De la uni al adobe y TikTok contra el silencio rural
Un grupo de j¨®venes de Valladolid busca divulgar el medio rural tras encandilarse por un proyecto de clase
La curiosidad solucion¨® elegir tem¨¢tica para un encargo de clase. La asignatura Ciberperiodismo del grado en Periodismo de la Universidad de Valladolid (UVa) implicaba un proyecto cibermedia para desarrollar el tratamiento informativo de una cuesti¨®n, la que fuese. Yago Costoya y Rub¨¦n Aparicio, de 20 a?os, y Andr¨¦s Barreiro, de 22, tiraron de ojo de buen cubero. ?Qu¨¦ les llamaba la atenci¨®n?, pensaron. La soluci¨®n, en la carretera: esos nombres de pueblos desconocidos, se?alizados en los desv¨ªos de las autov¨ªas. Los chavales se lanzaron y descubrieron ese mundo rural tantas veces ignorado por ellos y su generaci¨®n. As¨ª hallaron localidades decadentes o ilusionantes, una mezcla que tratan de explicar en Silencio Rural, un espacio digital acreedor de la nota m¨¢xima en la asignatura y de mucha ilusi¨®n de los universitarios. Los autores quieren mantenerlo para seguir difundiendo, mediante TikTok, Instagram, YouTube y una p¨¢gina web, qu¨¦ hay fuera de las ciudades.
El terceto se ha convertido en cuarteto gracias al fichaje de Diego Carreras, de 20, atra¨ªdo por el ¨¦nfasis de sus compa?eros por aprovechar huecos en el calendario para patear nuevos municipios. Los cuatro pasean por el peque?o San Pelayo, cuyos 45 censados cabr¨ªan holgadamente en las aulas de la UVa. Sus deportivas a la moda, los gruesos abrigos de plumas y las cabelleras maqueadas a los lados contrastan con los usos y costumbres de municipios como este, aunque ning¨²n vecino se deja ver para contrastar el estilismo. El lugar los impact¨®, sorprendidos cuando llegaron y se encontraron vistosos murales en las cl¨¢sicas paredes de adobe. Ni?as jugando al f¨²tbol, una mujer de rasgos africanos, una anciana en una casa tradicional y m¨¢s dibujos adornaban el coqueto San Pelayo, enclavado entre las suaves lomas de los Montes Torozos. ¡°San Pelayo nos ayud¨® a ver algo distinto y optimista, en vez de ver solo casas viejas hab¨ªa esperanza, colores, murales e iniciativas locales¡±, describe Costoya, aunque tambi¨¦n la localidad sufre casas hundidas y vac¨ªas.
Los recorridos para fundamentar el trabajo de Ciberperiodismo por Villavieja del Cerro, Velilla, San Mart¨ªn de Valven¨ª, Aguasal, Torrecilla de la Torre, junto a los despoblados La Granja de San Andr¨¦s y Honquilana, arrojaban escenas rurales convencionales: poca gente, mucho pesimismo, decaimiento y poca fuerza para resucitar. Los contenidos audiovisuales los han acompa?ado de documentaci¨®n sobre la evoluci¨®n demogr¨¢fica y sociol¨®gica de la provincia, tendente a acumularse en Valladolid mientras se vac¨ªan sus alrededores, incluso n¨²cleos otrora cabeceros de comarca y con m¨²sculo econ¨®mico.
El escenario cambi¨® en San Pelayo, adonde arribaron caminando desde Torrecilla de la Torre, pues no hab¨ªa autob¨²s directo y ellos no ten¨ªan coche. A la vuelta los recogi¨® un colega. La vida rural y sus desequilibrios. La satisfecha alcaldesa, Elisa Cerrillo, de Valladolid Toma La Palabra, valora el cari?o recibido por los universitarios, que se decantaron por sus dominios porque conocieron el festival Cuatro gatos, pues pese a la despoblaci¨®n se organizan en verano conciertos, encuentros y citas culturales bien cotizadas por decenas de asistentes. ¡°Ellos vinieron un d¨ªa de invierno entre semana, ya oscuro, no en verano, cuando las cosas son muy distintas, e igualmente les gust¨®¡±, comenta la regidora, cuyos tres hijos suponen toda la poblaci¨®n infantil local. Cerrillo les ha explicado escenarios inauditos en la ciudad, como depender del coche para cualquier compra, las dificultades para hallar vivienda disponible e instalarse en el campo, la lentitud de los tr¨¢mites p¨²blicos o c¨®mo sus ni?os acaban desperdigados por la zona para ir al colegio o clases extraescolares.
Los estudiantes tienen ciertos lazos personales hacia la ruralidad y algo les sonaba, aunque hay aspectos que igualmente les chocan. Barreira procede de La Valgoma, una aldea en El Bierzo (Le¨®n) y el fichaje Carreras es de Tordesillas (Valladolid), con cierto empaque pero tambi¨¦n conocedor del progresivo castigo demogr¨¢fico. Los paseos por las calles semivac¨ªas, al principio, escamaron a Aparicio: ¡°?Con qui¨¦n hablamos si no hay nadie?¡±. Poco a poco localizaban a habitantes y, tras ganarse su confianza pese al inicial recelo castellano, recib¨ªan hospitalidad e historietas de otros tiempos: ¡°En Molpeceres nos contaron que el m¨¦dico bajaba a caballo desde una colina con las medicinas¡±.
Tantas batallitas, algunas de tinte negativo y otras m¨¢s ilusionantes, van encontrando acogida entre sus amigos. ¡°?Nos est¨¢n subiendo mucho los seguidores y visualizaciones en TikTok!¡±, celebra el cuarteto, pues muchos de sus coet¨¢neos no ten¨ªan ni idea de las complejidades rurales. ¡°Los contenidos cortos y visuales les llaman mucho la atenci¨®n, algunos ni siquiera sab¨ªan que la despoblaci¨®n era un problema y los estamos concienciando, queremos dar voz a quien no la tiene porque siempre hay algo que contar¡±, argumentan los integrantes de Silencio Rural. La profesora, Pilar S¨¢nchez-Garc¨ªa, les puso la m¨¢xima nota y ellos han decidido seguir con la iniciativa, sacando huecos en un no demasiado exigente grado de Periodismo para seguir cultivando este inter¨¦s genuino e inesperado hace no tanto. Los universitarios acudieron a Madrid hace unas semanas para escuchar a los agricultores movilizados con sus tractores y seguir conociendo este escenario desde otros puntos de vista, curti¨¦ndose adem¨¢s como plumillas a pie de calle.
?ltimamente han visitado el tambi¨¦n fantasmal Salto de Castro (Zamora) y los vallisoletanos Molpeceres y La Santa Espina. Castilla y Le¨®n tiene 2.248 municipios, de modo que a¨²n tienen trabajo si quieren seguir informando sobre todos. De momento, ya planean un peque?o documental¡ encargado asimismo por otra asignatura de Periodismo. Todo sea por optimizar esfuerzos con motivos estimulantes.
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