La tensi¨®n pol¨ªtica entre Junts y ERC pone al borde del abismo la mayor¨ªa de S¨¢nchez
El Gobierno intent¨® hasta el final un equilibrio cada vez m¨¢s dif¨ªcil entre socios con ideolog¨ªas diferentes y que ya no est¨¢n en la Generalitat y se anulan mutuamente
Un a?o despu¨¦s de lograr una investidura de infarto, que estuvo a punto de caer hasta el ¨²ltimo minuto, la mayor¨ªa sigue dependiendo de un equilibrio cada vez m¨¢s precario, como dej¨® en evidencia la dram¨¢tica sesi¨®n de la Comisi¨®n de Hacienda de este lunes, que estuvo varias veces a punto de terminar con un batacazo casi irrecuperable para el Gobierno, y a¨²n tiene la amenaza del pleno del jueves, de resultado incierto. Hasta ahora la coalici¨®n presum¨ªa de que las votaciones relevantes, las que incluyen miles de millones y sobre todo est¨¢n asociadas a fondos europeos, el verdadero coraz¨®n de esta legislatura y la anterior, siempre se sacaban adelante. Pero este martes el Ejecutivo ha sufrido m¨¢s que nunca precisamente con una votaci¨®n de esas transcendentales, de las que tienen miles de millones de euros detr¨¢s, de las que pod¨ªan hacer perder hasta 7.200 millones de euros del quinto desembolso de fondos europeos.
En el trasfondo estaban los impuestos, la pol¨ªtica fiscal, un asunto en el que hay enormes diferencias dentro de la mayor¨ªa, pero tambi¨¦n, seg¨²n interpretan varios miembros del Gobierno y dirigentes de los grupos de la mayor¨ªa consultados, estaba uno de los ejes de la legislatura que ya complic¨® mucho la investidura hace un a?o: la batalla pol¨ªtica entre ERC y Junts, cada vez m¨¢s distanciados, y que fueron los dos partidos decisivos en la negociaci¨®n final, con posiciones absolutamente antag¨®nicas. El Gobierno tuvo que hacer equilibrios imposibles y pact¨® a la vez con ERC, Bildu y BNG que har¨¢ un decreto para prorrogar el impuesto a las grandes energ¨¦ticas, un acuerdo que se conoci¨® antes de votar, y con Junts negoci¨® un comunicado de Hacienda, que se public¨® justo despu¨¦s del voto, en el que casi dice lo contrario, esto es que el Gobierno ¡°aclara que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energ¨¦ticas que mantengan su compromiso efectivo de inversi¨®n para la descarbonizaci¨®n¡±, esto es pr¨¢cticamente todas.
Hace un mes, el Gobierno tom¨® una decisi¨®n muy criticada por los grupos de izquierdas: inici¨® la negociaci¨®n del paquete fiscal con Junts y PNV, y con ellos pact¨® que no se prorrogar¨ªa el impuesto extraordinario a las grandes energ¨¦ticas, pero s¨ª el de la banca, aunque suavizado. Lo hizo, explican en el Ejecutivo, porque primero quer¨ªa asegurarse los votos m¨¢s dif¨ªciles, los que tienen m¨¢s lejan¨ªa con la pol¨ªtica fiscal progresista que defiende la coalici¨®n, y ver hasta d¨®nde se pod¨ªa llegar. Pero eso, desde el punto de vista pol¨ªtico, permiti¨® que Junts, una vez m¨¢s, exhiba su capacidad de presi¨®n y reivindique que gracias a ellos se ha evitado un impuesto que hac¨ªa mucho da?o, aseguran, a la capacidad de inversi¨®n de empresas energ¨¦ticas en Catalu?a, especialmente en Tarragona.
Pero sobre todo qued¨® en evidencia que Junts y el PNV pueden girar hacia posiciones m¨¢s liberales en cuestiones fiscales la mayor¨ªa que apoya al Gobierno, que Pedro S¨¢nchez insiste en definir como progresista. Y eso es un golpe pol¨ªtico muy dif¨ªcil de digerir para ERC, un partido que ha apostado desde 2018 por apoyar a S¨¢nchez -aunque le quit¨® su respaldo en cuestiones decisivas como la reforma laboral- y no parece haber cambiado esa apuesta estrat¨¦gica pero quiere demostrar su capacidad de influencia para tirar del Gobierno hacia la izquierda o hacia cuestiones especialmente sensibles en Catalu?a como la reforma de la financiaci¨®n, que pact¨® con el PSC a cambio de hacer presidente a Salvador Illa. Y ha sido precisamente ERC la que m¨¢s ha aguantado hasta el final, hasta comenzada ya incluso la Comisi¨®n de Hacienda, la posici¨®n de rechazo tajante al acuerdo con Junts de eliminar el impuesto extraordinario a las energ¨¦ticas. El PSOE negoci¨® con todos hasta el ¨²ltimo minuto pero fuentes del Gobierno insisten en que fue ERC quien m¨¢s dif¨ªcil lo puso. Al ver que los republicanos iban a tumbar el dictamen y con ellos arrastraban otros votos, Hacienda decidi¨® finalmente girar y prometi¨® este decreto pactado que sin embargo desautorizado el comunicado acordado con Junts.
Una de las claves pues para entender la enorme dificultad que est¨¢ viviendo el Gobierno dentro de su mayor¨ªa un a?o despu¨¦s de la legislatura es esta guerra abierta entre Junts y ERC, que despu¨¦s de haber gobernado y haber promovido el proc¨¦s juntos, han roto de forma especialmente cruenta y cada vez se alejan m¨¢s, ahora que el proc¨¦s queda atr¨¢s y por primera vez en muchos a?os no hay una mayor¨ªa independentista en el Parlament.
Otras fuentes se?alan adem¨¢s que hay otro elemento clave para entender lo que est¨¢ pasando en estas horas, y que muestra la enorme complejidad que tendr¨¢n los Presupuestos, si es que hay alguna posibilidad de que salgan. En la legislatura anterior, cuando ERC negociaba casi todas las cuestiones econ¨®micas con el Gobierno sin mayores problemas, salvo la reforma laboral, ten¨ªa la Generalitat. Pod¨ªa gestionar lo que pactaba, pod¨ªa hacer intercambio de cuestiones pol¨ªticas entre gobiernos. Pero ahora en la Generalitat est¨¢ Salvador Illa (PSC). Por eso, el voto de ERC, que adem¨¢s est¨¢ inmersa en una compleja batalla congresual que se resuelve en dos semanas, ahora es m¨¢s ideol¨®gico y menos de negociaci¨®n. Y por eso miran mucho m¨¢s lo que hace Junts, que ha exhibido de forma reiterada su victoria de haber tumbado el impuesto a las grandes energ¨¦ticas.
Otros grupos como Bildu, que han hecho m¨¢s de puente en las ¨²ltimas horas, hab¨ªan propuesto precisamente la soluci¨®n que se adopt¨® a ¨²ltima hora, cuando parec¨ªa que la ley se ca¨ªa: un compromiso de que el Gobierno lleve al Consejo de Ministros un real decreto ley para prorrogar el impuesto a las el¨¦ctricas, a¨²n a sabiendas de que Junts podr¨ªa tumbar su convalidaci¨®n en el Congreso, pero por lo menos como gesto pol¨ªtico de que tiene esa voluntad. Bildu y otros lo propusieron en los ¨²ltimos d¨ªas pero el Ejecutivo no quiso arriesgarse a esa salida porque podr¨ªa ser entendida por Junts como una ruptura del acuerdo para tumbar el impuesto de las el¨¦ctricas y complicar todas las negociaciones futuras con los independentistas. Eso fue lo que pas¨® durante el ¨²ltimo retraso de la comisi¨®n, ya de madrugada, mientras Junts amenazaba con tumbar el dictamen en el pleno del jueves si no ten¨ªa un pronunciamiento oficial del Gobierno -de ah¨ª el comunicado de Hacienda- de que se manten¨ªa el pacto de tumbar el impuesto.
Los grupos de la izquierda se quejaban precisamente de eso, de la imagen de que Junts es quien controla la mayor¨ªa, cuando tiene 7 votos decisivos pero ellos juntos tienen m¨¢s y sobre todo tienen el respaldo de Sumar, que tambi¨¦n hab¨ªa hecho un acuerdo con el fiscal del que solo sali¨® aprobado en comisi¨®n una parte, la subida de dos puntos a los impuestos al capital de las rentas superiores a 300.000 euros, precisamente porque Junts le vot¨® a favor, otra prueba de su fuerza.
El problema de fondo es pues que los grupos de izquierda est¨¢n viendo un giro a la derecha forzado por Junts, y se rebelan para devolver a la mayor¨ªa a su eje progresista. Y adem¨¢s compiten entre ellos, con Podemos siempre como un electr¨®n libre que insiste en que no se considera parte de la mayor¨ªa, como Junts, y negociar¨¢ ley a ley. En el Gobierno no entienden que los grupos de izquierda, para rechazar la posici¨®n de Junts sobre las el¨¦ctricas, permitieran que se cayera en la comisi¨®n el impuesto a la banca, por ejemplo, que recauda unos 1.600 millones de euros anuales. El acuerdo de ¨²ltima hora del Gobierno con ERC, Bildu y BNG incluye recuperarlo en el pleno del jueves, donde a¨²n hay una nueva oportunidad, ¡°aumentando el tramo m¨¢s alto del impuesto¡±.
La situaci¨®n es absolutamente endiablada, y varios sectores critican la negociaci¨®n que ha dirigido Mar¨ªa Jes¨²s Montero, con esa decisi¨®n estrat¨¦gica clave de empezar con Junts y sobre todo de no separar el paquete fiscal de la transposici¨®n de la directiva sobre el m¨ªnimo impositivo del 15% a las grandes empresas. Y tambi¨¦n de dejar para el ¨²ltimo minuto esta soluci¨®n del decreto que ya hab¨ªan puesto algunos encima de la mesa en los ¨²ltimos d¨ªas y el Ejecutivo hab¨ªa descartado. Pero una vez m¨¢s el Gobierno no da la batalla por perdida y sobre todo nadie parece apostar claramente por tumbar la legislatura, aunque las decisiones que van tomando los grupos enfrentados entre s¨ª como Junts y ERC, y tambi¨¦n en menor medida el PNV y Bildu, o Sumar y Podemos, apuntan hacia una enorme dificultad para aprobar los Presupuestos y por tanto para darle cuerpo pol¨ªtico a un tercer mandato de S¨¢nchez cada d¨ªa m¨¢s ag¨®nico.
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