Los hijos del exilio chileno
Luis C¨®rdova, psic¨®logo y educador social, es paradigma de la nueva generaci¨®n de referentes latinoamericanos en Catalu?a
Luis C¨®rdova dice que naci¨® ¡°en el a?o fat¨ªdico¡±. Su madre lo trajo al mundo en Santiago de Chile en abril de 1973; en septiembre se produc¨ªa el golpe de Estado contra Salvador Allende. Su madre, Mar¨ªa Eugenia Kachele, era la responsable de la guarder¨ªa del Palacio de la Moneda, sede de la presidencia de Chile, durante el mandato de Allende; ella y su marido Jos¨¦ Luis C¨®rdova, periodista, eran activos miembros de la Unidad Popular, la coalici¨®n de izquierdas que hab¨ªa alcanzado el Gobierno tres a?os antes. La familia inici¨® entonces una larga traves¨ªa en el exilio y una di¨¢spora que llega a Barcelona.
Los C¨®rdova pudieron huir a Buenos Aires ¡°con el apoyo del partido¡±, cuenta Luis desde su consulta de psicolog¨ªa en el barrio de Gracia. El ¡°partido¡± es el comunista, del que su padre ha sido dirigente. Jos¨¦ Lu¨ªs C¨®rdova fue detenido tras el golpe, sufri¨® dos amagos de fusilamiento y fue internado en el Estadio Nacional, centro de detenciones masivas en los primeros compases de la dictadura de Augusto Pinochet. La familia C¨®rdova volvi¨® a hacer las maletas en 1975, cuando se fraguaba el asalto militar al poder en Argentina.
Su siguiente destino fue Praga, por entonces capital de Checoslovaquia, sat¨¦lite de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y ciudad que acogi¨® a tantos exiliados comunistas espa?oles durante el r¨¦gimen franquista. En Praga vivi¨® Luis C¨®rdova hasta los 11 a?os ¡ªen vez de con Disney, creci¨® leyendo cuentos rusos y checos¡ª, y es en Praga donde todav¨ªa viven sus dos hermanas. ¡°Hablan mejor el checo que el espa?ol¡±, asegura C¨®rdova, que admite que echa de menos ¡°la Praga gris¡± porque la de ahora, im¨¢n tur¨ªstico, le parece ¡°m¨¢s falsa¡±. ¡°Yo quiero a Praga, con sus edificios que se caen, con los zapatos sucios, con la mirada mustia y decepcionada¡±, escrib¨ªa en 1968 otra exiliada comunista en la capital checa, la escritora Teresa P¨¤mies.
C¨®rdova habla espa?ol, catal¨¢n, checo y franc¨¦s. Par¨ªs fue su hogar hasta los quince a?os, siguiendo a su madre. Conserva en la memoria la detenci¨®n que sufri¨® ella en 1981, cuando visit¨® Chile con una delegaci¨®n sindical de la CGT francesa. Una campa?a de protesta internacional consigui¨® que fuera liberada. Su hijo Luis buscaba fotograf¨ªas en casa para acompa?ar a los art¨ªculos que publicaban los peri¨®dicos. De adolescente quiso volver a Chile y se enamor¨® del pa¨ªs, ¡°me dio el virus de la patria¡±. En la tierra de sus padres residi¨® hasta los 22 a?os, cuando decidi¨® que finalizar¨ªa sus estudios de Psicolog¨ªa en Par¨ªs. Y fue en la gran metr¨®polis francesa que en 1998 conoci¨® a su mujer, chilena como ¨¦l. Fue un amor marcado por el pasado: coincidieron por primera vez durante una manifestaci¨®n frente a la embajada del Reino Unido en Francia, para exigir la extradici¨®n de Pinochet ¡ªpor entonces en Londres¡ª a Espa?a.
Fue su pareja la que marc¨® el nuevo destino de C¨®rdova. ¡°Ella no quer¨ªa vivir en Par¨ªs y en Barcelona ten¨ªamos muchos amigos chilenos. Nos mudamos en 2006. Ahora ya se han ido la mayor¨ªa, la crisis econ¨®mica de 2008 pas¨® factura¡±. En 2009 inici¨® su trabajo como educador y mediador social en Ciutat Meridiana, uno de los barrios con renta per c¨¢pita m¨¢s baja y olvidados de Barcelona. Hoy coordina este plan de prevenci¨®n y seguridad ciudadana del Ayuntamiento de Barcelona, y que los vecinos describ¨ªan en un reportaje de EL PA?S como un factor fundamental de mejora de la convivencia.
Vida en la ¡®banlieu'
¡±En Francia yo viv¨ªa en Bobigny, un municipio de la periferia de Par¨ªs muy conflictivo y con mucha mezcla de or¨ªgenes. En mi clase del colegio, por ejemplo, solo hab¨ªa tres franceses¡±, recuerda C¨®rdova, y compara su experiencia en la banlieue con La haine, pel¨ªcula de culto que retrata una juventud marcada por la violencia y la marginaci¨®n en los suburbios de la capital francesa de la d¨¦cada de los noventa. Aquellos a?os de C¨®rdova en Bobigny fueron determinantes para trabajar en Ciutat Meridiana: ¡°All¨ª aprend¨ª a ir de cara, a ser de verdad, a respetar al otro y no generar expectativas, no prometer nada¡±.
Lo m¨¢s duro de mudarse a Barcelona, seg¨²n C¨®rdova, fue constatar que Francia y Espa?a no son lo mismo: ¡°Aqu¨ª todo es m¨¢s cutre¡±. La primera sensaci¨®n de ello, dice, fue su primer empleo, en un centro de menores tutelados: era ¨¦l y no un psiquiatra quien administraba los medicamentos a los j¨®venes con problemas de salud mental. Las cosas han cambiado, afirma, pero a peor. ¡°Hubo un momento, a principios de este siglo, en el que Barcelona estaba muy de moda, en la ¨¦poca de las vacas gordas. Lo que yo veo ahora es una tercermundizaci¨®n¡±, opina C¨®rdova. Y su pa¨ªs natal, a?ade, tiene una ventaja en momentos de crisis: ¡°Los pobres aqu¨ª sufren soledad; el pobre chileno, en cambio, no se queda solo¡±.
Exilio tras la llegada de Pinochet al poder
A?o y lugar de nacimiento: 1973, Santiago de Chile, Chile.
Cu¨¢ndo lleg¨® a Barcelona: En 2006, procedente de Par¨ªs, junto a su mujer y dos hijos.
Qu¨¦ determina que viva lejos de su pa¨ªs: Sus padres tuvieron que exiliarse tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet.
Ocupaci¨®n: Psic¨®logo y educador social en Nou Barris.
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