Cruzada fiscal a ciegas contra la amnist¨ªa

Doce de los 15 fiscales de la secci¨®n Primera de lo Penal del Supremo echaron por tierra, sin ni siquiera examinarlo, cuatro a?os de trabajo de su compa?ero en la Audiencia Nacional, Miguel ?ngel Carballo, un veterano de 59 a?os con casi dos decenios al servicio de la lucha contra el terrorismo. Carballo recurri¨® hace mes y medio la decisi¨®n del magistrado Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n de imputar a una docena de personas, entre ellas el expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont, por un delito de terrorismo relacionado con las protestas callejeras contra la sentencia del proc¨¦s impulsadas entre septiembre y diciembre de 2019 por el movimiento Tsunami Democr¨¤tic. Los fiscales del Supremo solo analizaron la exposici¨®n razonada del juez para avalar su decisi¨®n: vieron terrorismo e indicios suficientes para considerar culpable de esas protestas a Puigdemont. Por el contrario, Carballo solo hall¨® en los hechos analizados pruebas de un delito de des¨®rdenes p¨²blicos agravados sin autores claros y sin rastro de culpa hacia el presidente catal¨¢n.

Los cuatro indicios que cita Garc¨ªa-Castell¨®n en su exposici¨®n razonada ¨Duna reuni¨®n en Ginebra de la que ignora su contenido, dos conversaciones por WhatsApp donde se cita al expresidente y un intercambio de mensajes donde Puigdemont expresa su temor a que haya muertos en los disturbios¨D son calificados por Carballo como claramente insuficientes cuando no inveros¨ªmiles. Pero sus compa?eros de la Fiscal¨ªa del Supremo no tuvieron en cuenta esos argumentos ni consideraron estudiar los escritos de Carballo incorporados a la causa.

Salvador Viada, uno de los 12 fiscales que vot¨® contra el criterio de su compa?ero Carballo, aclar¨® a Carlos Alsina en Onda Cero lo ocurrido en la reuni¨®n de la Junta de Fiscales del Supremo: ¡°Solo analizamos la exposici¨®n razonada que hace el juez. Ponemos los datos que ha obtenido el juez. Solo tenemos eso. Con eso el asunto no tiene mayor complejidad (...) Se coment¨®: ¡®Que venga alg¨²n fiscal de la Audiencia Nacional a explicarnos el asunto¡¯ y se rechaz¨® ampliamente porque esta no es la idea (...)¡±.

Un fiscal que desempe?¨® altos cargos en el Tribunal Supremo considera ¡°muy an¨®mala¡± esta situaci¨®n. ¡°Recuerdo que, por ejemplo, en 2014 nos convoc¨® el fiscal general Eduardo Torres Dulce a una junta de fiscales de sala para debatir sobre la querella que iba a presentar contra el entonces presidente de Catalu?a, Artur Mas. Todos acudimos con un dosier que nos facilitaron donde estaba lo principal de la causa para que pudi¨¦ramos formarnos una opini¨®n. Y no hace falta que lo pida nadie, lo tiene que adjuntar quien preside la junta de fiscales¡±. ¡°Si cualquier alteraci¨®n del orden p¨²blico que tenga finalidad pol¨ªtica es terrorismo, vamos a tener que construir bastantes c¨¢rceles en Espa?a¡±, a?ade. ¡°Estamos sacando los pies del tiesto por razones pol¨ªticas¡±.

El fiscal del Supremo encargado por reparto de informar sobre este asunto, ?lvaro Redondo, perteneciente a la asociaci¨®n conservadora de fiscales, no reclam¨® la documentaci¨®n principal de la causa sobre la que ten¨ªa que pronunciarse, aunque se le ofreci¨®, seg¨²n explican a EL PA?S fuentes fiscales. Se limit¨® a leer la exposici¨®n razonada de Garc¨ªa-Castell¨®n y escribir su veredicto. Primero lo hizo en un borrador, favorable a las tesis del juez instructor, que envi¨® desde su ordenador personal a su jefe directo, Fidel Cadena. Este, a su vez, lo reenvi¨® a tres de sus compa?eros, los mismos que le acompa?aron en el juicio del proc¨¦s: Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal y Jaime Moreno.

Pero ?lvaro Redondo cambi¨® de opini¨®n algunos d¨ªas despu¨¦s tras, supuestamente, estudiar mejor la exposici¨®n razonada del juez y rechaz¨® que el Supremo asumiera la competencia al entender que no hab¨ªa indicios suficientes de terrorismo ni tampoco contra Puigdemont. Redondo es articulista en La Raz¨®n. Sus ¨²ltimas cuatro colaboraciones insist¨ªan en que la ley de amnist¨ªa que pretende aprobar la mayor¨ªa absoluta del Congreso es inconstitucional. Su cambio de criterio respecto al caso Tsunami fue interpretado por algunos compa?eros en clave conspiranoica: ¡°Redondo modific¨® el informe por las presiones del fiscal general, ?lvaro Garc¨ªa Ortiz¡±. Pero Redondo y Garc¨ªa Ortiz lo han negado y los hechos corroborados por otros fiscales tambi¨¦n sostienen la falsedad de esa acusaci¨®n, colocada sin m¨¢s contraste en diversos medios. Entonces se busc¨® otra explicaci¨®n: ¡°Cambi¨® el informe porque quiere ascender a fiscal de Sala, la m¨¢xima categor¨ªa a la que se puede aspirar¡±, dijeron otros compa?eros emboscados en el anonimato. Redondo, que est¨¢ a punto de jubilarse, traslad¨® su indignaci¨®n y neg¨® estas insinuaciones.

A Miguel ?ngel Carballo, sustituido hace muy pocos meses como teniente fiscal de la Audiencia Nacional, le llovieron acusaciones an¨®nimas parecidas: ¡°Lo hace porque quiere ser fiscal jefe de Ciudad Real¡±. Afiliado a la asociaci¨®n conservadora de fiscales, Carballo es un especialista acreditado en casos de terrorismo: intervino como acusador en el juicio por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco y en otros casos vinculados a los asesinatos de ETA; desde 2006 se encarga en la Audiencia Nacional de asuntos relacionados con el fundamentalismo isl¨¢mico; investig¨® una parte de los atentados del 11 de marzo de 2004 en los trenes de Madrid y de los de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Elegido en 2017 teniente fiscal de la Audiencia Nacional, se afan¨® desde entonces contra los culpables del ilegal proceso independentista en Catalu?a. El 2 de noviembre de 2017 pidi¨® a la juez Carmen Lamela que dictase la orden de busca y captura nacional e internacional contra el expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont y cuatro de sus consejeros, todos ellos huidos de la justicia. Tambi¨¦n firm¨® ese mismo d¨ªa la petici¨®n de c¨¢rcel para el exvicepresidente Oriol Junqueras y otros siete miembros del Gobierno de Catalu?a. Investig¨® despu¨¦s a la c¨²pula de los Mossos por su colaboraci¨®n con el proceso independentista que desemboc¨® en el refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre y acus¨® de rebeli¨®n al mayor Jos¨¦ Luis Trapero, absuelto finalmente en el juicio. Hace menos de tres meses, Carballo acus¨® y pidi¨® entre 7 y 28 a?os de c¨¢rcel para 12 miembros de los comit¨¦s de defensa de la rep¨²blica (CDR) por preparar atentados con explosivos para lograr la independencia de Catalu?a. A la vez que firmaba ese escrito, redactaba un extenso recurso de 36 folios donde intentaba desmontar uno a uno los supuestos indicios que han llevado al juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n a implicar a 12 personas, Puigdemont entre ellas, en un delito de terrorismo vinculado a las movilizaciones impulsadas por el movimiento Tsunami Democr¨¤tic entre septiembre y diciembre de 2019 para protestar contra la sentencia del proc¨¦s.

Pese a esto, 12 fiscales de la secci¨®n Penal Primera votaron a favor de investigar en el Supremo a Puigdemont por un delito de terrorismo. ¡°Lo ocurrido es una mezcla de af¨¢n de venganza de algunos porque no les han ascendido y quieren castigar al fiscal general; el sectarismo de otros y el deseo de muchos de cargarse la ley de amnist¨ªa¡±, explica un fiscal progresista con galones. ¡°Para combatir el desprop¨®sito legislativo en el que se ha metido el Gobierno con una norma escandalosa y enmendada ya varias veces, que pretende amnistiar lo que no se puede amnistiar, se ha incurrido en el desprop¨®sito de tomar decisiones judiciales disparatadas en relaci¨®n con los hechos que se juzgan y que afectar¨¢n, si se aprueba, a la aplicaci¨®n de la futura ley de amnist¨ªa¡±, admite un magistrado.

Salvador Viada, uno de los 12 fiscales que apoyan investigar por terrorismo a Puigdemont, cree que en esa decisi¨®n mayoritaria no influye la pol¨ªtica y a continuaci¨®n explic¨® en Onda Cero su posici¨®n respecto a la tramitaci¨®n de la ley de amnist¨ªa en el Congreso: ¡°Cuando desde el poder legislativo se producen conductas que confrontar de manera radical y sin precedentes con la interpretaci¨®n de las reglas jur¨ªdicas, pues hay que decirlo, esto no es as¨ª, no se puede hacer, hay que decirlo. Se est¨¢n produciendo cosas; no es que estemos en guerra, pero nos ponen en el disparadero. Plata o plomo. No puede ser¡±.