Barcelona recupera las playas, aunque solo hasta la orilla

Francisco Navarro tiene 70 a?os y vive en la plaza Espanya de Barcelona. ¡°Desde los a?os 60, cada d¨ªa, cojo el D20 (autob¨²s) y vengo a la playa de la Barceloneta¡±, asegura este ex lampista y ex boxeador -fue ¡°peso mosca¡± en su ¨¦poca- que conoce cada grano de arena de la playa. Hoy, Navarro ha podido pisar la playa por primera vez desde que se decret¨® el estado de alarma. ¡°Cuando empezaron a dejarnos salir de casa lo primero que hice fue venir a la Barceloneta. Esta ma?ana he tocado la arena pero lo que estoy deseando es meterme en el agua¡±, confiesa este vecino enamorado de la ¨¦poca preol¨ªmpica, cuando la zona estaba llena de merenderos y chiringuitos.

Barcelona ha abierto por primera vez el arenal de sus cinco kil¨®metros de litoral. Se permiten paseos de 10.00 h a 20.00 h pero los ciudadanos no pueden tomar el sol de forma est¨¢tica ni ba?arse. En definitiva, solo est¨¢ permitido el paseo por la arena para las personas de la misma o m¨¢s edad que Navarro -entre las 10.00 h y las 12.00 h y entre las 19.00 h y las 20.00 h- y para los ni?os acompa?ados de adultos de 12.00 h a 19.00 h.

La franja horaria m¨¢s madrugadora, de 6.00 h a 10.00 h, es para aquellos que quieran hacer deporte de forma individual. Desde el pasado 8 de mayo ya estaba permitido el deporte acu¨¢tico en las playas de Barcelona. Una actividad para la cual es necesario tocar la arena y dejar la toalla. Esta ma?ana a primera hora de la ma?ana las playas estaban repletas de supuestos deportistas con las toallas estiradas. La Guardia Urbana daba indicaciones pero la masa era demasiada como para poder impartir, a raja tabla, la norma que proh¨ªbe tomar el sol.

El que esta ma?ana ha notado el exceso de exposici¨®n medi¨¢tica es el gimnasio improvisado al aire libre en la playa de la Barceloneta que ha amanecido precintado. Custodiado por tres veh¨ªculos de la polic¨ªa portuaria, un trabajador cortaba el c¨¦sped de los parterres que se hicieron famosos el lunes despu¨¦s de que se viralizase un v¨ªdeo grabado y difundido por el periodista Raul Gallego, donde se ve¨ªa a decenas de personas haciendo ejercicio. Algunos de ellos no respetaban la distancia de seguridad. Informa Rebeca Carranco.

Tras las actividades de los deportistas, a las 10.00 h de la ma?ana las playas quedaron desiertas. Alguien cort¨® t¨ªmidamente los precintos policiales pero los ¨²nicos que patrullaban por la arena eran una pareja, a caballo, de la polic¨ªa municipal de Barcelona. ¡°Buenos d¨ªas, cual es el motivo de su estancia aqu¨ª¡±, se dirig¨ªa uno de los agentes a un joven sentado en un banco junto a la playa Nova Icaria. El interceptado contest¨® que ¡°tomando el sol¡±, ante lo cual el agente ordenaba sobre su caballo: ¡°Lev¨¢ntese y m¨¢rchese¡±. Su compa?ero informaba a una pareja de ancianos que quedaban pocos minutos para las 12.00 h y, por lo tanto, no podr¨ªan seguir en la calle.

Las playa del Somorrostro, frente al Hospital del Mar, estaba vac¨ªa. A unos metros de la puerta de centro hospitalario unas sanitarias apuraban un cigarro con la mascarilla bajada hasta el cuello mientras aprovechaban para mirar directamente al sol y activar la melanina en los minutos de descanso.

A las 10.30 h ya estaba Navarro paseando en pantal¨®n corto y sin camisa frente a la playa de la Barceloneta. Una conocida se dirig¨ªa a ¨¦l para arreglar un poco el mundo: ¡°Aqu¨ª cuando tiene que venir la Urbana es por la noche, que es cuando se montan unos botellones de miedo¡±.

En la orilla, una joven embarazada posa para el futuro padre mientras este la retrata con los pies en el agua. Desde el paseo Mar¨ªtimo la Urbana vigila unas playas que todav¨ªa no se han reparado de la borrasca Gloria de principios de a?o. Entonces, Pau, un ni?o de unos diez a?os, toma la iniciativa y se mete en el agua. Su madre, desde la orilla y en voz alta, grita para que los agentes se den cuenta: ¡°Pau no se puede entrar al agua. Si has venido a hacer el delincuente nos vamos¡±. Los polic¨ªas no dicen nada y entonces, entre las personas que hay en la arena, se desata una especie de tregua donde los m¨¢s peque?os comienzan a entrar, libremente, en el mar.

¡°He preguntado al Urbano si me pod¨ªa venir con la perra, Bruna, y me ha dicho que s¨ª¡±, dice un padre de familia con un ba?ador amarillo fl¨²or. Sus tres hijos llevan el mismo tipo de ba?ador: ¡°Es que somos de la Barceloneta y cuando hay muchos turistas va muy bien para reconocernos entre la multitud¡±, destaca. ¡°Este a?o creo que no vamos a tener este problema¡±, sonr¨ªe mientras asegura que meter los pies en el agua hasta la rodilla le est¨¢ ¡°dando la vida¡±.

Entre las playas de la Barceloneta, Sant Miquel y Sant Sebasti¨¤ solo hab¨ªa en el agua un par de docenas de menores. Los agentes hac¨ªan la vista gorda en el primer d¨ªa en que se puede tocar la arena, pero, en teor¨ªa, no est¨¢ permitido tomar el sol ni ba?arse.

El concejal de Transici¨®n Ecol¨®gica, Eloi Badia, ha mantenido que la ciudadan¨ªa ha respetado las distancias de seguridad y solo ha habido dificultades entre las 6.00 y las 10.00 en las playas de Sant Sebasti¨¤, Sant Miquel y la Barceloneta ¡°donde se han concentrado m¨¢s de 2.000 personas¡±.