Los datos, arma de Teresa Ribera frente a la ofensiva del PP
El futuro del poder en Valencia, clave en la estrategia del l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o
Nunca pens¨® Pedro S¨¢nchez, ni cualquier otro miembro de su Gabinete, ya sea del PSOE o de Sumar, que la vicepresidenta tercera y ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica y Reto Demogr¨¢fico, Teresa Ribera, viera peligrar su nombramiento como vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea al ponerse en duda su cualificaci¨®n y solvencia. Sin embargo, ese es el panorama con el que se encuentran ahora el Gobierno y la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, que eligi¨® a la espa?ola, autoridad internacional en sostenibilidad y pol¨ªticas verdes desde hace no menos de dos d¨¦cadas, para que fuera su mano derecha.
Las objeciones del PP, con ayuda de los populares europeos, se daban por seguras pero pasajeras y solo para hacerle pasar un mal rato a Ribera, al Gobierno y a la presidenta de la Comisi¨®n. Por parte europea, la hostilidad del presidente de los populares europeos, PPE, Manfred Weber, contra Von der Leyen es ajena a las cuitas de Feij¨®o y del PP, seg¨²n fuentes del Europarlamento. ¡°La dana pasaba por ah¨ª y Weber se ha agarrado a ella para ir contra Von der Leyen¡±, se?alan esas fuentes.
La terrible tragedia en la Comunidad Valenciana ha endurecido hasta el m¨¢ximo el planteamiento de los populares espa?oles y europeos, cada uno por sus razones. No cejar¨¢n en el intento de derribar a Ribera.
A la vicepresidente tercera del Gobierno le espera una comparecencia el mi¨¦rcoles en el Congreso, que ella misma solicit¨® al desatarse la tragedia. Esas explicaciones forman parte de las condiciones que impone el PPE. Las exigencias del PP espa?ol y de su matriz europea no convergen. El PP no acepta a Teresa Ribera, al menos de entrada, diga lo que diga, sino que exige al presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, que la sustituya. El PPE, por su parte, est¨¢ a la espera de lo que la ministra Ribera relate y responda en el Congreso y se comprometa a dejar el cargo en el caso de que sea imputada por los tribunales espa?oles. A esta segunda exigencia el Gobierno espa?ol ni responde.
Ribera y S¨¢nchez ¡ªque ha solicitado comparecer en el Congreso el pr¨®ximo d¨ªa 27¡ª ir¨¢n pertrechados de datos que pondr¨¢n de manifiesto c¨®mo actuaron las dos administraciones. La decisi¨®n del Ejecutivo de no entrar al cuerpo a cuerpo con el PP y con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Maz¨®n, se mantiene por respeto a los ciudadanos afectados por la cat¨¢strofe.
Los grupos de la oposici¨®n acusar¨¢n a la vicepresidenta de estar ausente durante la tragedia por estar preparando su examen en Bruselas del pasado mi¨¦rcoles y de que los organismos dependientes de su ministerio no funcionaron. Fuentes gubernamentales responden que las previsiones de la Aemet impiden descargar las culpas sobre la agencia de meteorolog¨ªa e insisten que las personas que recib¨ªan esos datos ten¨ªan que saber interpretarlos. En el Gobierno insisten que el equipo elegido por Maz¨®n para los puestos de emergencia no estaba preparado para responder adecuadamente para la tragedia. S¨¢nchez y Rivera defender¨¢n con datos las acciones que depend¨ªan del Ejecutivo, conscientes de que para los afectados y parte de la sociedad quien debi¨® actuar es indiferente.
Desde el PP se da por sentado que Maz¨®n estuvo muy lejos de cumplir con su obligaci¨®n. No acept¨®, aseguran, los criterios de Feij¨®o de pedir la emergencia nacional para que el Estado le quitara las riendas del poder. Sin embargo, en el partido imperar¨¢ la contenci¨®n y nadie piensa en elecciones inmediatas en la Comunidad Valenciana, pero s¨ª en el resultado de cuando se produzcan. Los populares temen perder el poder en Valencia y por eso no piensan por ahora mover la silla al presidente auton¨®mico. Y se centrar¨¢n en culpar a Ribera y S¨¢nchez.
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