Euskadi avanza en el reconocimiento a todas las v¨ªctimas de la violencia pol¨ªtica pese al obst¨¢culo del PP y EH-Bildu
EH-Bildu respalda los homenajes de una organizaci¨®n que da apoyo a los presos etarras mientras que el PP y Vox rechazan el de las v¨ªctimas del terrorismo de ultraderecha y de abusos policiales
Desde que en 2010 Euskadi instaur¨® el 10 de noviembre como el D¨ªa de la Memoria en reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo y la violencia pol¨ªtica, ha sido imposible celebrarlo de manera conjunta. EH-Bildu respalda el homenaje particular de Etxerat, organizaci¨®n de apoyo a los presos etarras, mientras el PP y Vox rechazan el de las v¨ªctimas del terrorismo de ultraderecha y de abusos policiales. La portavoz vasca del PP, Laura Garrido, lo ha reafirmado recientemente en sede parlamentaria al reconocer exclusivamente las del terrorismo etarra.
La pauta divisoria del PP en Euskadi la agrav¨® al inicio de su mandato su presidente nacional, Alberto N¨²?ez Feijoo, al intentar enfrentar a las v¨ªctimas del terrorismo etarra con las del franquismo coincidiendo con el debate parlamentario de la Ley de Memoria Democr¨¢tica en julio de 2022. Tuvo gran impacto en Euskadi porque Covite, la asociaci¨®n vasca de v¨ªctimas m¨¢s representativa, y la prestigiosa Fundaci¨®n Fernando Buesa rechazaron la maniobra divisiva de Feijoo y apoyaron a las v¨ªctimas del franquismo. Asimismo, la presidenta madrile?a, Isabel Diaz Ayuso, ha confirmado recientemente la ruptura del consenso del PSOE-PP sobre la Ley de V¨ªctimas del Terrorismo de 2011 al anunciar la creaci¨®n en Madrid de un Memorial contra ETA cuando desde 2021 existe el de Vitoria, dependiente del Gobierno central.
Sin embargo, la divisi¨®n pol¨ªtica generalizada resulta contradictoria en Euskadi con la trayectoria que el Gobierno vasco ¨Dhoy de coalici¨®n PNV y el PSE¨D desarrolla, desde el final del terrorismo etarra en 2011, sobre el tratamiento igualitario a todas las v¨ªctimas, subraya el catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea y director del prestigioso Instituto Valent¨ªn de Foronda, Antonio Rivera. ¡°En Euskadi hubo una violencia central, cuantitativa y cualitativa, la de ETA, y otras reactivas de ultraderecha y abusos policiales que generaron v¨ªctimas que necesitaban un reconocimiento. Est¨¢n, adem¨¢s, las v¨ªctimas de la Guerra Civil y del franquismo¡±, aclara.
Euskadi acumula una notable experiencia en el tratamiento de diversas violencias, subraya Rivera, que utilizar¨¢ en la comisi¨®n que completa la Ley de Memoria Democr¨¢tica de ¨¢mbito nacional. Durante la Transici¨®n pol¨ªtica, entre 1976 y 1982, hubo 480 v¨ªctimas mortales del terrorismo: 340 de ETA; 73 de ultraizquierda, mayormente Grapo; 62 de ultraderecha y parapolicial; ocho, internacional; 11 de autor¨ªa desconocida y cuatro de otros grupos nacionalistas. Las v¨ªctimas mortales por abusos policiales ascendieron a 130, lo que cuestiona el mito de la Transici¨®n pac¨ªfica. Un amplio porcentaje lo fue en Euskadi.
Desde 1983 las violencias se redujeron. Hubo una violencia parapolicial (los GAL) con 27 asesinatos entre 1983 y 1987. Desde 1988 continu¨®, pr¨¢cticamente en solitario, el terrorismo etarra hasta 2011, con un balance estremecedor de 853 asesinatos desde 1968, que explica el protagonismo de las v¨ªctimas de ETA desde su visibilidad en los a?os noventa. Las leyes estatales de V¨ªctimas de 1999 y de 2011 las cubren pero, como se?ala Rivera, tras la desaparici¨®n del terrorismo etarra, correspond¨ªa abordar las otras violencias, relevantes en Euskadi: el terrorismo de ultraderecha y actuaciones policiales abusivas ¨Dmuertos en manifestaciones, torturas, etc¨¦tera¨D. Entre 2002 y 2011, Espa?a fue condenada en siete ocasiones por el Tribunal Europeo de Estrasburgo por no investigar adecuadamente denuncias de torturas.
La ley de 2012, siendo el socialista Patxi L¨®pez lehendakari, reconoc¨ªa a las v¨ªctimas de vulneraciones de derechos humanos por violencia pol¨ªtica, b¨¢sicamente por abusos policiales, desde 1960 (aparici¨®n violenta de ETA) hasta 1978 (aprobaci¨®n de la Constituci¨®n Espa?ola). Una segunda ley en 2016, siendo el peneuvista I?igo Urkullu lehendakari, ampli¨® el plazo hasta 1999, a?o de aprobaci¨®n de la ley estatal de v¨ªctimas del terrorismo. Fuentes del Gobierno vasco confirman 187 reconocimientos entre 1960 y 1978; y 240 entre 1978 y 1999.
Paralelamente, en 2011, el Gobierno central cre¨® el Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo en Vitoria, y el Gobierno vasco, Gogora, ¨DInstituto de Memoria, Convivencia y Derechos Humano¨D, en Bilbao. En diez a?os, el Memorial de Vitoria ha protagonizado una notable compilaci¨®n e investigaci¨®n, especialmente sobre el terrorismo etarra. Gogora, el Memorial auton¨®mico, lo ha centrado en la Guerra Civil y la represi¨®n franquista en Euskadi.
Gogora trata de darle una nueva orientaci¨®n con el Gobierno vasco surgido tras las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas al pasar la competencia de Memoria del PNV al PSE-PSOE. Su director, el socialista Alberto Alonso se muestra preocupado por la divisi¨®n. ¡°Lees la prensa vasca y el diario Gara s¨®lo habla de v¨ªctimas de la guerra sucia y de abusos policiales y El Correo casi exclusivamente de las de ETA. Igual que hacen EH-Bildu y el PP y Vox, con el matiz de que hoy las derechas est¨¢n m¨¢s intransigentes que los abertzales¡±.
Rivera, tras los pactos parlamentarios del Gobierno con EH-Bildu a escala nacional, est¨¢ preocupado porque la apropiaci¨®n que el PP hace de las v¨ªctimas de ETA, tratando de enfrentarlas con el Gobierno, deja el mensaje divisorio de que est¨¢n mejor defendidas por las derechas mientras las del franquismo y las de la extrema derecha por las izquierdas. Rivera y Alonso coinciden: ¡°No hay v¨ªctimas de primera y de segunda. Son iguales. Lo fueron de proyectos totalitarios. Sus victimarios pretend¨ªan condicionar a la sociedad con su asesinato. Son igual de v¨ªctimas un fusilado de Franco, un asesinado por ETA u otro de la ultraderecha¡±.
Tambi¨¦n hay v¨ªctimas que fueron victimarios. En ese caso coinciden en deslegitimar la actuaci¨®n delictiva, pero sin reparar a la v¨ªctima-victimario. El asesinato de cuatro etarras por los GAL en septiembre de 1985 en el Hotel Monbar de Bayona (Francia) es una muestra.
Alonso subraya que la nueva etapa de Gogora investigar¨¢ a las v¨ªctimas m¨¢s olvidadas, las del comienzo de la Transici¨®n, las del Batall¨®n Vasco espa?ol y Triple A, ultraderechistas y parapoliciales no investigadas. En Euskadi dejaron 32 muertos y 35 heridos graves entre 1976 y 1982. ¡°Les dedicaremos el a?o 2025 y en 2026 abordaremos el terrorismo de los GAL que dej¨® 27 v¨ªctimas mortales¡±. Tambi¨¦n investigar¨¢n los apenas indagados casos de torturas. Contar¨¢ con historiadores y la experiencia del Memorial de V¨ªctimas de Vitoria.
Con la investigaci¨®n y reconocimiento de la represi¨®n del movimiento obrero y vecinal, otro de sus ejes, pretende cubrir Gogora otro vac¨ªo porque, subraya Alonso, fueron claves en la construcci¨®n de la democracia. Tambi¨¦n pretende multiplicar la presencia p¨²blica de Gogora, sin eludir casos complejos como el del Hotel Monbar. ¡°No pretendemos hacer un relato sino aportar instrumentos para que la gente se haga su relato a trav¨¦s de una memoria cr¨ªtica¡±.
Deslegitimar el terrorismo
Eduardo Mateo, de la Fundaci¨®n Fernando Buesa, recuerda el esfuerzo de v¨ªctimas de ETA por empatizar con las de grupos parapoliciales, de ultraderecha y se pregunta cuantos familiares de presos etarras lo han hecho con sus v¨ªctimas. La Fundaci¨®n Fernando Buesa, Covite e independientes han protestado contra el PP de Feij¨®o cuando ha tratado de marginar a las v¨ªctimas del franquismo, de la ultraderecha o de abusos policiales.
Mateo enfatiza que la violencia de ETA no ha terminado de deslegitimarse, que representantes abertzales acuden a homenajes a v¨ªctimas de ETA, pero luego reivindican a exetarras. ¡°La memoria debe servir para deslegitimar el terrorismo. Si no, no sirve¡±, subraya.
Alonso reconoce que desde el impulso Memorial en la calle no puede influir en las estrategias partidistas, pero s¨ª en sus votantes para insistir en que todas las v¨ªctimas son iguales. Rivera se?ala que ¡°aunque a corto plazo no sea factible por la polarizaci¨®n pol¨ªtica, ser¨ªa un error no poder disponer en el futuro de una memoria democr¨¢tica que incluya a todas las v¨ªctimas y el recuerdo de los diversos terrorismos y los excesos policiales¡±.
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