Un modelo de financiaci¨®n progresista: solidaridad y equidad
El debate s¨®lo puede discurrir por el camino del di¨¢logo multilateral, el ¨²nico que garantiza que todas las regiones negociamos de igual a igual, sin diferencias
El debate sobre el modelo con el que financiamos las competencias auton¨®micas (que sustentan en esencia los pilares del estado del bienestar) esconde tras de s¨ª una vertiente ideol¨®gica, una econ¨®mica, y una sobre el modelo de pa¨ªs que lo convierte en uno de los asuntos m¨¢s trascendentales y complejos de todos los temas pendientes.
Un debate enrevesado pero necesario que puede y debe producirse pese a la coyuntura tan fragmentada de la pol¨ªtica actual. Numerosos informes p¨²blicos y privados advierten que Castilla-La Mancha es una de las regiones espa?olas peor financiadas (es decir, que menos recursos recibe del Estado para cubrir los costes del mantenimiento de los servicios p¨²blicos esenciales). La Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (FEDEA) cifra en torno a los 400 millones de euros anuales ese d¨¦ficit.
Soy consciente de que no somos la ¨²nica regi¨®n en esta situaci¨®n, incluso que hay autonom¨ªas que, aun partiendo con mejores cifras de financiaci¨®n, reivindican tener m¨¢s recursos. Pero siendo leg¨ªtimo que cada uno parta de un punto de vista diferente, tenemos que ser conscientes de que el debate solo puede discurrir por el camino del di¨¢logo multilateral, el ¨²nico que garantiza que todas las regiones negociamos de igual a igual, sin diferencias. Un di¨¢logo capaz de vertebrar el pa¨ªs en torno a una conversaci¨®n sobre el fondo.
Hay que evitar alimentar los discursos interesados de los que desean alentar una Espa?a de ciudadanos de primera y de segunda, que engordan al populismo y a los extremos. En un momento de alta sensibilidad, donde prenden f¨¢cilmente los argumentos simplistas, hay que tener especial cuidado con no introducir sentimientos de agravios territoriales, no solo en los acuerdos finales, incluso en el m¨¦todo con el que se buscan esos acuerdos. Porque si hace unos a?os un cierto sentimiento de agravio territorial impuls¨® los movimientos localistas ¡ªque incluso consiguieron esca?o en las Cortes Generales¡ª en el d¨ªa de hoy podr¨ªan derivar hacia movimientos extremistas.
Defiendo un buen acuerdo para Castilla-La Mancha desde una doble visi¨®n progresista: aquella que mejor redistribuya la riqueza nacional entre todos los espa?oles y la que garantice la financiaci¨®n adecuada de los servicios p¨²blicos para que el acceso a la sanidad, la dependencia o a la educaci¨®n no dependa de lugares de residencia, ni de posibilidades econ¨®micas. Y desde esa perspectiva, un buen acuerdo para Castilla-La Mancha tiene que ser un buen acuerdo para el conjunto, un acuerdo que supla deficiencias, no que genere carencias nuevas.
Y en ese sentido la financiaci¨®n auton¨®mica puede cubrir singularidades, por ejemplo, la singular situaci¨®n de provincias como Cuenca que, con los mismos habitantes de M¨®stoles pero con 17.000 kil¨®metros cuadrados m¨¢s de superficie, requieren 32 centros de salud y m¨¢s de 200 consultorios locales para garantizar el derecho a la sanidad en las zonas rurales, en vez de los 9 centros de salud con los que se nutre el municipio madrile?o.
Es por ello que, para un socialista, la singularidad solo puede ser sin¨®nimo de equidad. Es decir, facilitar a cada autonom¨ªa los recursos necesarios para construir una sociedad de igualdad de oportunidades. Y la equidad solo puede conseguirse como consecuencia de la progresividad ¡ªpedir m¨¢s a los que m¨¢s tienen, para dar m¨¢s a los que m¨¢s lo necesitan¡ª que, a su vez, es una virtud que se produce entre ciudadanos y empresas, no entre territorios.
Si los territorios tuvieran que recibir lo que aportan, y ese fuera el criterio, no hubiera sido posible la pol¨ªtica de cohesi¨®n de la Uni¨®n Europea, lo urbano absorber¨ªa los recursos de lo rural, los municipios con m¨¢s renta dejar¨ªan sin inversiones a los barrios de clase media y trabajadora. Un criterio justo y equitativo de reparto solo puede estar basado en la progresividad tanto en lo que se pide, como en lo que se ofrece.
He defendido siempre la descentralizaci¨®n pol¨ªtica en Espa?a como un acelerador de la redistribuci¨®n de la riqueza que, al acercar la gesti¨®n al ciudadano y a sus realidades sociales, facilita la tarea de combatir cualquier tipo de desigualdad.
La descentralizaci¨®n ha ido pareja con la m¨¢xima expansi¨®n del Estado del bienestar y, con ello, tambi¨¦n del aumento de la cohesi¨®n social y territorial de nuestro pa¨ªs. Cualquier propuesta que reduzca la capacidad redistributiva del Estado como las que se justifican en balanzas fiscales neutras de los territorios (tienen que recibir tanto como aportan) ser¨¢ leg¨ªtima, pero estar¨¦ en contra tanto por la defensa del inter¨¦s de mi tierra, como por mi vocaci¨®n progresista.
No hay pol¨ªtica que vertebre m¨¢s el pa¨ªs que el Estado del bienestar, y no hay instrumento m¨¢s poderoso para ello que una correcta financiaci¨®n auton¨®mica progresiva, suficiente y equitativa para el conjunto de las autonom¨ªas. Tambi¨¦n desde una pol¨ªtica fiscal responsable por parte de las autonom¨ªas, porque no es comprensible realizar competencias fiscales a la baja mientras que se lideran las reivindicaciones sobre la necesidad, de esas mismas autonom¨ªas, a recibir m¨¢s recursos por parte del Estado.
Conf¨ªo en que podamos hacer en Espa?a un debate serio, constructivo y profundo con el conjunto de las comunidades aut¨®nomas y con el Gobierno de Espa?a. Y espero poder hacerlo con Salvador Illa como presidente de Catalu?a, no s¨®lo por la relevancia de que alguien no independentista hable desde Catalu?a con perspectiva del conjunto, tambi¨¦n porque aunque mantengamos diferencias leg¨ªtimas en la defensa de lo que consideramos lo mejor para nuestra tierra, ambos compartimos valores progresistas. Y dentro de esos principios siempre ser¨¢ posible el acuerdo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.