Feij¨®o y Abascal, el reencuentro de dos compa?eros de viaje con distinta hoja de ruta
El PP y Vox, unidos este domingo en Barcelona contra la amnist¨ªa, discrepan en su estrategia; el primero reclama autonom¨ªa para pactar y el segundo quiere atarlo corto a una ¡°alternativa nacional¡±
La primera reuni¨®n entre los l¨ªderes del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y Vox, Santiago Abascal, tuvo lugar el 22 de septiembre de 2022. Cuando se produjo aquel encuentro, que solo se hizo p¨²blico a posteriori, ambos partidos solo compart¨ªan el Ejecutivo de Castilla y Le¨®n, cuya conformaci¨®n bendijo Feij¨®o d¨ªas despu¨¦s de ser investido presidente de los populares, con la duda de si imprimir¨ªa un giro hacia la moderaci¨®n en la l¨ªnea de su formaci¨®n. Este domingo, poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s, Feij¨®o y Abascal coincidir¨¢n en la manifestaci¨®n convocada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona contra una posible amnist¨ªa para los encausados por el proc¨¦s, tras haber fraguado coaliciones de gobierno en Comunidad Valenciana, Extremadura, Arag¨®n, Murcia y unos 140 ayuntamientos.
Siempre, por parte del PP, de mala gana, como mal menor. Al menos, eso es lo que dice. Feij¨®o calific¨® esta semana de necesarias dichas alianzas para evitar la repetici¨®n electoral en esos territorios. Y achac¨® a los acuerdos en la Comunidad Valenciana y Extremadura, suscritos antes del 23-J, la responsabilidad de no haber cumplido sus expectativas en las generales. Para Feij¨®o, la culpa de sus quebraderos de cabeza la tendr¨ªa su socio preferente. ¡°?Yo quiero pactar con Vox? Evidentemente no. ?Y eso nos ha podido costar 10 diputados? Pues evidentemente¡±, declar¨® en Onda Cero.
En su equipo alegan que ¡°no se puede aislar a la tercera fuerza pol¨ªtica de Espa?a¡±, en alusi¨®n a Vox; y se lamentan de que el ¡°marco medi¨¢tico¡± de la campa?a del 23-J girase en torno a la posibilidad de que Abascal se sentase en un Consejo de Ministros presidido por Feij¨®o, lo que espant¨® a muchos electores de centro.
La lectura de Vox es la contraria. Abascal apost¨® todas sus cartas a convertirse en el Pablo Iglesias del l¨ªder del PP, el socio menor de una coalici¨®n de derechas con despacho de vicepresidente en La Moncloa. Si no lo logr¨®, asegura, fue por la err¨¢tica estrategia de su socio, que desmoviliz¨® al votante de derechas al dar por descontada la victoria y blanquear a Pedro S¨¢nchez con su oferta de pactos de Estado.
Pero ambos est¨¢n obligados a pasar p¨¢gina y a enfrentarse a un nuevo escenario: la investidura fallida de Feij¨®o ha certificado que su destino a corto plazo no est¨¢ en compartir el banco azul del Congreso sino los esca?os de la oposici¨®n frente a una probable reedici¨®n del Gobierno de izquierdas con apoyo nacionalista. Y nada vaticina que la convivencia entre las dos fuerzas de la derecha vaya a ser pac¨ªfica.
Pese a haberlo aupado a las instituciones, Feij¨®o sigue mirando con aprensi¨®n y recelo a su vecino ideol¨®gico. En los escasos meses que llevan de gobierno compartido en municipios y comunidades han aflorado ya las tensiones. Solo en esta semana, ha dimitido en Extremadura la ¨²nica consejera de Vox, por problemas con su propio partido; en Gij¨®n, la alcaldesa, de Foro Asturias, ha echado del tripartito de derechas a la concejala ultra harta de ella; y en la Comunidad Valenciana, el partido de Abascal se ha desmarcado de una iniciativa, respaldada por el PP, para reeditar el pacto contra la violencia de g¨¦nero. Adem¨¢s, Vox ha lanzado una campa?a para implantar el veto parental en todas las comunidades en las que tiene presencia, impidiendo que se imparta educaci¨®n en materia de igualdad, respeto a la diversidad o formaci¨®n afectivo-sexual sin permiso de los progenitores. Una propuesta que vulnera la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (Lomloe) y desborda los pactos territoriales suscritos con el PP.
En su partido llevan tiempo exigiendo a Feij¨®o que clarifique sus lazos con los ultras, pues sus vaivenes respecto a Vox han ido in crescendo. El l¨ªder popular ¡ªque tachaba de ¡°extrema derecha¡± al partido de Abascal cuando presid¨ªa la Xunta y se ufanaba de que no hubiera entrado en el Parlamento gallego¡ª reconoci¨® de manera inequ¨ªvoca la fuerza de los 33 esca?os de Vox y le agradeci¨® su apoyo sin condiciones despu¨¦s de que el Rey lo nominase como candidato a la investidura. Incondicional pero no gratuito, porque entre el 22 de agosto, cuando Abascal acudi¨® a La Zarzuela, y el 26 de septiembre, cuando comenz¨® el debate, el PP abri¨® la puerta a Vox en el Gobierno murciano, a lo que hasta entonces se hab¨ªa negado en redondo el presidente popular, Fernando L¨®pez Miras.
Como se sab¨ªa de antemano, los votos de Vox no solo no sirvieron a Feij¨®o para resultar investido, sino que lo inhabilitaron para pactar con otros posibles socios, como el PNV. Pese a ello, el candidato popular abraz¨® en su discurso algunas de las banderas de Vox como la denuncia del supuesto ¡°alarmismo clim¨¢tico¡± o el compromiso de desterrar un imaginario ¡°adoctrinamiento en las aulas¡±. Incluso blanque¨® al partido ultra calific¨¢ndolo de formaci¨®n ¡°unitaria¡±, por defender el desmantelamiento del Estado auton¨®mico. ¡°Muchas cosas que hasta ahora solo defend¨ªa Vox, ahora las defienden tambi¨¦n ustedes y se lo agradezco¡±, le dijo Abascal complacido.
¡°Vox no es un partido, es una actitud¡±, se?ala una fuente del ala dura del PP, que empuja a Feij¨®o a seguir el camino marcado por la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso. Golpear ¡°directo¡± y ¡°fuerte¡± es lo que, en su opini¨®n, debe hacer el l¨ªder popular para recuperar votantes a su derecha. El problema es que Feij¨®o sabe que no puede gobernar si no ensancha su base electoral por la izquierda.
D¨ªas antes de su frustrada investidura, el presidente popular se enred¨® con su propia protesta contra la amnist¨ªa en Madrid, que primero iba a ser manifestaci¨®n y acab¨® en mitin. Todo para evitar una foto con Abascal. Este domingo ambos estar¨¢n en Barcelona, aunque es dif¨ªcil que la imagen de los dos juntos (un reestreno de la foto de Col¨®n de 2019 ya sin el extinto Ciudadanos) se produzca. En todo caso, los populares restan importancia a la coincidencia de ambos y aducen que se trata de un acto de Sociedad Civil Catalana (SCC), al que Feij¨®o acudir¨¢ como ¡°un ciudadano m¨¢s¡±, junto a barones auton¨®micos como los presidentes de Arag¨®n, Murcia, Madrid y Andaluc¨ªa.
El suelo de Vox del 7%
Distintos dirigentes del PP coinciden en que el partido ultra tiene un ¡°suelo¡± electoral, en torno al 7% de los votos, del que es muy dif¨ªcil que baje. El 23-J, Vox logr¨® el 12,39% y esos cinco puntos son los que tendr¨ªa que rascar Feij¨®o. Para ello, creen que la reedici¨®n de la coalici¨®n de izquierdas supondr¨ªa una ¡°oportunidad¡±. Feij¨®o, entienden los suyos, debe jugar un papel central como l¨ªder de una oposici¨®n ¡°solvente¡± frente a S¨¢nchez, si este logra ser investido. ¡°Hay que hacer discursos claros que a Vox no le gustan. Cuando esta gente [los ultras] se pase, le?a. Cuando coincidamos, decirlo. Tenemos que tratarlos como a cualquier partido, con el agravante de que gobernamos con ellos¡±, admiten. Est¨¢n convencidos de que, ¡°en la oposici¨®n, Vox se volver¨¢ irrelevante¡± y el PP ganar¨¢ terreno si no hace ¡°numeritos¡± ni cae en provocaciones.
Si los populares esperan que el partido ultra sea una mera comparsa en su estrategia de oposici¨®n, este no se lo va a poner f¨¢cil. ¡°Abascal y Feij¨®o van en el mismo coche y el primero deja que el segundo sea el que conduzca porque tiene m¨¢s votos, pero Abascal es el copiloto y le marcar¨¢ la ruta¡±, advierte un buen conocedor del l¨ªder ultra. Mientras Feij¨®o quiere tener las manos libres y apuesta por los pactos de geometr¨ªa variable, en funci¨®n del lugar y el momento, Abascal quiere atar corto a sus socios y ya le ha puesto nombre al veh¨ªculo en el que ambos viajan: la ¡°alternativa nacional¡±. En el mejor de los casos, se trata de una actualizaci¨®n de la CEDA (Confederaci¨®n Espa?ola de Derechas Aut¨®nomas), la alternativa derechista al Frente Popular durante la Segunda Rep¨²blica.
El problema es que, aunque coincidan en su oposici¨®n a la amnist¨ªa, no es f¨¢cil que se pongan de acuerdo en la velocidad ni en la ruta. Por muy dura que sea la oposici¨®n de Feij¨®o, Abascal siempre llegar¨¢ antes y m¨¢s lejos. Si el PP rechaz¨® el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, Vox le exige que emplee su mayor¨ªa absoluta en el Senado para barrerlas de la C¨¢mara alta, donde se vienen usando desde 2005 sin problemas. Si Feij¨®o descarta pactar con los nacionalistas perif¨¦ricos pero se abre a hablar con ellos, Abascal reclama su ilegalizaci¨®n lisa y llana.
El l¨ªder de Vox anunci¨® que estar¨ªa en la manifestaci¨®n de Barcelona cuando Feij¨®o a¨²n dudaba si acudir y, ahora que el presidente del PP va a manifestarse contra la amnist¨ªa, Abascal ya tiene otra cita: el d¨ªa 29 estar¨¢ en el acto convocado en la madrile?a plaza de Col¨®n por Denaes (Defensa de la Naci¨®n Espa?ola), la fundaci¨®n regada con fondos p¨²blicos por el Gobierno madrile?o del PP que sirvi¨® de incubadora a Vox. Aletargada durante a?os, el partido ultra la ha resucitado para manifestarse ¡°contra el golpe de S¨¢nchez¡±. La ret¨®rica de Abascal pasa as¨ª de acusar al Gobierno de ¡°ileg¨ªtimo¡± en la anterior legislatura a tacharlo de ¡°golpista¡± ¡ªes decir, ilegal y criminal¡ª en esta. Falta saber si Feij¨®o lo seguir¨¢ por esa pendiente.
La coalici¨®n se derechas se descose en los territorios
El traje diseñado por el PP y Vox para gobernar en comunidades autónomas y ayuntamientos se empieza a descoser apenas recién estrenado. El jueves dimitió la única consejera de Vox en Extremadura, María del Camino Limia, por discrepancias con su partido. La sustituyó al frente de la cartera de Gestión Forestal y Mundo Rural Ignacio Higuero, pariente del diputado de Vox en el Congreso Ignacio de Hoces, que ya ejercía como director general en la consejería. Un día antes, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, de Foro Asturias, expulsó a los ultras del Gobierno tripartito de derechas con el PP. “Se acabó”, sentenció Moriyón después de que la concejala de Vox, Sara Álvarez Rouco, anunciara, sin consultarlo, que se proponía dar un giro al Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) para que reflejase los valores de su partido. En las Cortes valencianas, PP y Vox, socios del Gobierno regional, votaron por primera vez por separado cuando los ultras se opusieron a una moción que instaba al Ejecutivo a aprobar una segunda edición del pacto contra la violencia de género. Se aprobó con los síes del PP, PSOE y Compromís. Por su parte, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla aparcó en Andalucía la iniciativa para legalizar los regadíos irregulares del entorno de Doñana, promovida por Vox, tras un acuerdo con el Ministerio de Transición Ecológica.
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