La Fira de la Mediterr¨¤nea de Manresa se inaugura con un espect¨¢culo cantado en fenicio
ZA! & La TransMegaCobla crean una explosi¨®n de improvisaci¨®n y solos de instrumentos de cobla
Un d¨²o de improvisaci¨®n y distorsi¨®n de guitarra y bater¨ªa, muy f¨ªsico; cuatro instrumentos de cobla: fiscorno, tible, tenora y flabiol y dos voces femeninas con ra¨ªces folk, Tarta Relena. ?Este guiso se llama ZA! & La TransMegaCobla, su semilla se plant¨® hace dos a?os, por encargo de la Fira Mediterr¨¤nia de Manresa, y este jueves la inaugura oficialmente. Pau Rodr¨ªguez (guitarra, Terrassa 38 a?os) y Eduard Pou (bater¨ªa, Calonge 38 a?os) no hab¨ªan tenido mucho contacto con la sardana ¡°era la banda sonora de cuando mi padre jugaba f¨²tbol para adultos¡± dice Pau. Por su parte Edu recuerda ¡°en mi pueblo los jueves hab¨ªa sardana y eso representaba la libertad para los cr¨ªos, era como fiesta¡±. Con este corto bagaje recibieron el encargo de ¡°explorar la sonoridad de la cobla mediante nuestra improvisaci¨®n conducida¡±, recuerda Edu, y aqu¨ª est¨¢n. ¡°Ser ignorantes nos resta convenciones y prejuicios¡±, remata Pau. Entre todos los implicados han vuelto a patentar que la cobla es algo m¨¢s que sardana y que la inquietud anida en muchos de sus m¨²sicos.
El espect¨¢culo, visto en versi¨®n corta en el reciente BAM de Barcelona, es una explosi¨®n de improvisaci¨®n, distorsi¨®n y solos de instrumentos de madera. ?Y cantado en fenicio! ¡°s¨ª, el fenicio es la lengua que representa el Mediterr¨¢neo, el ¨¢mbito de acci¨®n del espect¨¢culo¡± dice Edu como si cada d¨ªa comprase tabaco en este idioma. ?Y c¨®mo se compone en una lengua muerta?: ¡°Pues hablando con una experta en la materia, Mar¨ªa Josep Estanyol, y comprobando que como los pocos registros que quedan del idioma son en gran parte funerarios sus frases son concluyentes y adem¨¢s tienen reiteraciones que nos ayudan a trasmitir la idea de viaje que pretendemos¡±, asegura Pau. ?Un ejemplo de esas letras que se imaginan no narrativas?, ¡°si has de ser recordado, te recordar¨¢n¡±, suelta Edu. Frases esculpidas en piedra que suenan a sabidur¨ªa atemporal, a difunto fenicio y a roquero con ego tama?o Imperio Romano.
Pero que nadie se llame a enga?o, no hay solemnidad en un espect¨¢culo ¡°que quiere resaltar lo que nos une entorno al mar, no lo que nos separa ahora que el mar es una frontera¡± dice Edu. Tampoco cabe buscar un discurso identitario ¡°justo, al contrario, huimos de todo lo excluyente de la identidad, hemos tomado estructuras de la m¨²sica del Mediterr¨¢neo y la hemos cruzado con nuestra forma de improvisar. Y ?qu¨¦ quieres que te diga? en Turqu¨ªa hay alioli y butifarras en C¨®rcega. Tambi¨¦n cosas que nos diferencian, pero la diferencia suma¡±, argumenta Pau. Lo que hay es humor e iron¨ªa, una constante en un d¨²o que improvisa mediante gestos pautados que ayudan a la interrelaci¨®n entre los m¨²sicos y entre ¨¦stos y el p¨²blico: ¡°La iron¨ªa sirve para quitarle hierro al asunto, restarle trascendencia y protegernos del rid¨ªculo gracias a la implicaci¨®n del p¨²blico. El humor es lo que engrasa nuestra maquinaria¡±, concluye Edu antes de sustentar te¨®ricamente el espect¨¢culo ¡°pillamos la sardana desde el punto de vista popular, no tradicional, la tradici¨®n tiende a conservar, a fijar y nosotros mezclamos estilos. La m¨²sica popular siempre est¨¢ cambiando, como dice Pep Moliner, el que toca el fiscornio en la TransCobla¡±.
La narrativa de Kurt Vonneguth o la m¨²sica de Sun Ra son referentes que aparecen en la conversaci¨®n como ejemplos de invenci¨®n de realidades ficticias desde las que mirar la nuestra; la estridencia benefactora de los instrumentos de cobla, hechos para sonar sin amplificaci¨®n al aire libre, es percibida como una bendici¨®n; la base matem¨¢tica de la m¨²sica de ZA! se reivindica como esencial por parte de estos amantes de los sudokus; la aparente contradicci¨®n entre huir de la innovaci¨®n propuesta como dios del mercado y sus constantes cambios estil¨ªsticos es asumida con naturalidad y finalmente, Edu y Pau se muestran como lo que son: dos cr¨ªos jugando ilusionados con material sonoro que no desean s¨®lo les divierta a ellos: ¡°en estos tiempos m¨¢s que nunca cabe reivindicar que un concierto es un acontecimiento colectivo en el que cada uno participa desde su posici¨®n, que adem¨¢s es intercambiable. No se trata de admirar al m¨²sico, sino de hacer algo conjuntamente¡±.
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