La derecha cat¨®lica anti-inmigraci¨®n topa con la Iglesia
El gesto de C¨¢ritas contra una medida excluyente del PP y Vox se suma al ¨¦nfasis del Papa en la acogida y al apoyo de la Conferencia Episcopal a la ley de regularizaci¨®n de migrantes
Existe una generalizada suposici¨®n seg¨²n la cual la fidelidad al cristianismo obliga a acoger al inmigrante. ¡°No molestar¨¢s al extranjero, ni lo oprimir¨¢s¡±, se lee en la Biblia. Pero la realidad, como todo en la Iglesia, es m¨¢s intrincada. El catecismo, manual de uso de la doctrina cristiana, fija el ¡°deber de acoger¡±, pero tambi¨¦n la opci¨®n de ¡°subordinar¡± la emigraci¨®n a leyes para establecer los ¡°deberes¡± del forastero, llamado a ¡°respetar con gratitud¡± el legado ¡°espiritual¡± de su nuevo pa¨ªs. Esta redacci¨®n ambivalente es compatible tanto con un discurso centrado en el deber de bienvenida como con otro que enfatice la obligaci¨®n de adaptaci¨®n, a menudo el paso previo de la derecha anti-inmigraci¨®n a su conclusi¨®n m¨¢s descarnada: el no cristiano ¡ªsingularmente el musulm¨¢n¡ª es imposible de integrar y su creciente peso demogr¨¢fico pone en jaque la esencial nacional.
Est¨¢ claro cu¨¢l de los dos enfoques es el favorito del Papa: el que pone el acento en la acogida. Tambi¨¦n lo es de C¨¢ritas, la obra social de la Iglesia en Espa?a, que el lunes lanz¨® un poderoso mensaje al renunciar a las ayudas del Ayuntamiento de Burgos mientras el PP y Vox mantengan la exclusi¨®n a las ONG de asistencia a inmigrantes.
Sin dejar de reconocer la soberan¨ªa fronteriza de los Estados, Francisco ha elevado el deber de acogida a idea central de su papado. Fue emblem¨¢tica su visita en 2016 a la isla griega de Lesbos, de donde se llev¨® 12 refugiados al Vaticano. M¨²ltiples han sido sus mensajes de reproche al endurecimiento de las pol¨ªticas en Europa a ra¨ªz de la crisis de los exiliados sirios. El ¨²ltimo, en una audiencia en agosto en Ciudad del Vaticano, fue especialmente severo. Francisco acus¨® de cometer un ¡°pecado grave¡± a quienes ¡°repelen¡± a los inmigrantes y descendi¨® incluso a las medidas para expresar sus rechazo a las leyes ¡°restrictivas¡± y a la ¡°militarizaci¨®n de fronteras¡±.
Lo que otorga una mayor fuerza pol¨ªtica al mensaje de Jorge Mario Bergoglio es que se opone al rampante nacionalismo erigido en dique contra la inmigraci¨®n precisamente para proteger las ¡°ra¨ªces¡± y ¡°valores cristianos¡± de Occidente. De Marine Le Pen a Giorgia Meloni, de Geert Wilders a Matteo Salvini, de Viktor Orb¨¢n a Alice Weidel, toda la extrema derecha europea usa esta f¨®rmula. Es tambi¨¦n la tesis central de los brexiters y del nacionalismo evang¨¦lico trumpista, que incluso ve en Donald Trump al ¡°elegido¡± de Dios, como ha explicado la historiadora Kristin Kobes Du Mez en Jes¨²s y John Wayne, un ensayo imprescindible para calibrar el riesgo de mezclar fanatismo pol¨ªtico y religioso.
Las corrientes anti-inmigraci¨®n europeas que se dicen defensoras de los valores cristianos ¡ªm¨¢s en su dimensi¨®n cultural que puramente religiosa¡ª tambi¨¦n fluyen por Espa?a. Sobresale en importancia la porosidad mostrada por el PP, que ha endurecido su discurso como respuesta a una supuesta situaci¨®n de ¡°emergencia¡±, t¨¦rmino reprobado por el Papa por ¡°alentar temores¡±. Sus dos figuras m¨¢s prominentes, Alberto N¨²?ez Feij¨®o e Isabel D¨ªaz Ayuso, han recurrido al feminacionalismo, concepto acu?ado por la soci¨®loga italiana Sara R. Farris para definir el discurso que presenta la inmigraci¨®n musulmana como una amenaza para las mujeres o las personas LGTBI. Menos miramientos a¨²n tiene Vox, de discurso abiertamente xen¨®fobo y cuyo l¨ªder, Santiago Abascal, defensor de la naturaleza cat¨®lica de Espa?a, ha llegado a afirmar despectivamente que no comparte las opiniones pol¨ªticas del ¡°ciudadano Bergoglio¡±. En cuanto a Alvise P¨¦rez, ¨²ltimo en sumarse a la familia ultra y que se declara inspirado por la fe cristiana, su discurso anti-inmigraci¨®n es de tal dureza que incluso ha forzado a Vox a extremarse. A todos ellos se a?aden diversos grupos del activismo cat¨®lico derechista. Destaca Hazte O¨ªr, cuyas campa?as sobre inmigraci¨®n calcan a Vox. La red NEOS, impulsada por la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas, difunde mensajes alertando de las ¡°fracturas sociales¡± que provoca la ¡°inmigraci¨®n masiva¡± y tiene como vocaci¨®n combatir la ¡°amenaza global¡± de la ¡°islamizaci¨®n¡±.
¡°Hay una polarizaci¨®n de posturas [en el ¨¢mbito cat¨®lico]. Francisco ha roto con la tibieza de Juan Pablo II y Benedicto XVI con un mensaje inc¨®modo para quienes exigen a los inmigrantes una renuncia a sus creencias y para quienes est¨¢n instalados en la indiferencia¡±, explica Amelia Sanchis, profesora de Derecho Eclesi¨¢stico de la Universidad de C¨®rdoba. La insistencia de Francisco en la acogida ha suscitado a su vez en el sector que ella llama ¡°fundamentalismo teocons¡± una ¡°reacci¨®n opuesta¡±, con posturas entre el ¡°desd¨¦n¡± y la ¡°animadversi¨®n¡± hacia el pont¨ªfice, a?ade Sanchis, que cuenta entre los m¨¢s pr¨®ximos a la l¨ªnea de Francisco a movimientos ¡°cristianos de base¡±, a ¡°jesuitas y monjas dominicas y clarisas que trabajan por la integraci¨®n¡± o a la propia C¨¢ritas.
La carta de Arg¨¹ello
Ni el PP, ni Vox, ni Alvise, ni los agitadores cat¨®licos derechistas pueden hoy sostener que su discurso est¨¢ avalado por Roma. Tampoco, en realidad, por la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE). Aunque siete decenas de obispos dan para muchos matices, el tono de la jerarqu¨ªa no se ha apartado llamativamente de la l¨ªnea del Papa. Sus mensajes han sonado con frecuencia a enmienda al discurso xen¨®fobo, en especial de Vox. Desde su nombramiento en 2022, el portavoz de la CEE, C¨¦sar Garc¨ªa Mag¨¢n, ha terciado en varias pol¨¦micas para desvincular delincuencia y extranjer¨ªa, justo en contra de lo que han hecho Feij¨®o, Abascal y Alvise. Adem¨¢s, la CEE es uno de los principales apoyos a la ley de regularizaci¨®n de cientos de miles inmigrantes.
Menci¨®n aparte merece el presidente de la CEE, Luis Arg¨¹ello, que marca terreno propio en este espinoso debate. En una carta publicada en abril en la que daba apoyo a la ley de regularizaci¨®n, Arg¨¹ello reclamaba tambi¨¦n que el debate migratorio cuestionase el ¡°globalismo¡± y advirti¨® contra los ¡°reemplazos poblacionales¡±, una terminolog¨ªa que recuerda a la teor¨ªa de la conspiraci¨®n del ¡°gran reemplazo¡±, usada por la derecha anti-inmigraci¨®n, sobre todo en Francia.
Reflexiones sobre cuestiones en juego en el debate de las migraciones: la dignidad de miles de personas, un debate sobre las causas, las mafias, la acogida posible y el uso de la biopolitica. Un primer paso de salud ¨¦tica y democr¨¢tica es admitir a tr¨¢mite el debate de la IPL. pic.twitter.com/gHix2NgAhi
— Mons. Luis Arg¨¹ello (@MonsArguello) April 7, 2024
Ojo a estas pistas de un posible discurso alternativo al de Francisco que va dejando el influyente Arg¨¹ello, porque el actual pont¨ªfice, de 87 a?os, no durar¨¢ siempre y ni mucho menos existe un respaldo un¨¢nime a sus posiciones en las diferentes corrientes de la Iglesia. Un abanderado de la l¨ªnea dura es el cardenal alem¨¢n Gerhard M¨¹ller, firme opositor al Pont¨ªfice, para quien ¡°la inmigraci¨®n masiva¡± destruye la ¡°identidad nacional¡±. El tiempo dir¨¢ si la actual prioridad en la acogida de la c¨²pula eclesial espa?ola es fruto del seguidismo a Francisco o un principio innegociable. No es una duda menor. La inmigraci¨®n es ya el tema pol¨ªtico y social estrella en Occidente y es previsible que lo sea a¨²n m¨¢s en el futuro. ?Cu¨¢nto impulsar¨ªa al nacionalismo anti-inmigracion, ya en trayectoria ascendente, una cardenal de la l¨ªnea M¨¹ller sentado en el trono de Pedro?
De momento, la l¨ªnea la marca Francisco, y en Espa?a la ha subrayado esta semana C¨¢ritas, la instituci¨®n m¨¢s popular de la Iglesia. No es una posici¨®n sin coste para la instituci¨®n. Cuando en octubre en CIS pregunt¨® por los tres principales problemas del pa¨ªs, los cat¨®licos que citaron la inmigraci¨®n se situaron entre el 30% ¨Dpracticantes¨D y el 34% ¨Dno practicantes¨D, horquilla que baja entre los no cat¨®licos: del 17,4% ¨Dateos¨D al 23,8% ¨Dindiferentes¨D. Es decir, la inmigraci¨®n preocupa m¨¢s a los cat¨®licos que al resto. M¨¢s m¨¦rito para quienes desde posiciones de influencia en la Iglesia se resisten a la ola excluyente. Ni la obra social de la Iglesia, ni tampoco el Papa son capaces de frenar el desatado nacionalismo anti-inmigraci¨®n. Pero s¨ª son, como m¨ªnimo, una china en su zapato.
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