Las cesiones a Vox arrastran al PP a un discurso m¨¢s radical
Las ¨²ltimas medidas de los Gobiernos bipartitos muestran c¨®mo los populares aceptan postulados del partido ultra que no figuraban en sus pogramas y que rechazan all¨¢ donde tienen mayor¨ªa absoluta
El PP ha convertido las cesiones del Gobierno al independentismo en la idea central de su estrategia de oposici¨®n. Su l¨ªder, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ha llegado a decir que la soberan¨ªa ¡°ya no reside en las Cortes¡± y una parte del discurso de Carles Puigdemont al anunciar su candidatura a las auton¨®micas catalanas, cuando presumi¨® de haber torcido el brazo de los socialistas hasta conseguir...
El PP ha convertido las cesiones del Gobierno al independentismo en la idea central de su estrategia de oposici¨®n. Su l¨ªder, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ha llegado a decir que la soberan¨ªa ¡°ya no reside en las Cortes¡± y una parte del discurso de Carles Puigdemont al anunciar su candidatura a las auton¨®micas catalanas, cuando presumi¨® de haber torcido el brazo de los socialistas hasta conseguir la amnist¨ªa que antes descartaban, coincid¨ªa plenamente con las declaraciones diarias de cualquier portavoz popular. Pero tanto el PP como el PSOE han tenido que pactar medidas que no estaban en sus programas electorales o ideario tras citas electorales donde ninguna de las dos siglas logr¨® mayor¨ªas suficientes. Y en ambos casos, las cesiones han llegado despu¨¦s de prometer que no las habr¨ªa: las de los populares, a trav¨¦s de coaliciones de gobierno, y las de los socialistas, en forma de pactos de investidura.
Los diez meses transcurridos desde las elecciones auton¨®micas y municipales del pasado mayo permiten hacer un balance de los efectos de las alianzas entre el PP y Vox: a qu¨¦ tipo de medidas han dado prioridad, d¨®nde han decidido poner ¡ªy sobre todo quitar¡ª el dinero p¨²blico en sus proyectos de presupuestos regionales all¨¢ donde gobiernan juntos. El saldo, de momento, es negativo para los populares. Por un lado, como admiten dirigentes del partido, esos pactos auton¨®micos con la extrema derecha les pasaron factura el 23-J. Dos d¨ªas despu¨¦s de las generales, el propio Borja S¨¦mper, portavoz del PP, atribuy¨® a los ¡°gestos estramb¨®ticos y frikis¡± de quien aspiraba a ser su ¡°socio de gobierno¡±, que muchos de los que pensaban votarles finalmente no lo hicieran ¡°ante el riesgo de que Vox pudiera condicionar la pol¨ªtica espa?ola¡±. Financial Times realiz¨® el mismo an¨¢lisis: ¡°En las semanas previas a la elecci¨®n del domingo, el Partido Popular y los radicales de Vox suministraron ejemplos reales de c¨®mo funcionar¨ªa esa coalici¨®n y a un n¨²mero crucial de votantes no les gust¨® lo que vieron¡±. Citaban la prohibici¨®n de las banderas LGTBI, el negacionismo clim¨¢tico, la censura cultural y la actitud ante la violencia machista en comunidades y ayuntamientos.
Una vez absorbido el bot¨ªn de Ciudadanos, al PP se le resiste el segundo objetivo del plan de ¡°reunificaci¨®n del centro derecha¡±. En el partido reconocen que su gran reto es definir la relaci¨®n con el partido de Santiago Abascal, que les resta votos y los a¨ªsla, impidi¨¦ndoles pactar con otras siglas. Los sondeos sit¨²an a los populares como primera fuerza, pero en el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS su competidor sub¨ªa dos puntos en estimaci¨®n de voto. Al abrirles la puerta de cinco gobiernos auton¨®micos, concejal¨ªas y parlamentos regionales, el PP ha contribuido a normalizar la participaci¨®n institucional de la extrema derecha y esos pactos, como han se?alado polit¨®logos como Cristina Monge o Pablo Sim¨®n, no han supuesto una moderaci¨®n del elemento m¨¢s radical de la alianza, sino un escoramiento del PP hacia las posturas, lenguaje y banderas del partido de Santiago Abascal. Estos son algunos ejemplos:
Entre los proyectos legislativos de las coaliciones PP-Vox est¨¢ la derogaci¨®n de las leyes de memoria auton¨®micas, bajo el pretexto de que las que hab¨ªa contribu¨ªan al enfrentamiento entre espa?oles, pese a que en sus a?os de vigencia no han generado problema alguno. El PP no derog¨®, cuando ocup¨® La Moncloa, la ley de memoria hist¨®rica, si bien la dej¨® sin financiaci¨®n. Vox convirti¨® su oposici¨®n a esa legislaci¨®n en una de sus banderas y arrastr¨® a los populares, que ya desde la etapa de Pablo Casado prometieron derogarla. En el programa del candidato valenciano del PP a la Generalitat, Carlos Maz¨®n, de 230 p¨¢ginas, no aparec¨ªa, pero la llamada ley de Concordia es una de las primeras leyes que impulsa su Gobierno. La proposici¨®n de ley incluye a las v¨ªctimas del terrorismo ¡ªel propio texto aclara que ya hay otra normativa que las ampara¡ª. Consuelo Ord¨®?ez, hermana del concejal del PP asesinado por ETA Gregorio Ord¨®?ez ya denunci¨® en este peri¨®dico el intento del partido en el que militaba su hermano de enfrentarles a las v¨ªctimas del franquismo.
Otra muestra de c¨®mo Vox ha arrastrado al PP es el supuesto adoctrinamiento en las escuelas, especialmente, con lo que llaman ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±, es decir, las medidas para tratar de fomentar la igualdad. Sus pactos de gobierno recogen compromisos como este: ¡°Reforzaremos la inspecci¨®n educativa para preservar la calidad de la ense?anza, sacando la ideolog¨ªa de las aulas y permitiendo que los padres elijan la educaci¨®n de sus hijos¡±. Una frase con el sello del partido de extrema derecha, que ha llegado a decir que se ense?a ¡°zoofilia¡± a los menores en las escuelas. El programa electoral del PP de Arag¨®n, sin embargo, promet¨ªa: ¡°Preservaremos el car¨¢cter propio de los centros educativos como garant¨ªa de libertad y de una oferta educativa plural, sin m¨¢s limitaci¨®n que el respeto a la Constituci¨®n y a las leyes. Fomentaremos la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la atenci¨®n a la diversidad y la prevenci¨®n de la violencia de g¨¦nero, la convivencia, el respeto democr¨¢tico y el pensamiento cr¨ªtico en los curr¨ªculos de nuestra comunidad¡±. De momento, Vox no ha logrado instalar, all¨ª donde gobierna con el PP, el llamado veto parental, m¨¢s all¨¢ de las ¡°actividades extraescolares¡±, pero ha puesto a su socio a hablar de problemas que para los populares ¡ªsu batalla era contra la elecci¨®n de centro, la defensa de la concertada y la lengua¡ª no lo eran antes de necesitar sus votos. A¨²n as¨ª, la concejal¨ªa de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de Valencia, en manos del partido de extrema derecha despu¨¦s de que la alcaldesa, Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¢, del PP, les entregara el pasado octubre tres carteras, organiz¨® recientemente en un centro municipal unas jornadas antiabortistas en las que particip¨® el diputado de la formaci¨®n ultra Carlos Flores Juber¨ªas, condenado por maltrato a su mujer en 2002, y a la que asistieron alumnos de Secundaria de un centro concertado. Comprom¨ªs per Val¨¨ncia ha anunciado que lo denunciar¨¢ ante el S¨ªndic de Defensor del Pueblo por ¡°vulnerar¡± la ley de Salud sexual y reproductiva.
Para Vox la violencia no tiene g¨¦nero, pero s¨ª raza. Ha logrado incluir en buena parte de sus pactos con el PP la expresi¨®n ¡°violencia intrafamiliar¡±, subterfugio para evitar llamarla ¡°machista¡± o ¡°de g¨¦nero¡±. En Castilla y Le¨®n ha menguado la partida para inserci¨®n laboral de estas v¨ªctimas. El programa electoral del PP para la Comunidad Valenciana promet¨ªa ¡°reforzar los juzgados de violencia sobre la mujer¡± aumentando ¡°los t¨¦cnicos en los gabinetes psicosociales adscritos¡±, adem¨¢s de, entre otras medidas, ¡°impulsar en la televisi¨®n auton¨®mica la adopci¨®n de c¨®digos deontol¨®gicos o acuerdos sobre el tratamiento informativo de la violencia contra las mujeres, el tratamiento no sexista en los programas de entretenimiento y series destinadas a menores o adolescentes, buscando en el ejercicio de su funci¨®n p¨²blica la concienciaci¨®n, educaci¨®n y actuaci¨®n contra la violencia de g¨¦nero¡±. La consejer¨ªa de Justicia, sin embargo, ha quedado en manos de Elisa N¨²?ez, de Vox, quien, en sus primeros meses en el cargo, se reuni¨® con una asociaci¨®n de hombres maltratados, no de mujeres.
Los primeros proyectos de presupuestos de los bipartitos regionales de PP y Vox tambi¨¦n muestran la influencia del partido de extrema derecha, que ha logrado reducir, y en alg¨²n caso, suprimir, las subvenciones p¨²blicas a sindicatos y organizaciones empresariales ¡ªque, seg¨²n establece la Constituci¨®n, ¡°contribuyen a la defensa y promoci¨®n de los intereses econ¨®micos y sociales¡ª o las ayudas a la cooperaci¨®n exterior para disparar en su lugar las concedidas a la tauromaquia. As¨ª, en Castilla y Le¨®n se redujeron a la mitad los fondos para la mediaci¨®n en conflictos laborales y se duplic¨® la partida prevista para los toros: hasta los 650.000 euros. En Arag¨®n, las ayudas para la cooperaci¨®n al desarrollo pasaron de 6,2 a 1,4 millones. En la Comunidad Valenciana, se concedi¨® una ayuda directa de 300.000 euros a la Fundaci¨®n Toro de Lidia ¡ªel consejero de Cultura, de Vox, fue torero¡ª. En Extremadura, las subvenciones a los sindicatos y a la patronal se reducen en un 10%, las ayudas a la cooperaci¨®n en el exterior pasaron de 1,8 millones a 200.000 euros y las ayudas a los toros, de 86.000 euros en 2023 a 786.000 en 2024. El acuerdo del bipartito en la Regi¨®n de Murcia prev¨¦ un recorte del 25% en las ayudas a los agentes sociales y una partida de 100.000 euros ¡°para la defensa de Espa?a¡±. Preguntado en qu¨¦ consiste, el l¨ªder del partido ultra en la regi¨®n, Jos¨¦ ?ngel Antelo, explic¨® que servir¨ªa para financiar movilizaciones y recursos judiciales contra el Gobierno central. ¡°Y si hiciese falta m¨¢s dinero¡±, a?adi¨®, ¡°se pondr¨ªa¡±. El PP aclar¨® posteriormente que no ir¨ªa a financiar ese tipo de manifestaciones.
En Baleares, donde los populares gobiernan en solitario, pero con el apoyo externo de Vox tras pactar 110 medidas en com¨²n, ha sido eliminadas las subvenciones a sindicatos y patronal, mientras se destinan 200.000 euros al refuerzo de la plantilla de inspectores educativos para ¡°asegurar la ausencia de intromisiones ideol¨®gicas y adoctrinamiento en las aulas¡±; otros cinco millones de euros para combatir la eutanasia y un mill¨®n de euros para la creaci¨®n de una oficina antiokupaci¨®n. En esta comunidad, PP y Vox acaban de aprobar la Ley de Transparencia y Control de los Cargos P¨²blicos, que incluye la supresi¨®n de la Oficina de Prevenci¨®n y Lucha contra la Corrupci¨®n, calificada por el partido ultra como ¡°chiringuito¡±. El organismo permit¨ªa registrar denuncias an¨®nimas sobre irregularidades administrativas que se investigaban posteriormente. El Gobierno central tiene pendiente, desde hace un a?o, la creaci¨®n de una oficina similar y medita trasladarla fuera de Madrid.
El PP nacional no ha puesto pega alguna a estos pactos. El portavoz parlamentario, Miguel Tellado, por ejemplo, bendijo el acuerdo para eliminar las subvenciones a los sindicatos en Baleares, que atribuy¨® a la ¡°absoluta normalidad democr¨¢tica¡± y el intento de ¡°dar estabilidad¡± a los gobiernos auton¨®micos. La presidenta popular extreme?a, Mar¨ªa Guardiola, quien se resisti¨®, al principio, a incluir a Vox en su Gobierno por ¡°negar la violencia machista, deshumanizar a los inmigrantes y tirar a la papelera la bandera LGTBi¡±, los define ahora como ¡°un socio fiable¡±.
Inmigraci¨®n
El programa electoral de Maz¨®n para presidir la Generalitat promet¨ªa impulsar ¡°l¨ªneas estrat¨¦gicas para mejorar la inclusi¨®n y convivencia de los migrantes, que permitan coordinar las pol¨ªticas sociales de empleo con las destinadas a su inclusi¨®n social¡±. ¡°Apoyaremos¡±, a?ad¨ªan, ¡°los proyectos que atiendan las necesidades de migrantes y ONGs para mejorar su participaci¨®n en la sociedad, as¨ª como su integraci¨®n cultural y laboral. Desarrollaremos campa?as de concienciaci¨®n, sensibilizaci¨®n y prevenci¨®n contra los delitos de odio o discriminaci¨®n¡±. El pacto del PP con Vox para gobernar juntos la comunidad dice: ¡°La Generalitat Valenciana, dentro del ejercicio de sus competencias, pondr¨¢ en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado los posibles casos de inmigraci¨®n ilegal con especial atenci¨®n a las mafias. Eliminaremos las subvenciones a entidades que amparen estas pr¨¢cticas¡±. En el de Baleares se asegura: ¡°Exigiremos en todas las normas y convocatorias para el acceso a subvenciones y ayudas la acreditaci¨®n de la residencia legal y no ¨²nicamente el certificado de empadronamiento. Suprimiremos cualquier ayuda p¨²blica a las organizaciones que colaboren con las mafias de tr¨¢fico de seres humanos¡±. En Andaluc¨ªa, donde el PP gobierna con mayor¨ªa absoluta, los populares acaban de votar en contra de una proposici¨®n no de ley presentada por Vox que asociaba inmigraci¨®n ilegal y delincuencia y que instaba a ¡°eliminar las subvenciones a asociaciones, organizaciones, fundaciones u oeneg¨¦s que promuevan o faciliten, de cualquier forma, la inmigraci¨®n ilegal y el tr¨¢fico de personas¡±, es decir, lo mismo que han pactado en las comunidades aut¨®nomas donde s¨ª necesitan sus votos.
Vox tambi¨¦n ha marcado su impronta en el lenguaje y el discurso del PP. Ha arrastrado a los populares a cuestionar la legitimidad del Gobierno o a plantear la ilegalizaci¨®n de los partidos independentistas, algo de lo que finalmente se retractaron. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, pregunt¨® el 8-M: ¡°?Cu¨¢ndo es el d¨ªa del hombre?¡±; Feij¨®o, que en sus campa?as electorales a la presidencia de la Xunta promet¨ªa ¡°Primero Galicia, despu¨¦s el partido¡±, se ha burlado del uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, incluido el gallego, llam¨¢ndolo ¡°karaoke¡±. Tanto el l¨ªder del PP como el de Vox, Santiago Abascal, usan la expresi¨®n ¡°dogmatismo ambiental¡± y ¡°dictadura activista¡± para desde?ar las pol¨ªticas de lucha contra el cambio clim¨¢tico y tratar de capitalizar las protestas de los agricultores.