Espa?a invierte en la formaci¨®n de los j¨®venes para frenar el ¨¦xodo de cayucos desde Gambia y Senegal
Albares viaja a Banjul y Dakar para aumentar la cooperaci¨®n y promete 180 millones que priorizar¨¢n el empleo y a la juventud senegalesa
La escena se vivi¨® este mi¨¦rcoles en Banjul, la capital de Gambia, donde el ministro espa?ol de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, estaba de visita oficial. La comitiva del ministro se apretuja para atravesar el patio de la comisar¨ªa donde polic¨ªas espa?oles y gambianos trabajan para desmantelar redes de tr¨¢fico de inmigrantes. Las escaleras de este humilde edificio llevan a una primera planta que parece un desv¨¢n de muebles viejos y, unos pelda?os m¨¢s arriba, a un segundo piso de aire pegajoso donde los mandos policiales de ambos pa¨ªses tienen sus despachos. En uno de ellos se oye m¨²sica de Bach a todo volumen. En lo que va de a?o, 16 cayucos han intentado llegar a Canarias desde Gambia y todos, a excepci¨®n de uno, fueron interceptados, en tierra o en alta mar, donde tambi¨¦n patrulla la Guardia Civil. Los responsables de la comisar¨ªa le cuentan al ministro que los intentos de salida van en aumento, pero tambi¨¦n la capacidad de frenarlos. Albares felicita a los agentes por los resultados, aun trabajando con una infraestructura muy limitada. Pero, en este viaje, las autoridades locales han dado otras claves para frenar el ¨¦xodo de sus j¨®venes: invertir en educaci¨®n y empleo.
Albares ha estado este mi¨¦rcoles y jueves en Banjul (Gambia) y Dakar (Senegal) en un viaje con el que pretende reforzar la cooperaci¨®n y el di¨¢logo pol¨ªtico con dos de sus socios m¨¢s estables de la regi¨®n. Tambi¨¦n busca frenar la a¨²n intensa partida de cayucos rumbo a Canarias, adonde han llegado en lo que va de a?o m¨¢s de 19.000 personas, el triple que en el mismo periodo de 2023. El origen de m¨¢s de la mitad de las salidas hacia Espa?a est¨¢ ahora en Mauritania, que sigue demandado m¨¢s financiaci¨®n, pero Gambia y, sobre todo, Senegal han visto c¨®mo en 2024 casi 4.000 de sus j¨®venes se han jugado la vida en el Atl¨¢ntico para llegar a Europa.
No hay soluciones m¨¢gicas ¡ª¡±la inmigraci¨®n irregular no se resuelve, se gestiona¡±, se ha o¨ªdo en el avi¨®n oficial¡ª, pero Albares, que ha sido recibido por los presidentes de los dos pa¨ªses y varios de sus ministros, ha tomado nota de algunas de sus recetas. La frustraci¨®n por la falta de horizontes marca dos sociedades en las que la edad media de la poblaci¨®n est¨¢ entre los 18,5 a?os de Senegal y los 21,8 de Gambia, frente a los m¨¢s de 45 a?os de Espa?a.
En un instituto de formaci¨®n para el turismo y la hosteler¨ªa, montado por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) en 2007 y gestionado por el Gobierno de Gambia desde 2013, el ministro de Turismo, Abdou Jove, mencion¨® la inmigraci¨®n irregular como una de las grandes preocupaciones del pa¨ªs y pidi¨® financiaci¨®n para ampliar el centro. ¡°La educaci¨®n es fundamental para que tengan oportunidades aqu¨ª¡±, dijo. Cada a?o, 400 alumnos se forman en esas cocinas y salones para trabajar en un sector que supone el 17% del PIB y genera m¨¢s de 10.000 puestos de trabajo. Albares ve en este lugar la posibilidad de crear un centro regional con alumnos de toda la regi¨®n.
De camino al avi¨®n para volar a Dakar, el equipo ministerial se felicit¨® por haber formalizado con Banjul ¡ªadonde no viajaba un miembro del Gobierno desde 2019¡ª un di¨¢logo pol¨ªtico con citas anuales entre cancilleres.
El gran anuncio de este viaje ha sido para Senegal, donde Albares se ha reunido por primera vez con el reci¨¦n formado Gobierno del antiguo opositor Bassirou Diomaye Faye. El ministro ha prometido que Espa?a inyectar¨¢ al menos 180 millones en cooperaci¨®n para los pr¨®ximos cuatro a?os con el foco puesto en la juventud y el empleo, un aumento del 33% respecto al periodo anterior. ¡°Por primera vez, ?frica Occidental va a estar al m¨¢ximo nivel y Senegal ser¨¢ un pa¨ªs prioritario¡±, ha mantenido Albares. En ese marco de cooperaci¨®n, Dakar ha perfilado ya algunos sectores con potencial para formar y emplear a sus j¨®venes, como la rehabilitaci¨®n de edificios hist¨®ricos.
Moussa Sow, de 21 a?os, se afana en limpiar con un cepillo, por 75 euros al mes, los escalones que llevan a la piscina de uno de los mejores hoteles de Dakar. Es uno de los 300.000 j¨®venes senegaleses que salen cada a?o a un mercado laboral que no tiene cabida para todos. Sow, un chico menudo y serio, ha visto a varios de sus vecinos marcharse a Canarias y ¨¦l, aunque sue?a con vivir en Europa, asegura que nunca lo har¨¢ en cayuco. Dice que es demasiado peligroso y que su madre, a quien desea dar una mejor vida, no quiere. ¡°Los j¨®venes se marchan porque no hay trabajo para todos y los salarios no son suficientes¡±, explica.
Tras cuatro a?os de profunda crisis pol¨ªtica y social, con manifestaciones que provocaron unos 60 muertos y m¨¢s de un millar de personas encarceladas, Senegal atraviesa ahora un momento de paz que ha devuelto la esperanza en el futuro a sus ciudadanos. El anterior gobierno, presidido por Macky Sall, utiliz¨® la Justicia para intentar eliminar a la oposici¨®n, pero se encontr¨® con una decidida resistencia en las calles.
Nuevo panorama pol¨ªtico
Toda esa inestabilidad y frustraci¨®n tuvo un impacto directo en la salida de cayucos hacia Canarias, que se intensific¨® tras el estallido de la crisis en marzo de 2020 hasta alcanzar cifras r¨¦cord en 2023. Las partidas desde Senegal, aunque a¨²n no han llegado los meses de mayor intensidad, muestran una clara tendencia a la baja. Detr¨¢s de este descenso est¨¢ no solo la colaboraci¨®n en el control migratorio de las autoridades senegalesas, sino tambi¨¦n las expectativas de empleo, justicia y lucha contra la corrupci¨®n generadas por el nuevo Gobierno, que se define como panafricanista de izquierdas y que cuenta con un enorme apoyo entre la juventud.
Una de las cuestiones pendientes entre Espa?a y Senegal es la de la inmigraci¨®n circular, pero sus resultados hasta ahora son muy discretos. Tras el ¨¦xito de la primera experiencia piloto en 2022, que supuso el traslado de 17 j¨®venes como temporeros a Hell¨ªn, en Albacete, durante tres meses, el Gobierno espa?ol decidi¨® pasar a otra escala en 2023 y llevar a 120 j¨®venes a trabajar con la misma empresa. Sin embargo, seg¨²n fuentes conocedoras del programa, de los 120 que fueron tan solo regresaron unos 40, lo que supone que dos de cada tres decidieron quedarse en situaci¨®n irregular. En marzo pasado el Ejecutivo espa?ol volvi¨® a poner en marcha el proceso para este a?o. Albares ha quedado con su hom¨®loga, Yacine Fall, en explorar nuevas f¨®rmulas y sectores, como el de los conductores de cami¨®n, un perfil de trabajadores muy demandado en Espa?a.
El otro gran tema, siempre presente, pero nunca resuelto, fue el de la devoluci¨®n de los senegaleses en situaci¨®n irregular en Espa?a. En los ¨²ltimos a?os, los intentos por parte de las autoridades espa?olas han sido constantes, sobre todo con los repuntes de llegadas en Canarias, pero Dakar se resiste y, en lo que va de a?o, no se han ejecutado ni una decena de devoluciones, seg¨²n fuentes policiales. ¡°Es una decisi¨®n complicada para los pa¨ªses africanos¡±, reconocen fuentes de Exteriores. Los retornos forzosos son la gran obsesi¨®n de la UE para desincentivar la inmigraci¨®n irregular, pero los pa¨ªses de origen los dificultan por la gran contestaci¨®n social que generan. Entre otras cosas, porque las remesas de los emigrantes de Senegal rondan el 11% del PIB, un 23% en el caso de Gambia, seg¨²n datos de 2022 del Banco Mundial.
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