La redenci¨®n truncada del narco que se hizo guardia civil
El agente, procesado por tr¨¢fico de drogas y absuelto por falta de pruebas, denuncia que ¨¦l tambi¨¦n vivi¨® una ¡°persecuci¨®n¡± como la que ahora aprieta a los jefes de OCON
Cuando el padre de Miguel, un funcionario de recta carrera, descubri¨® que su hijo andaba metido en el narco no pod¨ªa dejar de llorar. ¡°Ten¨ªa pesadillas con que acabar¨ªa en la c¨¢rcel¡ Y al final entr¨¦, pero por algo que no hab¨ªa hecho¡±, rememora Miguel con voz sombr¨ªa, oculto tras un nombre ficticio. En el lapso de m¨¢s de 25 a?os que va desde ese amargo momento al presente, a Miguel le ha dado tiempo de casi todo: de embarcarse en lanchas atestadas de hach¨ªs en el Estrecho a ser su propio jefe en el narco; y de entrar en la Guardia Civil ¡°por accidente¡± a acabar defenestrado en el cuerpo por una acusaci¨®n que qued¨® en absoluci¨®n. Ha llegado a sus 44 a?os con una certeza: ¡°Quise enmendar mi pasado, pero en la Guardia Civil nunca me perdonaron ser el chico del pasado oscuro¡±.
Miguel fue detenido en febrero de 2016 y absuelto en la primavera de 2023 por la Audiencia Provincial de C¨¢diz, que declar¨® nula la mayor parte de la investigaci¨®n. ?l sostiene que se trat¨® de una ¡°persecuci¨®n sin pruebas¡±. Y asegura que se trata de una forma de proceder parecida que ahora denuncian varios jefes del OCON Sur, el grupo de la Guardia Civil encargado de la lucha contra el narco, sobre un supuesto montaje urdido en una investigaci¨®n contra ellos. El agente ¡ªque sigue siendo miembro del cuerpo, aunque ahora est¨¢ de baja¡ª se decidi¨® a hablar con este peri¨®dico, para contar su historia, d¨ªas antes de que unos narcos asesinasen a dos agentes en el puerto de Barbate (C¨¢diz). Y se ratific¨® en su relato d¨ªas despu¨¦s, cuando, a ra¨ªz de ese crimen, se produjo todo el debate pol¨ªtico sobre la investigaci¨®n a OCON Sur.
El guardia fue apresado en su puesto de trabajo, a primera hora de una ma?ana de marzo de 2016, junto a m¨¢s de una decena de personas, acusadas por la Udyco de la Polic¨ªa Nacional y el Servicio de Asuntos Internos (SAI), las mismas unidades que investigaron a los jefes de OCON. Lo investigaban de formar parte de una red que introduc¨ªa hach¨ªs a bordo de camiones por el puerto de Algeciras. ?l acusa a los investigadores de alteraci¨®n de pruebas y de usar t¨¦cnicas coactivas. Durante los 14 meses que dur¨® su prisi¨®n preventiva, el agente asegura que recibi¨® dos visitas de personal del SAI, una de ellas acompa?ado del polic¨ªa instructor, en la que asevera que le presionaron para firmar ¡°una declaraci¨®n preparada para empapelar¡± a tres guardias. Entre ellos se encontraban David Oliva y Javier Fuentes, los jefes de OCON ahora investigados. ¡°Me pidieron cualquier cosa de ellos. Dec¨ªan que me quer¨ªan ayudar, pero era una encerrona. Me dijeron que, si no, meter¨ªan a mi mujer en una investigaci¨®n por blanqueo o que le contar¨ªan unas falsas relaciones extramatrimoniales¡±, a?ade Miguel, que denunci¨®, sin ¨¦xito esas supuestas presiones al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y a la Fiscal¨ªa.
¡°Para m¨ª nunca existi¨® presunci¨®n de inocencia interna, solo quer¨ªan que afirmase algo que no era as¨ª¡±, sentencia el agente. La Guardia Civil, preguntada por este peri¨®dico, declina dar explicaciones, alegando que no va ¡°a entrar a justificar el trabajo de Asuntos Internos¡±, ya que es una unidad que ¡°act¨²a con discreci¨®n¡±. Fuentes judiciales se?alan que no est¨¢ prohibido que los investigadores traten de obtener informaci¨®n de los presos ofreci¨¦ndoles a cambio beneficios penitenciarios, pero apostillan que ¡°no es legal¡± usar t¨¦cnicas de coacci¨®n. Adem¨¢s, a?aden que ¡°solo por lo que diga alguien no puedes iniciar una investigaci¨®n¡±.
Tras librarse de la prisi¨®n preventiva con el pago de una fianza de 160.000 euros, Miguel acab¨® por sentarse en el banquillo acompa?ado de su esposa ¡ªella por blanqueo de capitales y falsedad documental por una supuesta venta fraudulenta de un piso¡ª en diciembre de 2022. El juicio acab¨® en absoluci¨®n para ambos, despu¨¦s de una cascada de nulidades de pruebas, motivadas por errores en la investigaci¨®n y en los plazos de instrucci¨®n que dejaron la causa en un fiasco. S¨®lo nueve personas fueron condenadas a penas de menos de un a?o de prisi¨®n. La sentencia, a la que ha tenido acceso EL PA?S, deja claro que ¡°no fue desplegada en el juicio prueba alguna que pudiera mostrar, m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable, la comisi¨®n de los restantes delitos que fueron objeto de acusaci¨®n¡±.
Un cambio imposible
¡°He cometido delitos peores que el que me imputaban, pero nunca usando mi condici¨®n de guardia civil, a diferencia de otros compa?eros que se han vuelto delincuentes¡±, afirma Miguel. Y no esconde su pasado como narco. Se embarc¨® por primera vez en una lancha de hach¨ªs a finales de los a?os 90, justo cuando el negocio estaba en plena reconversi¨®n de las pateras de madera a las primeras embarcaciones semirr¨ªgidas, m¨¢s peque?as y menos potentes que las actuales. ¡°El negocio de entonces no tiene nada que ver con el de ahora. Soy de una generaci¨®n en la que si te cog¨ªan, te cog¨ªan. La ley del mar es ayudar y mira hoy en d¨ªa¡±, explica en referencia al reciente asesinato de dos compa?eros en Barbate arrollados por una narcolancha.
Miguel, hijo de una familia de clase media de la zona del Estrecho, entr¨® en el mundo de las drogas cuando era apenas un adolescente: ¡°Mi af¨¢n se convirti¨® en volver todos los d¨ªas a casa con dinero¡±. Primero fue punto ¡ªen el argot, los que dan soplos de la presencia policial¡ª, y luego se embarc¨® en lanchas del hach¨ªs. ¡°Eran a?os de coser y cantar¡±, recuerda. El ascenso en el narco lleg¨® r¨¢pido ¡ª¡±toqu¨¦ poca agua¡±, precisa¡ª y pronto se vio organizando portes de droga desde Marruecos a la pen¨ªnsula por M¨¢laga: ¡°Yo era mi propio jefe. Siempre he trabajado con el m¨¢s fuerte¡±. Durante esos a?os, Miguel compatibilizaba su pr¨®spero y peligroso negocio en el mar con su puesto como militar, al que se incorpor¨® en los ¨²ltimos a?os de la mili obligatoria.
El cambio lleg¨® de forma inesperada en 2004, cuando decidi¨® unirse al coche de un grupo de compa?eros que iban a examinarse en la Academia de la Guardia Civil de Baeza (Ja¨¦n) ¡°para conseguir los d¨ªas libres¡± e irse de fiesta. Aprob¨® sin plaza. Luego, pas¨® las pruebas f¨ªsicas. ¡°Soy guardia civil por accidente, no por vocaci¨®n¡±, reconoce sin rodeos, ¡°pero al entrar quise dar un cambio a mi vida y dejar ese mundo atr¨¢s¡±. ¡°Le tuve que explicar a mi gente del narco que lo dejaba justo cuando hab¨ªamos dado un palo en El Palo [un barrio de M¨¢laga] y se qued¨® al frente mi primo, pero acab¨® detenido poco despu¨¦s¡±, explica el agente.
El esc¨¢ndalo acompa?¨® a Miguel desde sus comienzos en la Guardia Civil. El rumor de que era narco le acompa?aba. Lleg¨® a estar investigado en una causa de blanqueo por una narcolancha que ten¨ªa a su nombre, aunque el caso qued¨® en nada. ¡°Optaron por repudiarme¡±, relata. Y as¨ª acab¨® enganchando destinos en Madrid, Barcelona o Pa¨ªs Vasco. Pero Miguel ten¨ªa informantes en el hach¨ªs, interconectados a su vez con otras organizaciones criminales con delitos de sangre o vinculadas con el yihadismo. ¡°Hubo oficiales que se dieron cuenta que podr¨ªa aportar cosas, as¨ª que pensaron: ¡®En vez de repudiarte vamos a aprovecharte¡±, recuerda. ?l solo puso una condici¨®n: ¡°Que no me pidiesen cosas de drogas porque no soy un mierda que entrega a sus amigos. Pero en seguridad ciudadana y terrorismo particip¨¦ en todo lo posible¡±. Fueron a?os de esclarecimiento de sucesos que implicaban a sicarios e incluso de dar con los primeros yihadistas captados que acabaron en Siria, por los que recibi¨® felicitaciones.
El agente lleg¨® a creer que la Guardia Civil podr¨ªa ser su redenci¨®n, hasta que la investigaci¨®n que le cerc¨® durante ocho a?os le record¨® que en el cuerpo no hab¨ªan olvidado su pasado: ¡°Que los j¨®venes sepan que lo que hagan ahora tiene consecuencias para el resto de sus d¨ªas¡±, subraya. As¨ª que cuando se enter¨® de que unas nuevas pesquisas se?alaban a otros compa?eros, entendi¨® que solo deb¨ªa lealtad a estos: ¡°[David] Oliva y Javi [Fuentes] son honestos y no se van a corromper por un clan del hach¨ªs de tercera. Les avis¨¦ de que iban a por ellos mucho antes de lo que dice la investigaci¨®n para intentar meterles cohecho y revelaci¨®n de secretos. Me enter¨¦ porque ellos [los investigadores] acudieron a narcos y a otros agentes investigados que yo conoc¨ªa. Da igual que les condenen, quer¨ªan quitarles de en medio¡±. Es justo lo que declar¨® en abril de 2023 ante el juez de la Audiencia Nacional en la causa que investiga a los jefes de OCON, ahora en un Juzgado n¨²mero 5 de Parla.
En todos estos a?os, Miguel nunca ha perdido sus amistades en los submundos del hach¨ªs, aunque asegura que ya no se dedica a ello. No oculta que los beneficios de la droga le han dado para llevar una vida c¨®moda: ¡°Tengo dinero y propiedades. He sido narcotraficante, pero mi dinero lo he empleado en mi vida, mi casa. La mayor¨ªa no tiene cabeza y no piensan que esto se va a acabar¡±. El agente sigue al tanto de los derroteros del negocio, que nutre una pujante econom¨ªa en negro que se mueve a trav¨¦s de una red de cambistas. ¡°Ellos mueven tu dinero, es como un bizum. T¨² tienes tu cambista en Marbella y tu proveedor en Marruecos y as¨ª se pueden realizar compras y ventas¡±, explica. Aunque despu¨¦s de la desaparici¨®n de OCON Sur, desmantelado en septiembre de 2022, el narco no est¨¢ para invertir. ¡°Est¨¢ entrando tanta droga que a los grandes ni les interesa moverla. El precio est¨¢ por los suelos. Ahora se vende a apenas un tercio que antes. No merece la pena jug¨¢rsela¡±, apunta el guardia civil.
Miguel ha invertido todo el dinero que la Administraci¨®n le ha tenido que devolver en levantar un moderno chal¨¦ desde el que habla en un punto de la provincia que prefiere no revelar. Es su ¡°retiro seguro¡±, en el que ha gastado una parte de la cantidad ¡°de m¨¢s de seis cifras¡± que prefiere no revelar por los ocho a?os sin cobrar. A eso suma su pelea por las pagas extras y complementos no reconocidos, su ¨²ltimo fleco suelto. Ahora jura que su ¨²nico plan es disfrutar de los a?os que no ha podido estar con la familia y sus amigos. A algunos de ellos los visita con frecuencia en Marruecos. ¡°Mira, esto es del pasado verano¡±, explica mientras ense?a en su m¨®vil una foto de una lancha recreativa en la que se ve a alguien de espaldas. ?Qui¨¦n es? ¡°Mejor que no lo sepas¡±, responde con media sonrisa.
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