Los nuevos neonazis son cuarentones frustrados
La Operaci¨®n Arno, de Polic¨ªa y Mossos, destapa un perfil muy distinto de los grupos de ultraderecha nacidos de la polarizaci¨®n social: ¡°No son j¨®venes rapados¡±
La llamada Operaci¨®n Arno, contra la organizaci¨®n nazi Combat 18 y que se saldaba esta semana con 16 detenidos, ha destapado una cara desconocida de la ultraderecha en Espa?a. Los arrestados, 13 hombres y tres mujeres de entre 35 y 45 a?os, interceptados en Catalu?a (11) y otros cinco entre Lugo, M¨¢laga, Madrid y Toledo, son viejos conocidos, ¡°algunos hist¨®ricos¡±, de la polic¨ªa de los movimientos y grupos de extrema derecha. ¡°Gente vinculada al extremismo violento desde hace m¨¢s de 20 a?os¡±, se?alan fuentes de la investigaci¨®n, ¡°que est¨¢n ya en la cuarentena, con trabajos modestos, que viven con sus familias y con hijos en barrios obreros, aunque mantienen en sus casas toda clase de simbolog¨ªa supremacista blanca, desde banderas nazis en el cabecero de la cama hasta figuritas de Hitler en el sal¨®n¡±, aseguran, a la luz de la ingente cantidad de merchandising que encontraron en los registros, los agentes de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional y los Mossos d?squadra.
El desmantelamiento policial de este grupo, prohibido en Francia y que pretend¨ªa asentarse en territorio espa?ol a trav¨¦s de sus conexiones en Catalu?a, ha puesto en evidencia que los nuevos grupos neonazis no son ya j¨®venes de cabeza rapada con zapatillas y ropa oscura ajustada que se organizan y radicalizan en las redes sociales, como Basti¨®n Frontal (ya desaparecido), sino que est¨¢n emergiendo ¡°desde el desencanto de esos militantes hist¨®ricos al calor de la polarizaci¨®n social¡±, analizan los investigadores que tienen perfectamente monitorizados a estos colectivos. ¡°Son veteranos que han formado parte de decenas de grupos de ultraderecha a lo largo de su vida pero que se han hartado de que ninguno prospere o llegue a buen puerto y ahora quieren hacer algo, est¨¢n frustrados y ven una oportunidad de volver a darle sentido a lo que siempre ha sido su obsesi¨®n¡±, explican las mismas fuentes.
Y, precisamente ahora, cuando la sociedad est¨¢ m¨¢s polarizada y los equilibrios mundiales m¨¢s alterados por las guerras; y en medio del ruido y de la fugacidad de las redes sociales, ellos rescatan y recogen sus viejos postulados, convirti¨¦ndose en los guardianes de aquellas esencias del nacionalsocialismo y el supremacismo blanco. Dispuestos a hacer su propia ¡°yihad blanca¡± ¡ªas¨ª la llaman¡ª y acelerar una suerte de colapso en la sociedad occidental para provocar una guerra racial.
De este modo, pertrechados con sus discursos antisemitas (¡°los jud¨ªos nos gobiernan¡±), su odio al extranjero (¡°quieren acabar con nuestra cultura y nuestras tradiciones¡±), su lenguaje apocal¨ªptico y populista (¡°van a hundir el pa¨ªs¡±), y sus teor¨ªas conspiracionistas, se encuentran en sus foros, en conciertos de raperos, en reuniones de moteros, en convenciones, o en campamentos en los que realizan jornadas de entrenamiento, y resucitan lo supuestamente olvidado o lo que qued¨® perdido entre el enorme ruido de las redes sociales; o simplemente, desapareci¨® tras el impaciente ¨ªmpetu de unos j¨®venes mileniales sin ideas asentadas y sin poso hist¨®rico.
Y resurgen as¨ª movimientos que estaban en un perfil muy bajo como Combat 18, brazo armado de otro llamado Blood and Honor (sangre y honor), ilegalizado desde 2011. En este caso, financiados y apoyados desde Francia, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Y con el objetivo claro de asentarse en toda Espa?a, donde ya hab¨ªan encontrado delegados en Madrid, M¨¢laga, Toledo y Lugo con la consigna de reclutar nuevos miembros: ¡°Ellos quer¨ªan gente radical que pueda hacer acciones violentas¡±, dicen fuentes del caso.
El hecho de que el n¨²cleo duro estuviera en Catalu?a no es casual, tiene que ver tambi¨¦n con la situaci¨®n actual de polaridad en la que vive la sociedad catalana, donde ¡°la gente de ultraderecha se ha radicalizado mucho m¨¢s¡±, apuntan las mismas fuentes en alusi¨®n al contexto actual de negociaci¨®n de la amnist¨ªa.
Conexiones internacionales
Las conexiones internacionales les sirven de cobertura y les validan. De hecho, en este caso, seg¨²n los investigadores, fueron varias las ocasiones en las que mantuvieron reuniones en Francia y que los franceses vinieron a Espa?a a ver a ¡°los hermanos espa?oles¡±, como les llaman. Fueron precisamente esos encuentros los que alertaron a los investigadores hace casi un a?o. Antes de ser detenidos, ya funcionaban de manera jerarquizada, con inspiraci¨®n militar: ¡°Intercambiaban ideas y proyectos y pensaban c¨®mo pod¨ªan adaptarse a Espa?a¡±, explican los investigadores. Las mujeres ten¨ªan un papel preponderante en la organizaci¨®n en este caso. Una de ellas marcaba las directrices a seguir, decid¨ªa a qui¨¦n hab¨ªa que reclutar, cu¨¢les eran los objetivos o c¨®mo se manejaba el dinero.
Desde Francia se les ofrec¨ªa financiaci¨®n para armas, material, tel¨¦fonos, transporte, alquiler de espacios, charlas y log¨ªstica en general. ¡°Hay que tener en cuenta que la mayor parte de estas personas, aunque vivan gobernadas por la ideolog¨ªa, aunque sea eso lo m¨¢s importante en sus vidas, por encima de sus propias familias, la mayor parte de ellos pertenecen a entornos trabajadores y humildes¡±, se?alan los expertos en estos grupos violentos.
La ultraderecha en Espa?a, seg¨²n los expertos, sigue estando no obstante de muy perfil bajo, muy atomizada, muy divida, con ¡°gente que lleva tres d¨ªas en el movimiento y mucho nazi de ¨²ltima hora¡±.
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