El juez procesa al coronel y otros cinco mandos de los militares ahogados en la base de Cerro Muriano
El instructor encausa al jefe del regimiento cordob¨¦s de La Reina por no supervisar un ejercicio temerario que pon¨ªa en riesgo la vida de los soldados
El juez togado militar central n¨²mero 1 ha acordado procesar a la c¨²pula del Regimiento de Infanter¨ªa La Reina, perteneciente a la Brigada Guzm¨¢n El Bueno X del Ej¨¦rcito de Tierra, por la muerte del cabo Miguel ?ngel Jim¨¦nez And¨²jar y del soldado Carlos Le¨®n Rico el pasado 21 de diciembre mientras realizaban un ejercicio de cruce del embalse de Casa Mata, en la base de Cerro Muriano (C¨®rdoba).
En concreto, el juez ha procesado al capit¨¢n Ignacio Z¨²?iga Morillas, al teniente Jaime Tato Garrido, al sargento Alejandro Moreno Ruiz de Castroviejo, al teniente coronel Jos¨¦ Luis Zanfa?o Hidalgo y al comandante Luis Fernando Velasco Quero por dos delitos contra los deberes del servicio con resultado de muerte (equivalentes al homicidio imprudente) por la muerte de dos militares en el ejercicio y otros dos en grado en tentativa por otros dos soldados que estuvieron a punto de perder la vida y a quienes se tuvo que realizar una reanimaci¨®n cardiopulmonar. Adem¨¢s, ha procesado al coronel Manuel Navarro Gonz¨¢lez por incumplir los deberes inherentes al mando.
Este ¨²ltimo, que se hizo cargo de la jefatura del regimiento entre el 10 y el 15 de diciembre pasados, dijo al juez, ante el que declar¨® como imputado, que no es su funci¨®n ¡°controlar ni supervisar los ejercicios a desarrollar por los mandos de su unidad¡± y ¡°no argument¨® las razones para considerar el ejercicio como rutinario y adecuado al PBI [Plan B¨¢sico de Instrucci¨®n]¡±, explica el auto. Sin embargo, el juez togado alega que ¡°no se exige a este mando la supervisi¨®n in situ de los ejercicios, pero s¨ª que examine la programaci¨®n y supervise la misma, para que pueda valorar si es adecuada [¡] Esta supervisi¨®n y aprobaci¨®n del programa s¨ª est¨¢ dentro de las atribuciones del coronel jefe del regimiento, que no cumpli¨® con sus cometidos¡±.
En cambio, el instructor exonera al coronel Daniel ?ngel Tost¨®n M¨¦ndez, anterior jefe del regimiento, pues, aunque aprob¨® el programa de instrucci¨®n elaborado por el capit¨¢n Z¨²?iga, no ten¨ªa ¡°motivos para sospechar que la pr¨¢ctica iba a diferir de otras realizadas bajo su mandato, la ¨²ltima de ellas dirigida por el mismo capit¨¢n¡±, en todas las cuales se cruzaba el embalse por un lugar en el que ¡°se hac¨ªa pie¡± y, por ello, ¡°no sospech¨® ninguna modificaci¨®n, ni le pareci¨® que supusiese una situaci¨®n de riesgo¡±. Pese a ello, el juez mantiene la condici¨®n de investigado del coronel Tost¨®n y del sargento ?lvarez Estupi?¨¢n. De este ¨²ltimo dice que, aunque mandaba el primer pelot¨®n, ¡°no se han constatado indicios de criminalidad¡± contra ¨¦l.
Fue el 18 de diciembre, seg¨²n el auto, cuando el capit¨¢n Z¨²?iga pidi¨® por correo electr¨®nico al comandante Velasco, jefe de la Plana Mayor del Regimiento, modificar el programa cambiando el ¡°cruce t¨¢ctico de r¨ªo¡± previsto para el 22 de diciembre por un ¡°cruce de paso de r¨ªo¡± el d¨ªa 21; y explic¨® al sargento Alejandro Morano que ¡°quer¨ªa que no se hiciese pie, para tener que realizar el cruce como una pr¨¢ctica de flotabilidad¡±.
El auto destaca la ausencia de medidas de seguridad en el ejercicio. En el lugar por donde deb¨ªa cruzarse el embalse, de 110 metros de longitud y varios de profundidad, ¡°no hab¨ªa ning¨²n tipo de salvavidas, flotador o lancha neum¨¢tica, ni personal equipado para hacer rescates en el agua. No se encontraba la ambulancia en las orillas del pantano¡± y, cuando fue avisada, ¡°tard¨® en llegar unos 10 o 15 minutos¡±. Los militares que iban a realizar el ejercicio, ¡°desconoc¨ªan las caracter¨ªsticas del embalse, por d¨®nde se iba a cruzar y su profundidad, no hab¨ªan realizado pr¨¢ctica de soltura acu¨¢tica, no se les hab¨ªa instruido acerca del posible uso de la mochila como medio de flotabilidad, no se les hab¨ªa facilitado chaleco [salvavidas], ni bolsa estanca¡± e ignoraban ¡°las dificultades de movilidad¡±, que generaba ir cargados con todo el equipamiento: botas, casco, mochila y armamento. Adem¨¢s, los miembros de la secci¨®n implicada en el siniestro iban sobrecargados con una mina de instrucci¨®n, ¡°cuyo peso es superior a tres kilogramos, debido a que se hab¨ªan retrasado al hacer las mochilas¡±.
¡°No se coordin¨® una revisi¨®n de las mochilas, ni supervisi¨®n de las mismas [¡], no hab¨ªan realizado ninguna pr¨¢ctica relacionada con este ejercicio, solamente hab¨ªan hecho el paso de una charca durante una instrucci¨®n f¨ªsica en ropa de gimnasia y por un lugar donde no era necesario nadar, ya que se hac¨ªa pie¡±, a?ade el juez
El juez califica de ¡°descontrol y p¨¢nico¡± la situaci¨®n que se vivi¨® cuando los soldados se introdujeron en el agua. ¡°El grupo comenz¨® anim¨¢ndose con palabras y gritos de apoyo, para sobrellevar el fr¨ªo extremo de la temperatura del agua¡±, pero, ¡±a los pocos minutos, se produjo una situaci¨®n desordenada¡±: las mochilas que se supone que iban a dar flotabilidad se hunden al subirse en ellas y los soldados ¡°entran en estado de p¨¢nico, comienzan a pedir socorro, a decir que se ahogaban¡±. ¡°La situaci¨®n fue de aut¨¦ntico caos, sobre todo porque la cuerda [tendida por el lugar por el que hab¨ªa que cruzar el embalse, a modo de gu¨ªa], al recibir el peso de varias personas, se hundi¨® completamente y no les auxiliaba¡±. El juez a?ade que ¡°el capit¨¢n Z¨²?iga ¨²nicamente se introdujo en el agua cuando tuvo conocimiento de que el cabo Jim¨¦nez hab¨ªa desaparecido, desprendi¨¦ndose del equipo personal y de las botas, realizando una pr¨¢ctica infructuosa, cuando pr¨¢cticamente ya no quedaba nadie en el agua¡±.
El auto da cuenta de que varios militares hab¨ªan advertido de la peligrosidad del ejercicio, que uno de ellos lleg¨® a calificar de ¡°locura¡±, y relata una escena que se produjo el d¨ªa anterior al accidente entre el capit¨¢n Z¨²?iga y el cabo Jim¨¦nez, uno de los fallecidos. Encontr¨¢ndose este ¨²ltimo tomando caf¨¦ con un cabo, se acerc¨® el oficial, quien ofreci¨® al otro cabo a cruzar el pantano, a lo que este contest¨® que si era necesario lo har¨ªa el primero, aunque nadie lo tom¨® en serio. Fue entonces cuando Jim¨¦nez dijo al capit¨¢n que ¡°no sab¨ªa nadar¡±, a lo que este respondi¨®: ¡°Seguro que te apa?as¡±. Cuando Z¨²?iga se march¨®, el otro cabo aconsej¨® a Jim¨¦nez que no hiciese el ejercicio, pero, al verlo decidido a hacerlo, le dio consejos para reducir el riesgo.
El juez estima que la obediencia no exime de responsabilidad al teniente Tato y al sargento Castroviejo pues, ¡°una planificaci¨®n tan temeraria¡± del ejercicio, que pon¨ªa en peligro la vida de los soldados, ¡°hace que la orden [del capit¨¢n] no pueda considerarse leg¨ªtima¡±, mientras que atribuye a ¡°la conducta omisiva del teniente coronel Zanfa?o y del comandante Velasco [como jefes de la Plana Mayor del Regimiento] el permitir que el ejercicio se realizara ¡°sin ejercer su funci¨®n de supervisi¨®n y control¡±.
La causa la empez¨® a instruir un juzgado ordinario de C¨®rdoba, pero pas¨® al juez militar territorial de Sevilla y, posteriormente, al juzgado togado militar central, ya que este ¨²ltimo es el ¨²nico competente para encausar a militares de empleo igual o superior a comandante.
El mismo d¨ªa del accidente, el capit¨¢n Z¨²?iga reuni¨® a la compa?¨ªa y dijo a sus subordinados que lo ocurrido ¡°eran cosas de la mili¡± y que ¡°perder a un compa?ero es lo peor que pod¨ªa pasar¡±. Finalmente, les orden¨® que no hablasen con periodistas.
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