Un astillero del siglo XVII activo y en peligro en la M¨¢laga del siglo XXI
Astilleros Nereo, ¨²nica carpinter¨ªa de ribera de Andaluc¨ªa, mantiene viva la construcci¨®n de j¨¢begas y sardinales como en la ¨¦poca fenicia mientras corre riesgo su actividad por la construcci¨®n de un paseo mar¨ªtimo
Hay un rinc¨®n en el barrio de Pedregalejo, en M¨¢laga, donde se mezclan los aromas a madera, salitre y brea. Es un lugar repleto de tablas, moldes, anclas, hojas de sierra, remos, redes de pesca y herramientas de nombres singulares. All¨ª, bajo la protecci¨®n de la Virgen del Carmen, trabaja a diario Alfonso S¨¢nchez Guitard, siempre con piezas de cuaderna en su maltrecha mano o ense?ando con sabidur¨ªa a j¨®venes que se han lanzado a fabricar sus propias embarcaciones o colaboran construyendo una r¨¦plica de una vieja j¨¢bega fenicia. Es Astilleros Nereo, sitio ¨²nico en toda Andaluc¨ªa ¡ªy de los pocos de Espa?a¡ª en mantener viva la carpinter¨ªa de ribera. Esta actividad est¨¢ en peligro a pesar de su inclusi¨®n desde 2008 en el Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz. Su mayor enemigo es la intenci¨®n del Ayuntamiento de sustituir parte de sus instalaciones por un paseo mar¨ªtimo.
Ahora, en un recinto ubicado entre el viejo balneario de los Ba?os del Carmen y las peque?as casitas de pescadores del barrio de Pedregalejo, hoy muchas transformadas en viviendas tur¨ªsticas, la construcci¨®n de barcos de madera se realiza en este mismo lugar desde el siglo XVII. ¡°La carpinter¨ªa de ribera lleg¨® aqu¨ª antes que el propio barrio¡±, apunta S¨¢nchez Guitard. Junto a su hermano Ernesto aprendi¨® la profesi¨®n de su padre, Juan Antonio. Y ¨¦ste del suyo, que ya constru¨ªa llauts en la playa de La Rada, en Estepona, donde la familia hab¨ªa llegado desde Catalu?a.
Durante la Guerra Civil se trasladaron a M¨¢laga y, cerca del mar, adquirieron el viejo astillero Juaristi en 1966. Lo bautizaron como Nereo en honor al dios griego marino, cuyo tridente y cola de drag¨®n lucen en el escudo del negocio. Desde entonces aqu¨ª se construyen embarcaciones de manera artesanal bajo las ense?anzas tradicionales. ¡°En aquella ¨¦poca la fibra se estaba imponiendo, pero mi padre dec¨ªa que prefer¨ªa la madera porque flotaba. En caso de que el barco se hunda, siempre ha preferido agarrarse a un tabl¨®n que a un trozo de pl¨¢stico¡±, dice el maestro carpintero.
Las instalaciones se ubican junto a una min¨²scula playa donde descansa la j¨¢bega m¨¢s antigua de M¨¢laga ¡ªla Rosario y Ana, construida por su abuelo en 1932, que sale a navegar cada s¨¢bado a gracias a un grupo de voluntarios¡ª y atravesar el port¨®n de su fachada supone reencontrarse con los sistemas ancestrales de fabricaci¨®n de botes. Un simple vistazo abarca siglos de historia marinera. Como la que acumula el ¨²ltimo sardinal de la provincia ¡ªque tomaba su nombre del arte de pesca especializado en capturar las tan populares sardinas¡ª, ahora en restauraci¨®n, o la j¨¢bega que en las pr¨®ximas semanas ir¨¢ camino del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla como ejemplo del patrimonio etnol¨®gico andaluz.
Hay otras dos de estas barcas malague?as en camino: una para la Hermandad de la Virgen del Carmen de Nerja y otra para un empresario local. Una tercera, ya avanzada, forma parte de un trabajo que arranc¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada. Es la construcci¨®n de la r¨¦plica de una barca fenicia del siglo VII antes de Cristo bajo las mismas medidas, t¨¦cnicas y maderas ¡ªpino, roble y olivo, impermeabilizadas con c¨¢?amo y brea¡ª que la Mazarr¨®n II, hundida hace 2.500 a?os en el Mediterr¨¢neo.
¡°Este es un lugar absolutamente esencial¡±, contaba Fernando Wulff es catedr¨¢tico de Historia Antigua de la Universidad de M¨¢laga, en el documental Nereo, madera viva. ¡°No se puede acabar con esto y de repente inventarse un astillero de ribera. Destruir esto es el equivalente a destruir la catedral de M¨¢laga¡±, insist¨ªa el especialista a los pies de uno de los proyectos fara¨®nicos de Astilleros Nereo. Es otra r¨¦plica. En este caso del bergant¨ªn Galveztown con el que el malague?o Bernardo de G¨¢lvez abri¨® paso a la armada a finales del siglo XVIII para tomar la fortaleza de Pensacola, en el continente americano, batalla decisiva para la consolidaci¨®n de Estados Unidos. En 2026 se celebran 250 a?os de la independencia de dicha naci¨®n y el objetivo es que este enorme barco ¡ªque empez¨® a construirse en 2009¡ª vuelva a entrar por la misma bah¨ªa que el original naveg¨® entonces. A su alrededor hay restos de viejos botes que alg¨²n d¨ªa ser¨¢n reparados y en los distintos talleres del recinto se pueden ver, al menos, media docena de snipes en los que sus propietarios trabajan con mimo y paciencia. Todos van a vela latina, arte que tambi¨¦n se recupera en estas instalaciones. Quien quiere construir aqu¨ª su peque?o bote no tiene m¨¢s que pagar 900 euros de entrada y 50 euros al mes. A cambio, el personal del astillero facilita la madera y la formaci¨®n para hacerlo.
Esa es una de las v¨ªas de financiaci¨®n de este hist¨®rico lugar, considerado por el Gobierno como uno de los 100 elementos del Patrimonio Industrial Hist¨®rico de Espa?a. La principal procede de diferentes encargos ¡ªcomo las j¨¢begas¡ª y las labores de restauraci¨®n que realizan en embarcaciones situadas en distintos puertos de Andaluc¨ªa como los de Sotogrande y Algeciras, ambos en C¨¢diz, que ayudaron al negocio a superar la pandemia. El turismo tambi¨¦n representa una parte de ingresos gracias a turoperadores locales que llevan a peque?os grupos a conocer el recinto, donde tambi¨¦n los integrantes de La mar salada realizan rutas teatralizadas. Los s¨¢bados, el espacio abre sus puertas para visitas gratuitas.
¡°Surrealista y siniestro¡±
Para la familia S¨¢nchez Guitard el problema es que la mayor parte de esos ingresos se dedica no a ampliar la plantilla, sino a costear un abogado. ¡°Llevamos 42.000 euros gastados ya en un letrado para que nos defienda del ayuntamiento. Es algo surrealista y siniestro. Es muy triste que M¨¢laga quiera cargarse su historia y su patrimonio para hacer una acera¡±, lamenta quien tiene marcado en fuego fechas, datos, cap¨ªtulos de leyes, apartados, cifras o reuniones que ha mantenido en los ¨²ltimos a?os en defensa de su actividad. Es una enciclopedia y rebatirle es complejo. Es optimista, pero tambi¨¦n realista. Aunque recuerda que mientras la noticia de la desaparici¨®n del astillero se repite cada pocos a?os, nunca se ha hecho efectiva. ¡°Resistimos¡±, subraya.
Los problemas arrancaron con el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana (PGOU) de M¨¢laga, aprobado en 2011. Donde se levanta Astilleros Nereo se prev¨¦ un Parque Mar¨ªtimo Terrestre y la construcci¨®n de un paseo mar¨ªtimo que una el que llega a los Ba?os del Carmen con el de Pedregalejo. El municipio plantea desde entonces la reubicaci¨®n de las instalaciones, moviendo parte ¡°a unos 50 metros¡± de su ubicaci¨®n actual, seg¨²n fuentes municipales, cort¨¢ndole su acceso directo al mar. En realidad ese camino est¨¢ cercenado desde 2005 cuando el consistorio construy¨® una tuber¨ªa y una escollera para protegerla, obstaculizando el varadero del astillero, seg¨²n denuncia S¨¢nchez Guitard.
Los tr¨¢mites son complejos por la situaci¨®n del antiguo balneario, su concesi¨®n y las m¨²ltiples condiciones que la Demarcaci¨®n de Costas ha puesto a lo largo de los a?os para la construcci¨®n de un parque en la zona. Fuentes de este organismo aseguran que el asunto est¨¢ en manos de la Junta de Andaluc¨ªa, que debe decidir ¡°si se trata de una estructura protegida y el tipo de protecci¨®n¡±.
En 2008 la administraci¨®n auton¨®mica inscribi¨® la actividad de carpinter¨ªa de ribera de Pedregalejo en su Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz. Es uno de los clavos a los que se agarra la familia S¨¢nchez Guitard, que lo considera motivo suficiente para que se mantenga todo en su sitio. Tras a?os de litigio, el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (TSJA) les dio la raz¨®n en 2019 y pidi¨® a la administraci¨®n andaluza actualizar el grado de protecci¨®n.
Este invierno la Consejer¨ªa de Cultura aclar¨® que lo que proteg¨ªa era la actividad, no el sitio en el que se lleva a cabo. Y tambi¨¦n plante¨® la reubicaci¨®n del taller unos metros m¨¢s al norte para dejar hueco a la construcci¨®n del paseo mar¨ªtimo. El traslado es rechazado por Nereo, que present¨® 80 folios de alegaciones. P¨¢ginas que se suman a miles anteriores en defensa de un patrimonio tan singular como ¨²nico al que le quedan energ¨ªas para batallar. ¡°Es que quieren cargarse la historia y el patrimonio para hacer una acera. ?Estamos locos?¡±, insiste S¨¢nchez Guitard mientras ajusta piezas en una de sus preciadas j¨¢begas.
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