El c¨ªrculo vicioso de la despoblaci¨®n: ¡°Aqu¨ª la gente se ha acostumbrado a estar jodida¡±
Un grupo de vecinos de una comarca de Zamora especialmente castigada por el declive demogr¨¢fico debate sobre las necesidades de las zonas rurales y reivindica tambi¨¦n las oportunidades que brindan
Mar¨ªa Mezquita tiene 74 a?os y con 16 cambi¨® San Juan de Rebollar (Zamora, 140 habitantes) por Barcelona ¡°porque en el pueblo no hab¨ªa nada¡±. Regres¨® medio siglo despu¨¦s, justo antes de la pandemia, y apreci¨® una zona mejorada, aunque lejos de los servicios urbanos. En San Juan de Rebollar, dice, reina la ¡°tranquilidad¡±, un valor tan apreciado por los mayores como cr¨ªtico para el futuro de zonas despobladas, carentes de movimiento social y econ¨®mico. El Museo Etnogr¨¢fico de otro peque?o municipio zamorano, el cercano Rabanales (190 habitantes), donde cuelgan aperos cedidos por los vecinos para preservar el patrimonio agrario derrotado por los nuevos tiempos, acogi¨® esta semana un debate organizado por EL PA?S entre Mar¨ªa Mezquita y otros seis habitantes de la comarca de Aliste: todos de edades, or¨ªgenes y circunstancias distintos, pero unidos por la despoblaci¨®n. Esta zona de Zamora, que suma en total unos 4.500 vecinos, sufre una sangr¨ªa demogr¨¢fica alimentada por una cadena de obst¨¢culos: un d¨¦bil sistema sanitario, infraestructuras atrasadas, escasas oportunidades laborales, insuficientes telecomunicaciones, ¨ªnfimo transporte p¨²blico y, en opini¨®n de estos siete vecinos, discursos pol¨ªticos hueros.
En la sala est¨¢ Cristina Garc¨ªa, embarazada, de 31 a?os y vecina de Lober (40 habitantes), que explica que su mejor amiga en el pueblo es una chica de 14 a?os porque con los lugare?os de mediana edad no encuentra intereses comunes. Su pareja, Rub¨¦n Casas, de 45, defiende, sin embargo, las ¡°oportunidades¡± que ofrecen los ¡°denostados¡± pueblos peque?os: ¡°Si todo fuese un poco m¨¢s f¨¢cil, aqu¨ª vivir¨ªamos mejor que en la ciudad¡±, sostiene. Antonia Mezquita, de 67, hermana de Mar¨ªa, cuenta que cuando pasea por San Juan del Rebollar va contando las casas cerradas, y son demasiadas. Los alumnos de su hijo, el profesor Chema Mezquita, de 40, buscan prosperar fuera: se van y casi nunca retornan. Aurora Galisteo, de 32, se desespera cada vez que constata que depende de la caprichosa cobertura para hablar con sus amigas de Madrid. Y Julia Barrig¨®n, de 69, censura la ¡°docilidad¡± social que, dice, acepta sin pelear el desmantelamiento de la sanidad p¨²blica en el medio rural. Para evitar ese abismo, coinciden todos, no vale ¡°lo de siempre¡±: piden acci¨®n para desfibrilar los pueblos.
Espa?a crece entre dos corrientes demogr¨¢ficas: el litoral mediterr¨¢neo y Madrid engordan, mientras Asturias, Castilla y Le¨®n o Extremadura languidecen. El 96,6% de los espa?oles, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), se concentra en el 39,7% de los municipios. La provincia de Zamora (167.000 habitantes) ha perdido el 11,7% de su censo en la ¨²ltima d¨¦cada y lidera las previsiones negativas europeas para 2033. La pir¨¢mide poblacional se ha convertido en una peonza donde no hay ni?os que jueguen con ella: el 31,6% de los habitantes de esta provincia supera los 65 a?os, muy por encima de la media nacional (19,7%), y solo el 12,7% tiene menos de 19 a?os (la media nacional roza el 21%).
Los participantes en el debate de Rabanales se?alan la sanidad como el problema m¨¢s ¡°evidente¡± y durante tres horas de charla radiograf¨ªan carencias entrelazadas que asfixian el futuro. As¨ª, relatan, por ejemplo, las penurias que pasan los vecinos sin coche ¡ªo los que prefieren no cogerlo por ser mayores¡ª para ir al consultorio, ante la ineficacia del ¡°transporte a demanda¡± que impera en la comarca de Aliste: cuando alguien necesita que lo vea un m¨¦dico ¡ªno de urgencia, sino para una consulta¡ª, tiene que llamar con antelaci¨®n a un tel¨¦fono de la Junta de Castilla y Le¨®n, que dispone un autob¨²s y dise?a la ruta para ir recogiendo a los usuarios de los distintos pueblos. Hay que ir parando en cada sitio y al final, entre la ida y la vuelta, se pasa el d¨ªa entero. Barrig¨®n recuerda que en los a?os 90 del pasado siglo aumentaron los recursos, pero volvieron a desinflarse en los ¨²ltimos a?os, con la pandemia como ¡°excusa¡±, y denuncia que se ha condenado a cientos de ancianos a recibir atenci¨®n m¨¦dica telef¨®nica por sistema. Al pueblo de Lober, detalla, el doctor acud¨ªa, hace tres d¨¦cadas, dos veces por semana, y ahora solo lo hace una vez al mes.
Tampoco hay relevo generacional sanitario, porque los m¨¦dicos, seg¨²n interpretan estos vecinos, declinan trasladarse a los municipios peque?os por sus malas condiciones profesionales y dificultades vitales (escasa conectividad, pocas posibilidades de ocio, carreteras agrietadas...). Y las penurias se multiplican por una cobertura telef¨®nica que, en muchos sitios, viene y va. Este peri¨®dico ha intentado, en vano, recabar la versi¨®n de La Junta de Castilla y Le¨®n sobre estos problemas. En toda la comunidad aut¨®noma hay en la actualidad 3.500 consultorios repartidos en los 2.248 municipios, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad. Pero ese dato global trasluce que en las grandes ciudades hay decenas, y en muchos pueblos peque?os o medianos, ninguno.
Cristina Garc¨ªa y Rub¨¦n Casas, que esperan su primer beb¨¦, encarnan el dilema de formar una familia en esas circunstancias. ¡°?C¨®mo, si no hay pediatra?¡±, cuestiona ella, madrile?a de nacimiento. Garc¨ªa vendi¨® su coche nada m¨¢s llegar a Lober ¡ªCasas mantiene el suyo¡ª por miedo a la N-122, una de las carreteras m¨¢s peligrosas de Espa?a. Ambos suspiran: ¡°Con tres o cuatro familias m¨¢s en cada pueblo, esto podr¨ªa resucitar¡±. Las escuelas, pronostican, seguir¨ªan en pie, aumentar¨ªa el entretenimiento, abrir¨ªan nuevos negocios y se impulsar¨ªa la vida rural. Fundamental, matizan, una buena red de transporte p¨²blico entre pueblos.
Chema Mezquita, portavoz de la Coordinadora Rural de Zamora, insta a las Administraciones a dar un primer paso ejecutando deslocalizaciones de organismos oficiales a zonas necesitadas de inversi¨®n, para crear un polo de atracci¨®n: ¡°Con el desarrollo rural no vale lo de siempre. Hay que meter recursos, una fiscalidad diferenciada, y adelantar dinero al emprendimiento¡±, dice. ¡°Iberdrola hace negocio con los embalses, ?por qu¨¦ no tiene sedes aqu¨ª?¡±, agrega el docente, que propone un pacto de Estado al respecto sobre un asunto ¡°sin implicaci¨®n ideol¨®gica¡±: la Espa?a Vac¨ªa. El grupo, sin embargo, no se muestra muy esperanzado: ni ven al mundillo pol¨ªtico para consensos ni creen que muchos alcaldes de la zona, de cualquier color pol¨ªtico, se muevan como ellos desear¨ªan. Para muestra, los incendios de 2022 en la sierra de la Culebra, donde el descontento se apag¨® ¡°tras una palmadita en el lomo de los caciques locales¡±, dice Chema Mezquita. El desinter¨¦s administrativo y popular indigna tambi¨¦n a Barrig¨®n: ¡°Somos muy d¨®ciles, nos echan el chaparr¨®n y nos dejamos mojar¡±.
La charla refleja una ruptura generacional. Las mayores alaban la ¡°tranquilidad¡± de esos parajes zamoranos y reivindican el sector primario como modelo de desarrollo; los m¨¢s j¨®venes matizan: la calma, sostienen, debe compatibilizarse con otros carriles econ¨®micos y vitales para facilitar la llegada de nuevas generaciones que quieren instalarse lejos de la urbe pero no est¨¢n interesadas en el trabajo del campo. Ya no vale ese ¡°estudia y vete¡± tan escuchado en esos lares. ¡°?Cu¨¢nto da?o hizo Paco Mart¨ªnez Soria!¡±, apuntan sobre los t¨®picos rurales. Antonia Mezquita se enfada: ¡°?Se creen que quienes nos quedamos somos tontos!¡±. Esa especie de autodesprecio se da tambi¨¦n en el ¨¢mbito cultural, incide la historiadora del Arte Aurora Galisteo. Ella recorre iglesias restaurando retablos y encuentra un patrimonio ¨²nico. Castilla y Le¨®n es una de las regiones del mundo con m¨¢s bienes patrimonio de la humanidad seg¨²n la Unesco ¡ªocho¡ª, aunque no tenga la fama de otros lugares como la Toscana italiana. Casas afirma: ¡°No lo sabemos vender porque se han descuidado los pueblos¡±.
El problema, sostienen los debatientes de Rabanales, podr¨ªa mejorar implantando modelos comarcales con un n¨²cleo fuerte dotado con las prestaciones pertinentes. Todos coinciden en esperanzas y diagn¨®sticos al ir escribiendo en una pizarra las necesidades y virtudes del medio rural. Cristina Garc¨ªa anhela tambi¨¦n un cambio de esp¨ªritu ante el desaf¨ªo de que su hijo tenga un buen futuro aqu¨ª: ¡°La gente se ha acostumbrado a estar jodida¡±.
Las medidas de los partidos contra la despoblaci¨®n
PSOE
Otra medida para revitalizar la vida en los pueblos es la vivienda. El partido asegura que pondr¨¢ en marcha en todas aquellas comunidades en las que gobierne planes auton¨®micos de impulso de la vivienda rural destinados a la creaci¨®n de parques p¨²blicos de vivienda social en los municipios, a la rehabilitaci¨®n de los inmuebles en peque?os n¨²cleos, o a la mejora de la transmisi¨®n de bienes inmuebles para retener a la poblaci¨®n aut¨®ctona e incentivar la llegada de nuevos habitantes.
La mejora de la conexi¨®n tecnol¨®gica es otro aspecto en el que incide el programa socialista, con lo que el partido asegura que completar¨¢ la conectividad universal de los territorios, o la consolidaci¨®n del teletrabajo.
En el ¨¢mbito del empleo, en el programa marco del PSOE se promete conectar el medio rural a los centros de innovaci¨®n y conocimiento para desarrollar todas sus potencialidades atrayendo talento y favoreciendo el emprendimiento en las zonas despobladas.
PP
El PP tambi¨¦n quiere promover una ley de desarrollo rural para todo el territorio nacional. Para resolver la falta de servicios p¨²blicos, los populares proponen reforzar todos los medios y recursos asistenciales para hacerlo posible, como la teleasistencia avanzada, la ayuda a domicilio, las plazas en los centros de d¨ªa, el asistente personal o el cheque servicio.
La puesta en marcha de una red de cajeros autom¨¢ticos, oficinas m¨®viles y otro tipo de servicios alternativos a fin de equilibrar el acceso a servicios desde el mundo rural y mitigar su exclusi¨®n.
Los incentivos fiscales son una de las herramientas en las que m¨¢s incide el PP: incentivos fiscales dirigidos a las familias, especialmente a las j¨®venes, que quieran asentarse en zonas despobladas; bonificaciones por compra de tierras, e incentivos fiscales a la implantaci¨®n de empresas en el medio rural vinculadas al desarrollo end¨®geno.
En cuanto a la vivienda, se proponen pol¨ªticas de rehabilitaci¨®n de viviendas en los pueblos, reduciendo los impuestos.
Vox
Unidas Podemos
Para las personas mayores que viven en los pueblos, IU propone poner en marcha alternativas al modelo residencial, como la prestaci¨®n de servicios de comida a domicilio, lavander¨ªa o peque?os establecimientos residenciales para situaciones de mayor dependencia.
Otra medida para fomentar que la gente viva en los pueblos es incentivar a los empleados p¨²blicos que fijen su residencia habitual en el municipio o zona rural en la que presten servicio, o garantizar la universalidad del acceso telef¨®nico y la calidad de las conexiones m¨®viles, conectividad con banda ancha de al menos 30 Mbps en, al menos, todos los municipios. Y que todos los municipios de m¨¢s de 1.000 habitantes tengan conexiones de m¨¢s de 100 Mbps,
Tambi¨¦n promete crear una nueva figura para la recuperaci¨®n del patrimonio cultural de las ¨¢reas rurales que se denomine ?patrimonio agrario? en reconocimiento a los valores patrimoniales de la actividad agraria (agr¨ªcola, ganadera, silv¨ªcola) como una actividad esencial para el desarrollo de la humanidad.
Podemos presenta el s¨¢bado 5 de mayo su programa.
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