que si Junts no vota a Pedro S¨¢nchez me caer¨¢ el mundo encima y vagar¨¦ como un alma en pena¡±, ironiz¨®.
El 23-J implic¨®, seg¨²n diversas estimaciones de comportamiento electoral, que unos 40.000 votantes de Junts prefirieran la papeleta socialista. Ese tr¨¢nsito, estiman en la formaci¨®n del expresident, permite afirmar que quienes votaron a Junts apoyaron el discurso confrontacional que hicieron en campa?a, donde, empezando por la candidata M¨ªriam Nogueras, siempre se igual¨® a PSOE y PP respecto a su trato a Catalu?a y se desentendieron de la gobernabilidad a nivel estatal.
De ah¨ª que cuando, el lunes, el secretario general del partido, Jordi Turull, expresara en RAC-1 una m¨ªnima voluntad de negociar, al describir la coyuntura como ¡°oportunidad de oro¡±, todos se preguntaran en cu¨¢l de sus frentes abiertos ubica Junts esa oportunidad. La gran duda en las filas del independentismo es hasta d¨®nde puede llegar S¨¢nchez con su oferta. ¡°Cualquier cuesti¨®n que abordemos tiene que estar estrictamente en ese marco constitucional¡±, defendi¨® el martes la portavoz del Gobierno, Isabel Rodr¨ªguez, intentando espantar cualquier duda.
El margen es estrecho. Las reformas legales ¡°con efectos de una amnist¨ªa¡± que quer¨ªa ERC est¨¢n ya aprobadas y el s¨¢bado el propio expresident insisti¨® en que el foco est¨¦ en resolver ¡°un conflicto pol¨ªtico profundo¡± y que el ¨¦nfasis no est¨¦ ¡°en las personas, sino en el pa¨ªs¡±. Sin la sedici¨®n en el C¨®digo Penal, a Puigdemont se lo acusa de malversaci¨®n agravada y desobediencia. El expresident podr¨ªa aspirar a un indulto, que es una prerrogativa del Ejecutivo, pero antes tendr¨ªa que hacer algo que el s¨¢bado descart¨® de nuevo: volver a Espa?a, asumir un proceso, tener una condena y empezar a cumplirla. Junqueras tuvo el indulto despu¨¦s de cuatro a?os en la c¨¢rcel.
El tuit del expresident deja clara la estrategia de su partido de que sea ¨¦l quien acapare los focos. Que el interlocutor sea alguien que incumple la ley, se jacta de ello y escapa al extranjero para evitarla puede ser motivo de cr¨ªtica para la oposici¨®n, pero para el partido es la manera de reivindicar la figura de su l¨ªder ante quienes lo han dado por liquidado y de dar ox¨ªgeno a la reivindicaci¨®n exterior del independentismo. Y m¨¢s con un S¨¢nchez en la presidencia rotatoria de la UE.
Pero una cosa es el mero intento y otra, negociar de verdad. ¡°A veces creo que hay gente que no es que no le guste la v¨ªa negociada, sino que le molesta que la lideremos nosotros¡±, asegur¨® a este diario el l¨ªder republicano Gabriel Rufi¨¢n durante la campa?a. Plantear que la presencia de Puigdemont en la mesa de di¨¢logo da m¨¢s garant¨ªas o m¨¢s credibilidad al mismo ser¨¢ menos convincente despu¨¦s de los r¨ªos de tinta y ataques por tierra, mar y aire de Junts contra el di¨¢logo.
El riesgo de pugna Junt-ERC
Dentro de Junts, hay quien cree que explicitar la idea de que se negocia sin cesiones y se resiste tiene premio, sobre todo por la activaci¨®n de una la bolsa de secesionistas abstencionistas (unos 300.000 hace una semana) cr¨ªticos con la acci¨®n de los partidos. Mientras que en el Pa¨ªs Vasco el PNV o EH Bildu hicieron un discurso desacomplejadamente antifascista sin que nadie dudase de su independentismo, en Catalu?a vincularse de alguna manera con la gobernabilidad estatal termina siendo arma arrojadiza.
Con todo, el campo real de lucha pol¨ªtica con ERC es la Generalitat y, aprovechando la desorientaci¨®n del rival tras los dos ¨²ltimos fiascos electorales, la tentaci¨®n por parte de Junts de dar un golpe adicional a los republicanos es tan grande como arriesgada. O directamente t¨®xica. Fuentes de la c¨²pula de la formaci¨®n de Oriol Junqueras creen que en Junts son conscientes de que una eventual subida de Vox tiene como consecuencia darles alas a los partidos independentistas de ultraderecha, como Alian?a Catalana, y ah¨ª Junts tiene todas las de perder por cierta frontera m¨¢s esencialista.
El PSOE de S¨¢nchez, seg¨²n su entorno, a diferencia del PP, reconoce y respeta a ERC y a Junts incluso aunque en campa?a calificara a Puigdemont de ¡°an¨¦cdota¡±. ¡°Sabemos que cualquier avance en la soluci¨®n de la crisis territorial debe partir del di¨¢logo con ellos. Con los dos. Las respetamos desde la discrepancia, y reconocemos su legitimidad. Para seguir avanzando en la soluci¨®n a la crisis territorial, la legislatura debe echar a andar¡±, resumen en La Moncloa.
Hay la convicci¨®n de que nadie piensa seriamente ahora en reactivar un proc¨¦s que no tendr¨ªa apoyo popular suficiente y creen que el triunfo del PSC certifica ese viraje. Con todo, reconocen, ser¨¢ muy dif¨ªcil encontrar una propuesta que les valga a los dos. Aunque ahora se habla de una negociaci¨®n previa del independentismo, en La Moncloa saben que la rivalidad entre ERC y Junts es decisiva y que habr¨¢ que cuidarlos mucho a ambos para que no estalle en el peor momento.
El riesgo de fracaso es innegable. La decisi¨®n final est¨¢ en manos de Puigdemont, un dirigente que lleva casi seis a?os viviendo en Bruselas para escapar de la justicia espa?ola y se enfrenta a un panorama judicial muy complicado y que en otras ocasiones ha maniobrado para decantar decisiones, pese a haber dejado la presidencia del partido hace un a?o. Pero muchos en el PSOE recuerdan ahora que, cuando se inici¨® el di¨¢logo con ERC en 2019 para la investidura de S¨¢nchez, las cosas tambi¨¦n eran muy dif¨ªciles, y se logr¨®. Entonces Junqueras, el hombre que tomaba esa decisi¨®n, no estaba en Bruselas, sino en la c¨¢rcel desde 2017. Dos meses antes hab¨ªa sido condenado a 13 a?os de prisi¨®n, y las calles de Barcelona se hab¨ªan incendiado como reacci¨®n. Fue muy dif¨ªcil, estuvo a punto de no salir, pero los negociadores del PSOE ¡ªAdriana Lastra, Jos¨¦ Luis ?balos y Salvador Illa¡ª lograron firmar con los de ERC ¡ªMarta Vilalta, Josep Mar¨ªa Jov¨¦, procesado por la organizaci¨®n del refer¨¦ndum del 1-O, y Gabriel Rufi¨¢n¡ª un documento que abr¨ªa paso a la mesa de di¨¢logo y permiti¨® la investidura de S¨¢nchez.
El ¨²nico que seguir¨¢ como hombre clave es Salvador Illa, l¨ªder del PSC y persona de m¨¢xima confianza del presidente. El resto del equipo cambiar¨¢. Santos Cerd¨¢n, secretario de organizaci¨®n del PSOE, estar¨¢ detr¨¢s de los posibles pactos. Siempre discreto, Cerd¨¢n est¨¢ en todas las negociaciones delicadas con EH Bildu, pero tambi¨¦n con el PNV o con UPN (fue quien pact¨® el voto de los navarros a favor de la reforma laboral que luego se frustr¨® con los dos tr¨¢nsfugas que se han pasado al PP). F¨¦lix Bola?os, el gran negociador de S¨¢nchez en estos ¨²ltimos a?os, estar¨¢ detr¨¢s moviendo los hilos de cualquier documento delicado con Mar¨ªa Jes¨²s Montero, siempre pendiente de un acuerdo no solo pol¨ªtico sino tambi¨¦n econ¨®mico, con medidas importantes para Catalu?a.
En Sumar tambi¨¦n quieren aportar para convencer a Junts ¡ªen 2019 Unidas Podemos tuvo menos protagonismo con ERC¡ª y Yolanda D¨ªaz ya se ha implicado para tratar de acercar posiciones con Puigdemont a trav¨¦s de Jaume Asens. Mucha gente se est¨¢ moviendo con el objetivo de preparar esa pista de aterrizaje para Junts, aunque la negociaci¨®n se antoja lenta.
De momento, el primer hito es la Mesa del Congreso. Ah¨ª hay un cierto espacio para un acuerdo, porque tanto ERC como Junts tienen un claro incentivo: necesitan apoyo para formar grupo parlamentario porque no han llegado al 15% en todas las provincias en las que se presentaban, como requiere el reglamento. En el pasado se ha autorizado a tener grupo ¡ªalgo muy importante pol¨ªtica y econ¨®micamente¡ª sin ese 15%, pero es la Mesa quien decide. As¨ª que tanto ERC como Junts tienen mucho que ganar con este primer acuerdo para votar a un socialista como presidente del Congreso, aunque eso no sea ninguna garant¨ªa para la investidura de S¨¢nchez.
Los socialistas tambi¨¦n conf¨ªan en que dentro de Junts haya un debate profundo para no perder esta oportunidad de entrar a jugar pol¨ªticamente y aprovechar la posici¨®n de privilegio que les da el hecho de que sin sus siete votos no hay investidura posible.
En La Moncloa conf¨ªan en el papel de Turull, con perfil m¨¢s negociador y que fue precisamente uno de los indultados por el Gobierno. De momento, el n¨²mero dos de Junts siempre se ha plegado a lo que dice Puigdemont o, al menos, no dice lo que piensa en p¨²blico para evitar m¨¢s ruido interno. Pero queda much¨ªsimo para saber qu¨¦ pasar¨¢, insisten en La Moncloa.
Feij¨®o podr¨ªa precipitar las cosas si se presenta a la investidura, porque har¨ªa correr el reloj ¡ªdos meses desde su votaci¨®n fallida¡ª pero los c¨¢lculos que se manejan hablan de una investidura en octubre como pronto y tal vez en noviembre, salvo que todo se despeje muy r¨¢pido.
Tanto en el partido que pilota Turull como en Esquerra creen que S¨¢nchez no mover¨¢ ficha hasta despu¨¦s de la sesi¨®n constitutiva de las Cortes o incluso a principios de septiembre. En Catalu?a tambi¨¦n se ha decretado el descanso despu¨¦s de enlazar dos convocatorias electorales sucesivas.
El 11 de septiembre, la Diada, el independentismo pasa por su anual term¨®metro de movilizaci¨®n y el a?o pasado fue all¨ª donde el divorcio ¨Dno solo entre los exsocios en el Govern, sino con la ciudadan¨ªa independentista¨D se hizo m¨¢s evidente. De momento, ?mnium Cultural arrima el hombro para intentar trabar el pacto interno y habr¨¢ que ver el rol que asuma la Assemblea Nacional Catalana.
Tambi¨¦n se abrir¨¢ una incierta negociaci¨®n presupuestaria en Catalu?a a la que el president Pere Aragon¨¨s, de ERC, solo llega con 33 de los 135 apoyos disponibles en el Parlament. La luz verde depende de que Junts o el PSC, m¨¢s los comunes, lo apoyen.
La pregunta que habr¨¢ que responder cuando se vaya agotando el plazo y la negociaci¨®n llegue a su punto clave es: ?quiere Puigdemont una repetici¨®n electoral que pueda traer un Gobierno de PP-Vox contra el que est¨¢ la gran mayor¨ªa de los catalanes? Y, pese a expresar que el futuro de la legislatura no es su responsabilidad, ?est¨¢ dispuesto a asumir el coste de ser el culpable de ese fiasco tras las expectativas generadas por el inesperado freno a la derecha el 23 de julio? Quedan muchas semanas para saberlo. Pero lo que s¨ª se sabe es que la gobernabilidad de Espa?a depende de esas respuestas.
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