Montero pone ¡°la mano en el fuego¡± por su jefe de gabinete y por Cerd¨¢n
El PP intenta acorralar a la vicepresidenta con un dur¨ªsimo interrogatorio en la comisi¨®n de investigaci¨®n del Senado
¡°No me va a avasallar¡±, se revolvi¨® Mar¨ªa Jes¨²s Montero cuando m¨¢s arreciaba el dur¨ªsimo interrogatorio del senador del PP Gerardo Camps. Durante m¨¢s de 50 minutos, el PP acribill¨® este martes a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda en la comisi¨®n de la C¨¢mara alta que investiga el caso ?balos. Camps no lleg¨® a pronunciar la palabra dimisi¨®n, aunque s¨ª le exigi¨® responsabilidades. Pero Montero no se movi¨® de la l¨ªnea de defensa que ya hab¨ªa ensayado antes con otros senadores: negar que tuviese conocimiento de ninguna irregularidad; poner ¡°la mano en el fuego¡± por su jefe de gabinete, Carlos Moreno, y el secretario de organizaci¨®n del PSOE, Santos Cerd¨¢n, acusados de recibir sobornos por el empresario V¨ªctor de Aldama y asegurar que jam¨¢s mantuvo ning¨²n contacto con este ¨²ltimo.
Hasta tres veces puso la vicepresidenta la mano en el fuego por Moreno. Ante las preguntas iniciales de la senadora de UPN Mar Caballero, subray¨® que se trata de un ¡°magn¨ªfico servidor p¨²blico¡± y una persona de su ¡°absoluta confianza¡±, que la acompa?a desde su etapa en la Junta de Andaluc¨ªa. Luego lo ratific¨® ante ?ngel Pelayo Gordillo, de Vox, despu¨¦s de que este le advirtiese de que estaba uniendo su destino al de su jefe de gabinete. Montero, pese a la insistencia de varios de sus interpelantes, no quiso entrar en el detalle de las acusaciones de Aldama ¡ªasegura que entreg¨® a la mano derecha de la ministra 25.000 euros para aplazar el pago de una deuda de una empresa suya con Hacienda¡ª alegando que Moreno est¨¢ preparando acciones judiciales para defenderse de lo que calific¨® de ¡°barbaridad¡±.
La comparecencia de la vicepresidenta, programada desde antes de la delaci¨®n judicial del presunto cabecilla de la trama Koldo, se desarroll¨® en dos tiempos, ma?ana y tarde. Montero pidi¨® suspenderla tras su primera intervenci¨®n para acudir al Congreso a votar al nuevo presidente de RTVE. La actitud de la ministra provoc¨® las protestas de PP y Vox, y el presidente de la comisi¨®n, el popular Eloy Su¨¢rez, le afe¨® que no hubiese solicitado el voto telem¨¢tico en la C¨¢mara baja. Ella aclar¨® que lo hab¨ªa pedido, pero se lo denegaron porque no entraba dentro de los motivos previstos.
Cuando Camps comenz¨® el turno final del interrogatorio, la mayor¨ªa de los asuntos sustanciales ya hab¨ªan sido tratados. Pero la tensi¨®n se elev¨® como no lo hab¨ªa hecho hasta entonces. El senador popular intentaba que Montero se limitase a responder sin a?adir ¡°alegatos¡± y lleg¨® a quejarse de ¡°lo mucho que habla cuando contesta¡±. El presidente de la comisi¨®n tuvo que afanarse, a veces para exigir a la compareciente que respondiese y otras para refrenar la impetuosidad de su compa?ero de partido. Camps se centr¨® en tratar de demostrar que tanto la Agencia Tributaria como la Intervenci¨®n General del Estado conoc¨ªan desde hac¨ªa tiempo irregularidades de las empresas de la trama y de sus contratos con la Administraci¨®n. Montero replic¨® que la inspecci¨®n tributaria no rinde cuentas al ministerio y, en cuanto a la Intervenci¨®n, que nunca alert¨® de ilegalidades. Camps llevaba ya sus conclusiones escritas, como le hizo notar la interrogada: ¡°O usted lo sab¨ªa y lo tap¨®; o mir¨® para otro lado, lo que es irresponsable, o simplemente es usted una incompetente¡±.
La mano de Montero volvi¨® a posarse simb¨®licamente sobre el fuego cuando fue preguntada por las acusaciones a Santos Cerd¨¢n. Volvi¨® a recurrir a esa expresi¨®n y, aunque sin tanto ¨¦nfasis como con su jefe de gabinete, resalt¨® que con el secretario de organizaci¨®n del PSOE mantiene una ¡°excelente relaci¨®n¡± tanto pol¨ªtica como profesional. Reiter¨® con insistencia que ¡°jam¨¢s¡± tuvo un contacto con Aldama ¡°ni presencial, ni por videoconferencia, ni por tel¨¦fono¡±. A las preguntas sobre si conoc¨ªa a Koldo Garc¨ªa se mostr¨® m¨¢s esquiva: ¡°Lo ve¨ªa con el se?or ?balos, destacaba por su corpulencia. Conocer es una expresi¨®n m¨¢s profunda¡±.
En auxilio de Montero acudieron tanto sus compa?eros como el senador de ERC Joan Queralt. El socialista Alfonso Gil trat¨® de reducirlo todo a una maquinaci¨®n para acabar con el Gobierno. Record¨® las falsas acusaciones que hicieron dimitir al anterior primer ministro portugu¨¦s, el socialista Ant¨®nio Costa, y sentenci¨®: ¡°La derecha medi¨¢tica, la ultraderecha y digamos que otros operadores se han conjurado para que Pedro S¨¢nchez no siga desarrollando su pol¨ªtica¡±. Queralt, veterano catedr¨¢tico de Derecho Penal, esgrimi¨® su bien conocida socarroner¨ªa. Critic¨® a la Fiscal¨ªa por haber permitido la salida de prisi¨®n de Aldama sin que este haya presentado pruebas de sus denuncias. Y se burl¨® de que la oposici¨®n y algunos medios hayan convertido las acusaciones del empresario ¡°en el und¨¦cimo mandamiento, como si Mois¨¦s hubiese bajado del Sina¨ª¡±. En el mismo tono, recrimin¨® al PP: ¡°Algunos ya van por la 15? Copa de Europa de la corrupci¨®n y a¨²n siguen aspirando a m¨¢s¡±.
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