El 7-J franc¨¦s no mueve el tablero espa?ol
Ni el PP cuestiona sus pactos con Vox en l¨ªnea con el ¡°cord¨®n republicano¡± ni en la izquierda hay proyectos de unidad a imitaci¨®n del Nuevo Frente Popular
La pol¨ªtica espa?ola mir¨® este lunes a Francia... y a continuaci¨®n sigui¨® a lo suyo, como si nada hubiera ocurrido. El 7-J franc¨¦s, las elecciones legislativas en las que la extrema derecha tuvo el poder a mano y finalmente qued¨® relegada al tercer puesto tras la izquierda y el centro, fue un tema de obligado comentario para las direcciones de todos los partidos en Espa?a, que se mostraron conscientes de su relevancia para toda Europa. Pero nada m¨¢s. Si la hist¨®rica jornada provoca cambios en el tablero pol¨ªtico espa?ol, ser¨¢n de cocci¨®n lenta. Por ahora, sus efectos no traspasan los Pirineos. Ni el PP mostr¨® s¨ªntomas de cuestionamiento de sus pactos con Vox en l¨ªnea con el ¡°cord¨®n republicano¡±, ni en la izquierda se produjo ninguna maniobra que anticipe una menor divisi¨®n del espacio progresista a imitaci¨®n del triunfante Nuevo Frente Popular.
El PP parte de una situaci¨®n especialmente inc¨®moda. La direcci¨®n del partido defiende como soluci¨®n para Francia un pacto entre ¡°liberales, socialistas cl¨¢sicos [es decir, solo una parte del Nuevo Frente Popular, nunca La Francia Insumisa] y derecha cl¨¢sica¡±, en palabras de su portavoz, Borja S¨¦mper. Se trata de una propuesta que choca con su pol¨ªtica de acuerdos en Espa?a, donde se al¨ªa por sistema con Vox en comunidades y ayuntamientos y no descarta hacerlo para llegar al Gobierno. Cuando Alberto N¨²?ez Feij¨®o defend¨ªa este lunes la necesidad de evitar ¡°los extremos¡±, en el fondo estaba enmendando los acuerdos del propio PP, al mismo tiempo que colocaba en el mismo saco al partido del izquierdista Jean-Luc M¨¦lenchon y al de Marine Le Pen, aliada de Vox, su socio en Espa?a.
Los problemas del PP para acercarse a la cuesti¨®n francesa sin ahogarse en contradicciones son fruto de sus propias decisiones. Desde que, tras las elecciones andaluzas de 2018, el PP vio por primera vez la posibilidad de acceder al poder vali¨¦ndose de Vox, no ha vacilado ni una vez a la hora de hacerlo. O, mejor dicho, una vez s¨ª, en Extremadura, cuando Mar¨ªa Guardiola hizo la m¨¢s breve exhibici¨®n de firmeza ante la extrema derecha que se recuerda en Europa. Al margen de aquel fallido ¨®rdago extreme?o, el PP ha mantenido desde hace m¨¢s de un lustro a Vox como su aliado estrat¨¦gico, primero como socio externo, despu¨¦s de gobierno, lo cual sit¨²a a Feij¨®o y los suyos fuera de las coordenadas de su partido hermano en Francia, Los Republicanos, pero tambi¨¦n de la candidatura centrista del presidente, Emmanuel Macron.
Por eso cuando los dirigentes populares valoran la situaci¨®n francesa desde Espa?a tirando del manual del partido centrado, estable y moderado, surgen las incoherencias, que se hacen m¨¢s flagrantes justo ahora que el partido de Santiago Abascal exhibe su perfil m¨¢s radical tanto fuera de Espa?a como dentro. Fuera, ali¨¢ndose con las fuerzas extremistas con un historial de mayor afinidad con Rusia, las del h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, la francesa Marine Le Pen y el italiano Matteo Salvini, en detrimento de los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, m¨¢s aceptables para el PP. Dentro, marcando su perfil m¨¢s duro sobre inmigraci¨®n, justo el tema estrella de toda la ultraderecha europea, el que utiliza como punta de lanza de su discurso nacionalista m¨¢s excluyente. Un recordatorio del tipo de figura que ha promocionado el PP con sus pactos con Vox lo ofreci¨® este lunes la presidenta de las Cortes valencianas, Llanos Mass¨®, que se refiri¨® a los futbolistas de la selecci¨®n francesa de f¨²tbol que celebraron el resultado electoral del domingo como ¡°imb¨¦ciles millonarios elitistas¡±.
Nada de esto lleva al PP a replantearse sus pactos. Es m¨¢s, es Abascal quien sigue apretando, advirtiendo a Feij¨®o de que romper¨¢ los cinco gobiernos auton¨®micos que comparten si aceptan menores inmigrantes llegados de Canarias. Lejos de bajar el nivel de presi¨®n una vez cerrado el ciclo electoral ¨Cvascas, catalanas, europeas¨C, los dirigentes de Vox se muestran cada vez m¨¢s beligerantes con el PP. Est¨¢ por ver si se trata de una pose coyuntural o si Vox ha concluido que, para acercarse a los resultados de Le Pen o Meloni, debe marcar m¨¢s distancias con el PP, incluso a costa de crear crisis en gobiernos ya constituidos o incluso de perder poder institucional.
Espa?a, Reino Unido, Francia
El PSOE, con un guion m¨¢s f¨¢cil, se apresur¨® a presentar los resultados como una continuaci¨®n de los cosechados en las generales espa?olas del 23-J de 2023 y en las elecciones brit¨¢nicas de la semana pasada, todos ellos unidos por el hilo com¨²n del ¡°rechazo a la ultraderecha¡±, afirm¨® este lunes el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, que apunt¨® su dedo acusador hacia el PP al resumir as¨ª la que a su juicio es la gran lecci¨®n francesa: ¡°Con la ultraderecha ni se pacta ni se gobierna¡±. Esa fue la t¨®nica general en el PSOE y en el Gobierno, que ten¨ªan el trabajo hecho con los apuros de Feij¨®o. ¡°Algunos ya frenamos ese espectro [de la ultraderecha] hace un a?o, otros en cambio se han apuntado en el ¨²ltimo minuto cuando est¨¢n mimetizados con la ultraderecha¡±, dijo en la misma l¨ªnea la vicepresidenta del Gobierno y dirigente socialista Mar¨ªa Jes¨²s Montero.
Aunque el 7-J franc¨¦s es m¨¢s f¨¢cil de manejar en Ferraz que en G¨¦nova, para el PSOE tambi¨¦n presenta algunas aristas cortantes. No en vano, Francia sirve como recordatorio de que es posible un triunfo de la izquierda con una coalici¨®n en la que los socialistas no son la fuerza dominante, una hip¨®tesis lejana en Espa?a y de la que el PSOE no quiere ni o¨ªr hablar. En realidad, ning¨²n partido en Espa?a plantea ahora mismo una f¨®rmula similar al Nuevo Frente Popular, que implicar¨ªa unir en una candidatura al PSOE y a los partidos a su izquierda. Guillermo Ferna?ndez, profesor de Ciencia Poli?tica de la Universidad Carlos III y autor de Que? hacer con la extrema derecha en Europa, ve ¡°l¨®gico¡± que ¡°sea dif¨ªcil¡± trasladar la f¨®rmula francesa a Espa?a, dadas las diferencias en el espacio progresista de uno y otro pa¨ªs. El Nuevo Frente Popular, explica, solo ha sido posible por la ¡°crisis del Partido Socialista¡± y porque el incentivo para la coalici¨®n en el sistema electoral franc¨¦s, con 577 circunscripciones que escogen a un diputado cada una, es mayor a¨²n que en Espa?a.
M¨¢s veros¨ªmil, aunque tambi¨¦n dif¨ªcil, es la posibilidad de un entendimiento del mayor n¨²mero de fuerzas posibles a la izquierda del PSOE, y en particular de Sumar y Podemos. Si el fracaso electoral por separado de ambas candidaturas en las pasadas europeas ya era un factor que estimulaba ese debate, ahora el ¨¦xito en la papeleta conjunta del Nuevo Frente Popular alienta la misma idea. Pero se trata de una idea que, por lo que mostraron Sumar y Podemos este lunes, est¨¢ verde. Sin chocar expl¨ªcitamente, ambas direcciones se pronunciaron con frialdad sobre una posible alianza. La opci¨®n no est¨¢ descartada expresamente para el futuro, porque nadie quiere cargar con la culpa de decir no a la ¡°unidad¡±, pero s¨ª congelada, postergada. Solo desde la direcci¨®n de IU se pone ¨¦nfasis en la necesidad de no ¡°excluir¡± a nadie, una posici¨®n que Antonio Ma¨ªllo defiende desde su elecci¨®n en mayo y que repiti¨® este lunes. Pero la propia direcci¨®n de IU tambi¨¦n se ha mostrado consciente de que hay que actuar sin prisas. Al igual que en toda la pol¨ªtica nacional, si el 7-J franc¨¦s detona efectos en la izquierda alternativa se materializar¨¢n m¨¢s adelante.
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