M¨¢s de a?o y medio y tres intentos para una eutanasia bloqueada: ¡°Todo es una traba. Estamos en un limbo¡±
A Jos¨¦ D¨ªaz le han confirmado que todos los m¨¦dicos consultores de Huelva son objetores, el ¨²ltimo obst¨¢culo que se suma a otras irregularidades desde que iniciara los tr¨¢mites en verano de 2022
Jos¨¦ D¨ªaz, de 33 a?os, a¨²n puede mover con dificultad el brazo y la cabeza. Eso le sirve para asentir o denegar y para trazar letras sobre la mesa cuando quiere decirles a su hermana y a su madre algo m¨¢s complejo que un s¨ª o un no. Ese brazo dio un respingo de alegr¨ªa (alz¨¢ndose con la mano apretada en forma de pu?o) cuando a finales del a?o pasado su nueva m¨¦dico de cabecera accedi¨® a ser su m¨¦dico responsable, el primer paso para conseguir una eutanasia que se le hab¨ªa denegado a lo largo del a?o anterior.
Un signo de triunfo que se ha tornado, de nuevo, en frustraci¨®n. Desde ese momento, los problemas burocr¨¢ticos y de gesti¨®n administrativa, sumados a la negligencia en su centro de salud a la hora de cumplir con los plazos reconocidos en la ley, han convertido su esperanza en una desesperaci¨®n que se ha recrudecido en estos ¨²ltimos 15 d¨ªas. El martes le confirmaron en el hospital Juan Ram¨®n Jim¨¦nez de Huelva que el centro no dispone de m¨¦dicos ¡ªlos que supervisan el proceso¡ª porque todos son objetores de conciencia. La noticia llega una semana despu¨¦s de que le comunicaran que tendr¨ªa que pasar un a?o para poder contar con ese profesional, porque hasta entonces no dispon¨ªan del neur¨®logo que deb¨ªa asumir esa tarea. ¡°Estamos en un limbo. No s¨¦ qu¨¦ vamos a hacer¡±, cuenta Sandra, que no encuentra la manera de darle la mala noticia a su hermano, a quien la espera ha sumido en una agon¨ªa que hace m¨¢s insufribles los dolores constantes e insoportables con los que convive desde que el 26 de marzo de 2021 sufriera un accidente dom¨¦stico.
¡°Todo es una traba, todo es un impedimento y estoy ya muy cansada¡±, cuenta Sandra. Eva Camps, portavoz en Andaluc¨ªa de la ONG Derecho a Morir Dignamente [DMD], se pregunta: ¡°?De verdad en toda Huelva no hay un profesional que pueda hacer de m¨¦dico consultor? Solo tiene que corroborar que cumple los requisitos que exige la ley¡±, se?ala. ¡°Esto es una falta de respeto intolerable, ?qu¨¦ manera de ningunear el dolor y el sufrimiento ajeno!, adem¨¢s de ser un incumplimiento total de la legislaci¨®n vigente¡±, denuncia.
¡°Cualquiera que vea a mi hermano a simple vista se va a dar cuenta de que no es digno vivir as¨ª¡±, subraya Sandra, envuelta en desesperaci¨®n. Su hermano ha perdido la vista, ya no puede tragar la comida y hay que limpiarle la boca constantemente porque se ahoga con su propia saliva. Tiene los miembros agarrotados y los parches de fentanilo para soportar el dolor no se lo alivian. Su sufrimiento es cada vez m¨¢s intolerable y el hecho de que sea completamente consciente de su degradaci¨®n f¨ªsica lo hace insoportable. ¡°Le dan ataques de ansiedad ante su padecimiento, ¨¦l no quiere vivir artificialmente y no hay soluci¨®n para sus dolores¡±, subraya su hermana.
El 22 de enero cumpl¨ªa el plazo legal para que se le asignara un m¨¦dico consultor, un facultativo al que lleva esperando desde el 12 de ese mismo mes, despu¨¦s de iniciar por tercera vez los tr¨¢mites para cumplir con su derecho a una muerte digna. Es el ¨²ltimo intervalo de tiempo establecido en la ley que se ha incumplido en un proceso lleno de obst¨¢culos desde que solicitara la eutanasia por primera vez el 26 de junio de 2022, despu¨¦s de que Jos¨¦ tratara de quitarse la vida en dos ocasiones.
Entonces, su m¨¦dico de cabecera se declar¨® objetor y tuvieron que irse hasta Manzanilla, a m¨¢s de una hora en coche desde Huelva para conseguir que otro facultativo accediera a hacerle las revisiones m¨¦dicas. ¡°Todo se hizo mal desde el primer momento, porque, aunque ese m¨¦dico no estaba en el registro de objetores, a mi madre le dijo que si hab¨ªa visto la pel¨ªcula Mar adentro [sobre la muerte de Ram¨®n Sampedro, el primer espa?ol en pedir la eutanasia] y que eso era un asesinato¡±. Todos los informes que redact¨® el sanitario fueron desfavorables. ¡°Hubo muchas irregularidades, falt¨® mucha documentaci¨®n¡±, indica Sandra.
¡°Para nosotros, cada pasito que damos en el cumplimiento de unos derechos que tenemos reconocidos es como una victoria, y el ¨²ltimo freno de mano que nos han echado est¨¢ siendo un tormento¡±, resume Sandra. Ese ¨²ltimo obst¨¢culo se ha convertido para ella en un muro que ahora mismo considera infranqueable. Hasta el martes, cre¨ªa que pod¨ªa salvar la decisi¨®n del Juan Ram¨®n Jim¨¦nez de que fuera un neur¨®logo quien asumiera la tarea de m¨¦dico consultor, porque la ley que regula la eutanasia no exige que tenga que ser un especialista determinado quien ejerza esa funci¨®n. Puede hacerlo cualquier m¨¦dico, pese a que en el centro de salud se haya insistido en que sea un neur¨®logo. Pero la confirmaci¨®n de que todos los facultativos capacitados del centro son objetores se ha convertido en una losa que ha acabado de hundir sus menguadas esperanzas de culminar el proceso con ¨¦xito.
La familia recurri¨® ante el contencioso-administrativo la decisi¨®n de la comisi¨®n de garant¨ªas de no declararlo apto y perdi¨®. Ante la posibilidad de gastar m¨¢s tiempo ¡ªque Jos¨¦ no quiere vivir¡ª en recursos, decidieron iniciar de nuevo los tr¨¢mites de la eutanasia. Part¨ªan de cero, pero con la experiencia de todo lo que hab¨ªa fallado en el primer intento. Por eso, en esta segunda ocasi¨®n, Sandra acudi¨® a DMD para asesorarse, cambi¨® de centro de salud a su hermano para conseguir un m¨¦dico responsable que no fuera objetor y ella misma, de madrugada, cuando sal¨ªa de trabajar de su turno de noche, se pon¨ªa a aprenderse la ley.
¡°Hay que tener una vida digna, pero tambi¨¦n una muerte digna¡±. Cuando Sandra escuch¨® estas palabras de boca de la nueva m¨¦dica de cabecera de su hermano, se emocion¨®. ¡°Se nos volv¨ªa a abrir un hueco de esperanza¡±, explica, porque hab¨ªa dado con una profesional responsable que no era objetora. Puso en marcha el proceso el 18 de diciembre de 2023. Sin embargo, en esa segunda ocasi¨®n se top¨® con dos problemas: la falta de cita para dise?ar el testamento vital, por carencias de personal en la Junta de Andaluc¨ªa y las dudas sobre la nacionalidad espa?ola de su hermano, que, al parecer, no estaba bien acreditada. Aunque se adjunt¨® una copia del DNI, se les indic¨® que hab¨ªa que volver a poner en marcha el proceso.
El tercer intento de Jos¨¦ para conseguir la eutanasia se inici¨® el 28 de diciembre. Sandra ha estado detr¨¢s del centro de salud para advertirles de que los plazos estaban expirando y de que hab¨ªa que seguir avanzando en la tramitaci¨®n. ¡°No he parado de ir a la consulta para explicarles que ten¨ªan que emitir los distintos informes¡±, recuerda. En este tiempo, y tras llamar la atenci¨®n a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, entre ellos este diario, tambi¨¦n consiguieron registrar su voluntad vital anticipada hace solo unas semanas. El 12 de enero se elev¨® la petici¨®n del m¨¦dico consultor, indicando que ten¨ªa que ser un neur¨®logo, cuando puede ser cualquier facultativo. M¨¢s de un mes despu¨¦s, le dicen que todos, incluido ese neur¨®logo, son objetores.
34 eutanasias en Andaluc¨ªa en 2023
¡°Jos¨¦ lleva solicitando la eutanasia desde el verano de 2022, ha pasado por objetores bloqueadores, falta de profesionalidad, de respeto, ha ido a la justicia y sigue luchando, pero es intolerable lo que le est¨¢n haciendo pasar¡±, resume Camps. A lo largo de 2023, en Andaluc¨ªa se presentaron 56 solicitudes de eutanasia, seg¨²n los datos facilitados por la Consejer¨ªa de Salud, de las que 40 han dado lugar a la apertura de expediente por parte de la Comisi¨®n de Garant¨ªa y Evaluaci¨®n. En 34 de ellas, el proceso lleg¨® hasta el final. En el resto, los solicitantes fallecieron antes.
¡°Durante estos dos a?os y medio de vigencia de la ley, el obst¨¢culo m¨¢s generalizado ha sido el alargamiento excesivo e injustificado de los plazos del proceso. De los 25 d¨ªas que podr¨ªa durar desde la primera solicitud hasta que se autoriza la eutanasia, lo m¨¢s habitual es que dure m¨¢s de 50¡å, se?ala Eva Camps. ¡°En el contexto de extrema debilidad y sufrimiento en el que se producen la mayor¨ªa de estas peticiones, un porcentaje significativo terminan en que la persona fallece antes de concluirlo¡±, subraya. Sandra se resiste a que su hermano forme parte de esa ¨²ltima estad¨ªstica y sigue esforz¨¢ndose en obtener victorias en el camino para que consiga la paz, lo que se ha convertido en una batalla constante por cumplir los derechos que le reconoce la ley. Y no est¨¢ dispuesta a esperar m¨¢s.
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