Urkullu: el lehendakari que dio un giro al PNV
El presidente relevado por los nacionalistas vascos para las pr¨®ximas auton¨®micas puso en primer plano las preocupaciones socio-econ¨®micas sobre las cuestiones identitarias y contribuy¨® a tranquilizar a una Euskadi hastiada por el terrorismo y la confrontaci¨®n
Que I?igo Urkullu no se presentaba por cuarta vez como candidato a lehendakari era una hip¨®tesis que se manejaba en los medios nacionalistas vascos desde las elecciones municipales y forales de mayo y las generales de julio ante la importante ca¨ªda de voto de los peneuvistas ¡ªcerca de 90.000 papeletas¡ª y el paralelo ascenso de EH-Bildu que, en ambos comicios, casi igual¨® al nacionalismo tradicional. Lo que ha sorprendido ha sido el adelanto de los acontecimientos con la notificaci¨®n de la direcci¨®n del PNV al lehendakari de su relevo antes de que este se pronunciara. Una notificaci¨®n vinculada a la percepci¨®n de la direcci¨®n del PNV de que el lehendakari no descartaba volver a presentarse por su notable despliegue pol¨ªtico durante el verano. Una propuesta de calado como la celebraci¨®n de una convenci¨®n constitucional para reformar el modelo de Estado en la pr¨®xima legislatura del Gobierno de coalici¨®n PSOE-Sumar, publicada por este diario, ser¨ªa impropia de quien se iba a ir en la primavera que es cuando se celebrar¨¢n los comicios vascos, previsiblemente en marzo.
La clave de este movimiento radica en la preocupaci¨®n de la direcci¨®n del PNV por el desgaste que est¨¢ sufriendo el Gobierno vasco, personificado en la figura del lehendakari. El Gobierno vasco PNV-PSE ha mostrado en la ¨²ltima legislatura vasca un serio deterioro en los servicios p¨²blicos, particularmente en la antes prestigiosa sanidad p¨²blica, Osakidetza, unido a un fuerte acoso, especialmente de la central sindical, ELA-STV, de ideario nacionalista. La manifestaci¨®n pol¨ªtica de ese deterioro se ha mostrado con mucha celeridad. As¨ª, en las anteriores elecciones vascas, las de 2020, el PNV superaba en 10 esca?os a la segunda fuerza, EH-Bildu, 31 frente a 21 esca?os. En tres a?os, EH-Bildu pr¨¢cticamente ha igualado al PNV en votos en los comicios municipales, forales y generales y las encuestas para las elecciones vascas de la pr¨®xima primavera se aproximan a estos par¨¢metros.
El PNV tiene, adem¨¢s, un serio problema no solo con el voto juvenil, incluso con el de las edades medianas. Los dirigentes del PNV llevan tiempo especulando con la necesidad de relanzar una imagen de modernidad y juventud y no descartan que por primera vez su candidata a lehendakari sea una mujer. Y el primer obst¨¢culo para una imagen de modernidad ser¨ªa un lehendakari que aspirase por cuarta vez a presidir el Gobierno vasco. Ese ser¨ªa el problema. No tanto la edad ¡ªUrkullu tiene 62 a?os¡ª ni tampoco la orientaci¨®n pol¨ªtica. Nadie est¨¢ pensando en las filas peneuvistas en regresar a la etapa del soberanismo unilateral del lehendakari Ibarretxe. La impronta que ha marcado Urkullu en el Gobierno vasco ¡ªacompa?ado hasta ahora del presidente del PNV, Andoni Ortuzar¡ª ha venido para quedarse.
Urkullu fue elegido lehendakari pocos meses despu¨¦s del cese del terrorismo etarra. Le toc¨® lidiar con las consecuencias del terrorismo, que inici¨® su antecesor en Ajuria Enea, el socialista Patxi L¨®pez. Lider¨® con el apoyo del PNV y PSE el reconocimiento a las v¨ªctimas, el establecimiento de una paz con memoria, incluida la autocr¨ªtica por la pasada falta de empat¨ªa de las instituciones vascas. Colabor¨® en el desarme de ETA. Puso en primer plano las preocupaciones socio-econ¨®micas de la ciudadan¨ªa sobre las cuestiones identitarias y contribuy¨® a tranquilizar a una Euskadi hastiada por el terrorismo y la confrontaci¨®n pol¨ªtica.
Distendi¨® sus relaciones con el Gobierno central. Primero con Mariano Rajoy, al que apoy¨® sus ¨²ltimos Presupuestos, y luego con Pedro S¨¢nchez, tras apoyar su moci¨®n de censura a Rajoy por la condena al PP por corrupci¨®n. Tambi¨¦n trat¨® de mediar entre el presidente Rajoy y el de la Generalitat, Carles Puigdemont, para evitar la intervenci¨®n de la autonom¨ªa catalana por el Estado. Fracas¨® en su intento. Pero tambi¨¦n marc¨® distancias con el proc¨¦s catal¨¢n. Evit¨® que se contagiara en Euskadi, pese a los intentos de EH-Bildu. Fue muy claro al se?alar: ¡°En un mundo globalizado, la independencia es pr¨¢cticamente imposible. Es un concepto del siglo XIX¡±. Sin Urkullu, el PNV se mantendr¨¢ en esos par¨¢metros. Adelant¨® a EH-Bildu en pragmatismo pol¨ªtico y ahora trata de competir en modernidad.
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