Sectas ¡°a la carta¡±, m¨¢s peque?as pero igual de da?inas: ¡°Era como si el maestro supiese todo de m¨ª¡±
La operaciones contra grupos coercitivos muestran que los charlatanes encuentran nuevas formas de captar a sus v¨ªctimas y que aprovechan el discurso de autoayuda para atraerlas
A Montse la salv¨® su abuela. Esta mujer gallega de 35 a?os, que prefiere no decir su apellido por motivos de privacidad, fue seducida por un ¡°maestro¡± que hizo que pr¨¢cticamente abandonara su vida. Cuando sucedi¨® este episodio de su vida, estaba ¡°un poco perdida¡± y se apareci¨® frente a ella este hombre que la embauc¨® haci¨¦ndole creer que era ¨²nica ante sus ojos. ¡°Era como si el maestro supiese todo de m¨ª¡±, asegura. Entre todas estas tinieblas, un hilo de luz la segu¨ªa uniendo con la realidad: su abuela. Ella fue la que la arrastr¨® fuera del embrujo y le hizo darse cuenta de que hab¨ªa ca¨ªdo en una secta.
Esta v¨ªctima cuenta su historia por escrito, porque as¨ª se siente m¨¢s c¨®moda. Podr¨ªa ser el relato de una captaci¨®n, abducci¨®n y liberaci¨®n que viven miles de personas cada a?o. Es imposible establecer un c¨¢lculo exacto de cu¨¢ntas v¨ªctimas acumulan estos grupos coercitivos porque tambi¨¦n lo es encontrarlas tras el camuflaje que suelen adoptar: un grupo de retiro, de autoconocimiento o de meditaci¨®n. ¡°No existe el delito de sectas destructivas, sino que estar dentro es lo que facilita que se cometan ciertos delitos como la estafa o los abusos, y eso es lo que hay que probar, algo que no resulta sencillo¡±, explica la inspectora jefe del grupo especializado en sectas de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n. La polic¨ªa habla de que estos grupos venden una ¡°espiritualidad a la carta¡±, que hacen sentir a las v¨ªctimas que son justo lo que necesitan.
Esto es algo parecido a lo que le sucedi¨® a Montse la primera vez que visit¨® la comunidad del maestro: ¡°Cuando lo conoc¨ª, me impresion¨®, era como si supiera todo de m¨ª, me dijo algunas cosas de mi infancia, de mi familia, no me qued¨¦ igual. Segu¨ª yendo, al principio los fines de semana, pero un a?o y medio m¨¢s tarde decid¨ª dejar mi trabajo y me voy a vivir con ellos como residente¡±.
Siempre han existido los grupos coercitivos de tipo religioso y otros de tipo New Age, pero la pandemia dio lugar a toda una corriente de charlatanes que encontraron en ese momento de dudas e incertidumbre un caldo de cultivo perfecto para pescar adeptos. ¡°Se trata de peque?os grup¨²sculos en torno a un gur¨² que crea su propio sistema a partir de picotear de aqu¨ª y de all¨¢. A veces ni siquiera necesitan un espacio f¨ªsico o un contacto cara a cara, encontramos personas que est¨¢n completamente enganchadas de forma digital¡±, se?ala Miguel Perlado, psic¨®logo especialista en este tipo de grupos y autor del libro ?Captados!. ¡°No se trata de estigmatizar un estilo de vida o una creenvia, pero es verdad que los l¨ªderes se adaptan a la oferta y la demanda. Si ven que lo que vende son temas de crecimiento personal y autoconocimiento, tiran por ah¨ª. El aislamiento del covid sirvi¨® para inocular miedos¡±, apunta la inspectora jefe.
La abducci¨®n es paulatina. En el caso de Montse, al principio, todo parec¨ªa inofensivo. Su rutina diaria consis¨ªa en ¡°ruedas de energ¨ªa, bailes derviches, pintura y danza, y sanaci¨®n energ¨¦tica¡±. Pero adem¨¢s de eso, tambi¨¦n ten¨ªa que limpiar, cocinar, hacer la compra, escuchar las charlas del maestro y someterse a ¡°terapias¡±. Tanta actividad la ten¨ªa agotada. Tras unas semanas conviviendo con el grupo, ya pr¨¢cticamente hab¨ªa cortado relaciones con sus amigos y su familia. ¡°Cuando quedaba, siempre iba con prisa para no volver tarde, y cuando volv¨ªa siempre me insist¨ªan en que tra¨ªa energ¨ªa oscura de afuera, que me hab¨ªan contaminado de todo el apego y que llevaba esa energ¨ªa y eso perjudicaba al trabajo de grupo¡±, indica. Sus familiares pasaron a ser sus ¡°enemigos¡±.
Todo giraba en torno al maestro. Estos cabecillas tienen en com¨²n una ¡°gran capacidad intuitiva y para eclipsar¡±, se?ala el psic¨®logo Perlado, que ha visto en su consulta a lo largo de lustros un perfil que se repite: ¡°Son seductores, huelen a las personas que est¨¢n pasando por una crisis vital¡±. Distintos rostros para un mismo lobo.
El de Lama Losel, un gur¨² reci¨¦n condenado por la justicia que aseguraba que con un ¡°lefazo m¨ªstico¡± preven¨ªa enfermedades. El de Trascendencia Total, un lama de Murcia que vest¨ªa t¨²nica naranja, se comunicaba mediante una pizarra y suministraba a sus v¨ªctimas mercurio para purificarlas. El de Igor, el jefe de Evol, una secta desmantelada en un peque?o pueblo de Zaragoza que auguraba el fin del mundo en 2027 y hab¨ªa designado a su hijo de cinco a?os como su sucesor. Cuando alguna vez a alguno de los adeptos le dio un ataque de ansiedad, el ni?o lleg¨® a decir que se hab¨ªa ¡°abierto su ventana¡±. Su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo lo formaban su madre, su mujer y una examante.
El proceso de Montse dentro de la comunidad dur¨® tres a?os, en los progres¨® de ser una simple empleada de cocina a formar parte del grupo que cuidaba directamente del maestro. ¡°Aquello no lo ofrec¨ªan a cualquiera, era estar m¨¢s cerca de ¨¦l¡±, cuenta. Despu¨¦s de todo el d¨ªa de tareas, ten¨ªa que atender sus peticiones de todo tipo. Montse lleg¨® a pensar que era su ¡°pareja espiritual¡± porque ¨¦l le explic¨® que hab¨ªan tenido una conexi¨®n especial. Luego supo que eso se lo dec¨ªa a muchas otras.
Fuera de todo aquello, su abuela se puso en contacto con el psic¨®logo Miguel Perlado. Durante mucho tiempo la mujer se asesor¨® con este profesional para saber c¨®mo sacar a su nieta de la secta. Con paciencia y autocontrol, sigui¨® las indicaciones del experto y consigui¨® que Montse siguiera visit¨¢ndola sin percibir en ella otra enemiga. Hasta que lleg¨® el d¨ªa en el que la abuela y el psic¨®logo dieron un paso m¨¢s en su estrategia. ¡°Un d¨ªa, me dijo que quer¨ªa que habl¨¢ramos las dos con otra persona. Fue all¨ª cuando conoc¨ª a Miguel. Estuvimos todo un fin de semana hablando. Al principio me cay¨® muy mal, porque cuestionaba todo lo que dec¨ªa¡±, relata Montse. Despu¨¦s del primer d¨ªa, invitaron a otra v¨ªctima de la misma secta. ¡°As¨ª fue mi desprogramaci¨®n, dos d¨ªas en casa de mi abuela con Miguel y con otra chica que hab¨ªa estado en la comunidad. Todo me daba vueltas, ten¨ªa ganas de vomitar, todo mi cuerpo estaba roto¡±, resume.
Hay v¨ªctimas que permanecen meses, otras son captadas durante a?os. Las secuelas, en casi todos los casos, son dif¨ªciles de superar. ¡°Me ha costado volver a confiar en m¨ª, en mi criterio, conectar con la gente con la que hab¨ªa roto, volver a recuperar una actividad de trabajo. Lo hab¨ªa dejado todo por irme all¨¢, no he podido tener pareja hasta hace poco...¡±, apunta Montse.
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