Jos¨¦ D¨ªaz recibe la eutanasia m¨¢s de un a?o y medio despu¨¦s de solicitarla

Jos¨¦ D¨ªaz, el joven onubense de 33 a?os que hab¨ªa solicitado recibir la eutanasia hace casi un a?o y nueve meses, ha podido ejercer por fin su derecho a morir dignamente en la ma?ana de este lunes. ¡°Tengo el coraz¨®n roto, pero estoy en paz porque he cumplido su voluntad¡±, cuenta con la voz destrozada su hermana Sandra, que lo ha acompa?ado en todo este tiempo y que ha soportado sus ataques de ansiedad y desesperaci¨®n cada vez que se topaba con la falta de preparaci¨®n y los obst¨¢culos de la Administraci¨®n andaluza.

D¨ªaz solicit¨® la eutanasia el 26 de junio de 2022. Un grave accidente dom¨¦stico le caus¨® problemas neurol¨®gicos graves que fueron degenerando hasta el punto de perder la vista, no poder tragar, hablar apenas y perder la mayor parte de su movilidad. Desde ese mismo d¨ªa no se cumpli¨® ninguno de los plazos y requisitos que establec¨ªa la ley de eutanasia. Entonces dio con un facultativo que quiso ejercer como m¨¦dico responsable a m¨¢s de 54 kil¨®metros de su casa ¨Dtodos los de su centro de salud se hab¨ªan declarado objetores¨D, pero que emiti¨® todos los informes desfavorables tras comentarle a su madre que lo que quer¨ªan hacer era como la pel¨ªcula de Mar adentro y que eso era un ¡°asesinato¡±. Recurri¨® en los tribunales, pero perdi¨®. Volvi¨® a intentarlo de nuevo el 18 de diciembre de 2023, tras dar con una nueva m¨¦dica responsable. Entonces un problema burocr¨¢tico ¡ªno se hab¨ªa acreditado la nacionalidad de Jos¨¦¨D les oblig¨® a empezar de cero. En la tercera ocasi¨®n, iniciada el 28 de ese mismo mes, se incumplieron todos los plazos, hasta el punto de no saber nada de la asignaci¨®n del m¨¦dico consultor, que fue solicitada el 12 de enero.

A mediados de febrero, pasados los plazos establecidos en la ley para nombrar a ese facultativo que supervisa todo el proceso, en el hospital Juan Ram¨®n Jim¨¦nez de Huelva le dijeron a su hermana que no dispondr¨ªan de un neur¨®logo hasta dentro de un a?o. Poco importaba que esa funci¨®n la pudiera desempe?ar cualquier otro facultativo, tal y como Sandra se lo hizo saber a la direcci¨®n del centro. Pasada una semana le dijeron que no podr¨ªa contar con ninguno porque todos se hab¨ªan declarado objetores. Un d¨ªa despu¨¦s de que este diario publicara esta circunstancia, desde el hospital llamaron a Sandra para decirle que la rehabilitadora de su hermano se hab¨ªa ofrecido.

Pese a todo, la situaci¨®n no ha mejorado en estas semanas, relata Sandra. ¡°Mi hermano decidi¨® la fecha: el 1 de abril, a las 48 horas de que nos aprobaran el procedimiento, pero hasta el pasado mi¨¦rcoles no supimos d¨®nde iba a ser y si iba a ser como ¨¦l hab¨ªa pedido¡±, explica. Solo despu¨¦s de que ella llamara insistentemente al centro, le confirmaron cu¨¢l iba a ser el procedimiento. Esa insistencia de Sandra se ha convertido en la pauta de todo el calvario que ha pasado para conseguir cumplir con el deseo de su hermano. De los 40 d¨ªas que deber¨ªa durar todo el proceso, a Jos¨¦ D¨ªaz le ha costado casi un a?o y nueve meses.

Jos¨¦ por fin ha fallecido esta ma?ana en el Hospital Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y como quer¨ªa. ¡°Se ha ido con una sonrisa¡±, recuerda m¨¢s relajada su hermana.