Incertidumbres y miedos del PNV y EH-Bildu
Unos han perdido su tradicional hegemon¨ªa y otros temen haber tocado techo. Ambos partidos afrontan la falta de certezas que supone el cambio social de Euskadi


As¨ª como las elecciones vascas del pasado abril confirmaron el profundo cambio social en la Euskadi del posterrorismo e iniciaron el cambio generacional, los procesos internos del PNV y EH Bildu han revelado las incertidumbres y sus miedos ante la falta de certezas en una comunidad inmersa en un mundo cambiante.
En el caso del PNV, su renovaci¨®n no tiene precedentes. La anterior, de 2003, dirimi¨® la pugna entre los soberanistas de Joseba Egibar y el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe, y los pragm¨¢ticos de I?igo Urkullu y Josu Jon Imaz al que sustituir¨ªa luego Andoni Ortuzar. Su victoria enterr¨® el plan soberanista de Ibarretxe y el PNV recuper¨® cotas importantes de poder.
En la renovaci¨®n del PNV hoy no se dirimen divergencias pol¨ªticas. Sus principales contrincantes, el retirado Andoni Ortuzar y el virtual ganador Aitor Esteban representan el mismo nacionalismo pragm¨¢tico, europe¨ªsta, defensor del cord¨®n sanitario contra la ultraderecha. La renovaci¨®n y el conflicto ef¨ªmero entre ambos surge de los miedos provocados por los resultados de las elecciones municipales, europeas y generales de 2023 en las que el PNV fue desbordado, in¨¦ditamente, por EH-Bildu.
El PNV tuvo un aviso en las elecciones auton¨®micas de 2020. Con una abstenci¨®n del 48% ¡ªEuskadi sal¨ªa de la pandemia¡ª EH Bildu fue el ¨²nico partido que super¨® en votos las de 2016 y pas¨® de 18 a 22 esca?os. Absorbi¨® parte del voto de Podemos que hab¨ªa irrumpido en Euskadi con mucha fuerza ganando las elecciones generales de 2016.
El discurso de Podemos, que EH Bildu adopt¨® enseguida, primaba las demandas sociales sobre las identitarias en la Euskadi del posterrorismo, hastiada del conflicto soberanista, reivindicaci¨®n que bajaba vertiginosamente hasta alcanzar hoy el 19% en los sondeos. Para las elecciones municipales, europeas y generales de 2023, EH Bildu ya hab¨ªa absorbido el voto de Podemos y se presentaba como alternativa amenazante al PNV. Mientras, el PNV, al gobernar la Euskadi de la pandemia y de la crisis subsiguiente pag¨® el deterioro de los otrora prestigiosos servicios p¨²blicos vascos, especialmente la sanidad, cuestionados severamente por los vascos.
Atemorizado por el resultado de las elecciones vascas de 2024, la direcci¨®n del PNV sustituy¨® al lehendakari I?igo Urkullu, tras tres mandatos, por Imanol Pradales, representante de la nueva generaci¨®n. En dichas elecciones, el PNV salv¨® los muebles al ganar por la m¨ªnima a EH Bildu y gobernar con el PSE con Pradales como lehendakari.
Pero los miedos permanec¨ªan en la direcci¨®n del PNV. La desconexi¨®n con el electorado joven, la penetraci¨®n de EH Bildu en la franja de votantes entre los 30 y 40 a?os y la burocratizaci¨®n de un partido cada vez m¨¢s de cuadros que de masas son preocupaciones centrales. Como reacci¨®n, el PNV ha rejuvenecido sus direcciones territoriales y ha percibido su desmovilizaci¨®n con la baja participaci¨®n militante en el proceso.
Lo inesperado ha sido el intento y posterior retirada de Ortuzar de la carrera electoral. El factor humano se la ha jugado, tras muchas dudas decidi¨® presentarse como garant¨ªa de continuidad. Pero no calcul¨® las heridas abiertas por el camino ¡ªal propio Urkullu ni se consult¨® el relevo¡ª ni su responsabilidad, como presidente del PNV, durante 12 a?os, en la situaci¨®n del partido.
El PNV ha perdido su tradicional hegemon¨ªa y se ha convertido en un partido normal, sometido a las incertidumbres de un tiempo cambiante en el que, por ejemplo, se asiste a la paradoja de disponer del Parlamento m¨¢s nacionalista cuando el soberanismo cotiza peor que nunca en los sondeos. Pero dispone de algunas ventajas. Su voto perdido est¨¢ en la abstenci¨®n.
Contar¨¢ con un presidente, Aitor Esteban, con el liderazgo y pragmatismo de Ortuzar m¨¢s una enorme experiencia parlamentaria. Tiene cierta similitud con Xabier Arzalluz que, tras la primera legislatura, la de Constituci¨®n y la amnist¨ªa, regres¨® a Euskadi a encabezar el PNV. Esteban ha sido diputado 20 a?os y los ¨²ltimos 12, portavoz, un per¨ªodo que ha cambiado dr¨¢sticamente la pol¨ªtica espa?ola. Esa experiencia inigualable le ayudar¨¢ a capear incertidumbres.

EH Bildu goza de una situaci¨®n ¨²nica en su historia. Segunda fuerza vasca, pr¨¢cticamente empatada al PNV y con una potente presencia municipal. Ha sabido adaptarse a las demandas sociales del posterrorismo, orillando el discurso identitario, y ha sabido trasladarlas al Congreso. Es indudable que la agresividad del PP sobreactuando con un terrorismo desaparecido hace 14 a?os contra las formas moderadas y el discurso social de EH Bildu han beneficiado al abertzalismo ante el electorado vasco.
Pero EH Bildu tambi¨¦n tiene sus miedos. El primero, la sensaci¨®n de haber tocado techo. Absorbi¨® el voto de Podemos, ayudado por sus disputas internas, de modo que la izquierda a la izquierda del PSOE casi no tiene representaci¨®n ¡ªuna diputada de Sumar¡ª cuando ese espacio s¨ª lo ha mantenido hist¨®ricamente. Dif¨ªcilmente podr¨¢ retenerlo EH Bildu si, como ha se?alado en su reciente congreso, pretende a trav¨¦s de los objetivos sociales avanzar hacia cotas soberanistas. Ese temor lo ha reflejado con su brindis al sol a los partidos de izquierda y al PNV de listas conjuntas para las elecciones generales y europeas
Tampoco tiene una sucesi¨®n f¨¢cil. Su reciente congreso ha reafirmado el liderazgo de Arnaldo Otegi y su n¨²cleo de confianza. Pese a su pasado, protagoniz¨® hace 15 a?os la apuesta abertzale por la pol¨ªtica y el rechazo al terrorismo. Son los m¨¢s expertos y pragm¨¢ticos. El lanzamiento de Pello Otxandiano como candidato joven no le ha funcionado como tampoco anteriormente el de Maddalen Iriarte.
A EH Bildu no le ha perjudicado electoralmente la ausencia de autocr¨ªtica por la pasada complicidad pol¨ªtica con el terrorismo de algunos veteranos. Se ha beneficiado del olvido de los j¨®venes. Pero la memoria sigue ah¨ª y pese a su brillante resultado no pudo participar en el Gobierno auton¨®mico. PNV y PSE se lo recordaron.
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