Los casos judiciales que salpican al Gobierno marcan el D¨ªa de la Constituci¨®n
S¨¢nchez y Feij¨®o ni se saludan, mientras Armengol pide rebajar la tensi¨®n en el Congreso
Todo sucedi¨® el mismo d¨ªa, el del 46? aniversario de la Constituci¨®n, en la misma sede parlamentaria engalanada para la fiesta y con apenas unos minutos de diferencia. Primero lleg¨® el l¨ªder de la oposici¨®n, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, arropado por sus barones territoriales, con la madrile?a Isabel D¨ªaz Ayuso en primera l¨ªnea. El presidente del PP se acerc¨® al micr¨®fono instalado este viernes en el patio del Congreso y descarg¨® su tenebroso diagn¨®stico: estamos en un pa¨ªs donde el Gobierno ¡°ocupa las instituciones del Estado¡±, ¡°no respeta a las Cortes¡±, ¡°deteriora la independencia judicial¡± y ¡°est¨¢ dispuesto a inocular el virus de la destrucci¨®n constitucional¡±. Al poco apareci¨® el presidente del Gobierno y la noche oscura se torn¨® en resplandeciente mediod¨ªa: ¡°Espa?a est¨¢ viviendo uno de los mejores momentos de su historia contempor¨¢nea¡±, alarde¨® Pedro S¨¢nchez.
Una hora m¨¢s tarde, finalizado el acto oficial y con los asistentes ya distendidos entre vinos y pinchos, S¨¢nchez y Feij¨®o impart¨ªan doctrina a los periodistas que los rodeaban en el Sal¨®n de los Pasos Perdidos. Mientras el presidente hab¨ªa pregonado a su llegada que el Gobierno susbsistir¨¢ hasta 2027 para dejar ¡°una Espa?a en mejor situaci¨®n todav¨ªa¡±, el l¨ªder del PP dictaminaba: ¡°La legislatura no da m¨¢s s¨ª¡±.
En el atestado sal¨®n, ambos dirigentes charlaron separados por escasos metros, sin molestarse en ofrecer siquiera un protocolario saludo ante las c¨¢maras. Como ya ocurri¨® en a?os anteriores, la fiesta de la Constituci¨®n, siempre envuelta en alusiones al consenso que la hizo posible, certificaba el abismo abierto entre las dos fuerzas pol¨ªticas que han protagonizado los ¨²ltimos 46 a?os de historia.
Hubo, eso s¨ª, una coincidencia de fondo entre S¨¢nchez y Feij¨®o. Ambos pusieron el foco en la cuesti¨®n que planeaba sobre la mayor¨ªa de las conversaciones y que agita a¨²n m¨¢s la eterna turbulencia pol¨ªtica espa?ola: las investigaciones judiciales que golpean al Gobierno. Cada uno a su manera, y por motivos radicalmente distintos, vinieron a subrayar que buena parte del destino del Ejecutivo est¨¢ en manos de los tribunales. Feij¨®o ya hab¨ªa utilizado la intervenci¨®n inicial ante el micr¨®fono para reproducir su habitual papel de palad¨ªn de la independencia judicial. Luego, en la conversaci¨®n m¨¢s informal con los periodistas, dej¨® una sentencia: ¡°No hay agenda pol¨ªtica, hay agenda judicial¡±.
S¨¢nchez, que a micro abierto hab¨ªa pasado por alto la cuesti¨®n, entr¨® luego de lleno. Sostuvo que su Gobierno es v¨ªctima de un ¡°acoso pol¨ªtico, judicial y medi¨¢tico¡± y, desafiante, vaticin¨® que tal operaci¨®n ¡°se volver¨¢ contra los acosadores¡±. Al acto no hab¨ªan faltado los principales representantes de las instancias judiciales, entre ellos el fiscal general del Estado, ?lvaro Garc¨ªa Ortiz, que s¨ª acudi¨® a saludar a Feij¨®o, erigido desde hace tiempo en su n¨¦mesis y a quien el protocolo hab¨ªa situado a escasa distancia.
Feij¨®o lleg¨® al Congreso denunciando la ausencia de los principales socios del Gobierno. Y as¨ª fue: al igual que el modo en que los l¨ªderes de los dos principales partidos se ignoran ol¨ªmpicamente, la ausencia de los partidos soberanistas se ha convertido en una tradici¨®n m¨¢s de cada 6 de diciembre. Los representantes de ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG estaban de fin de semana lejos de Madrid. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, divulg¨® una declaraci¨®n para recordar que su partido no comparte una ley fundamental que no recoge el ¡°reconocimiento nacional de Euskadi¡±. Pero Feij¨®o omiti¨® que tampoco estaba su socio en numerosos gobiernos municipales. Vox justific¨® su ausencia con el argumento de que no quer¨ªa celebrar la Constituci¨®n ¡°con quien la incumple los restantes 364 d¨ªas¡±. En cambio, Sumar y Podemos, la izquierda alternativa de ¨¢mbito estatal, no fallaron a la conmemoraci¨®n.
Tambi¨¦n se registraron notables ausencias entre los presidentes auton¨®micos del PP, ya que solo asistieron los de Madrid, Galicia, Castilla y Le¨®n, Arag¨®n y Regi¨®n de Murcia. Alguno, como el castellano-leon¨¦s Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, aprovech¨® para insistir en la idea de que ¡°la igualdad entre los espa?oles est¨¢ en peligro¡± por los planes para dotar a Catalu?a de una financiaci¨®n singular. El ¨²nico de los cuatro barones socialistas que acudi¨® encerraba un gran simbolismo, precisamente por venir de Catalu?a. Despu¨¦s de 14 a?os de ausencia de la Generalitat, en el Congreso s¨ª estuvo el president Salvador Illa con un mensaje para la derecha: ¡°La mejor manera de celebrar la Constituci¨®n es no apropiarse de ella¡±.
El aniversario se celebraba meses despu¨¦s de la tercera reforma constitucional desde 1978, la que, con un inusual acuerdo entre todos los partidos salvo Vox, permiti¨® suprimir del art¨ªculo 49 el t¨¦rmino ¡°disminuidos¡± para reemplazarlo por ¡°personas con discapacidad¡±. Representantes de este colectivo acapararon el protagonismo en el sencillo acto que precedi¨® al discurso institucional de la presidenta de las Cortes. La socialista Francina Armengol aprovech¨® esa reforma para resaltar que la Constituci¨®n ¡°no es inamovible¡± y que se puede modificar con el fin de mantenerla ¡°viva¡±. ¡°Es m¨¢s importante cumplir la Constituci¨®n que reformarla¡±, se?al¨® Armengol, ¡°pero resulta gratificante comprobar que es posible -aunque dif¨ªcil- modificar puntos a trav¨¦s de grandes consensos sin que rompan nuestras normas imprescindibles de convivencia¡±.
La presidenta, que inici¨® su discurso con un recordatorio a las v¨ªctimas de la dana, no eludi¨® una referencia al encanallado clima pol¨ªtico. Record¨® que, enterrados los tiempos de las mayor¨ªas absolutas, la fragmentaci¨®n pol¨ªtica actual requiere ¡°mucho di¨¢logo y debate¡±. Y ah¨ª desliz¨® su llamamiento a los grupos pol¨ªticos, el que ya ha repetido m¨¢s de una vez en el hemiciclo con escaso ¨¦xito: ¡°La sociedad carga con muchas preocupaciones, y nosotros y nosotras tenemos la obligaci¨®n de diluir el ambiente tensionado y ruidoso en que en demasiadas ocasiones se convierte el Parlamento¡±.
Esta vez, al menos, el PP se guard¨® las feroces cr¨ªticas que en otras ocasiones ha dirigido a Armengol. El Congreso vivi¨® un d¨ªa de fiesta con cierta tranquilidad. Pero en lo que ata?e al di¨¢logo entre adversarios, ni para darse los buenos d¨ªas.
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