La segunda ola de la pandemia en Catalu?a azota ya a las residencias
La Generalitat interviene dos nuevos centros por incumplir la normativa
Fueron las grandes v¨ªctimas de la primera ola. Luego, se blindaron y aguantaron en verano el envite de una pandemia que no daba tregua en Catalu?a. Pero el auge de contagios en la comunidad en las ¨²ltimas semanas ha sido m¨¢s intenso y la covid-19 ha vuelto a penetrar en las residencias de ancianos. M¨¢s de medio millar de nuevos infectados en apenas 15 d¨ªas, una incidencia en la ¨²ltima semana (405 casos por 100.000) que casi dobla a la de Catalu?a y m¨¢s de 40 fallecidos cada siete d¨ªas, cristalizan el nuevo azote de la covid-19 sobre las residencias catalanas. La Generalitat ha reforzado las medidas de protecci¨®n para blindar a uno de los colectivos m¨¢s vulnerables en esta pandemia y ya ha intervenido cuatro centros con brotes descontrolados y que hab¨ªan incumplido la normativa de protecci¨®n.
¡°Hemos detectado que en las ¨²ltimas dos semanas, se han disparado los casos en las residencias. Estamos registrando m¨¢s casos de manera paralela a la escalada que hay en el ¨¢mbito comunitario¡±, ha admitido este martes el secretario general del Departamento de Salud, Marc Ramentol. La curva epid¨¦mica entre poblaci¨®n de residencia no deja lugar a dudas: la velocidad de expansi¨®n del virus (la Rt, que mide a cu¨¢ntas personas contagia, de media, un caso positivo) lleva dos semanas entre 1,30 y 1,40, muy por encima de lo que recomienda la comunidad cient¨ªfica para mantener a raya la transmisi¨®n (menos de 1). El porcentaje de PCR positivas, que deber¨ªa estar por debajo del 5%, seg¨²n las autoridades sanitarias, fluct¨²a entre el 6% y el 8% y los ingresos hospitalarios se cuentan por decenas cada semana: hay, actualmente, 87 residentes hospitalizados.
¡°Lo que reflejan las cifras es que fuera tenemos un entorno donde han aumentado los casos. Cuando la transmisi¨®n comunitaria baja, la mayor¨ªa de los lugares son seguros. Tenemos que pensar que las residencias son lugares que permiten la diseminaci¨®n del brote, son espacios cerrados y toda la fuerza de las medidas que se han implementado est¨¢n en frenar el contagio inicial que procede del exterior¡±, ha explicado el subdirector general de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de la Agencia de Salud P¨²blica de Catalu?a, Jacobo Mendioroz. El Govern ha lanzado un paquete de medidas para intensificar el blindaje sobre los centros y empezar¨¢ un cribado masivo de profesionales a trav¨¦s de automuestras ¡ªlos propios trabajadores se har¨¢n a s¨ª mismos un frotis nasal¡ª. Tambi¨¦n se reforzar¨¢ la sectorizaci¨®n de los centros, con espacios covid y no covid, se suspender¨¢n las salidas de los residentes m¨¢s fr¨¢giles (aunque se intensificar¨¢n las visitas de familiares bajo controles estrictos) y se desplegar¨¢n por el territorio equipos de intervenci¨®n r¨¢pida para actuar en cuanto se detecte un brote.
La mayor¨ªa de las residencias en Catalu?a a¨²n est¨¢n bajo control: hay 919 en situaci¨®n verde, es decir, sin ning¨²n caso activo; y otras 58 en naranja, con casos aislados o brotes bien controlados y sectorizados. Sin embargo, m¨¢s de medio centenar ya est¨¢ en situaci¨®n roja, es decir, con episodios infecciosos muy fuertes o transmisi¨®n elevada dentro del centro. ¡°Estamos preocupados y asustados, pero no es como la primera vez. Hay muchos m¨¢s pacientes asintom¨¢ticos y la gente no se muere¡±, se?ala Vicente Botella, presidente de la patronal Upimir. Tambi¨¦n es verdad que hay muchas m¨¢s camas vac¨ªas que en la primera ola: una parte de las plazas disponibles se guardan sin ocupar por si hay alg¨²n brote en el centro y hay que aislar ancianos y, adem¨¢s, desde el inicio de la pandemia, apenas se han vuelto a llenar las camas que quedaron vac¨ªas tras la muerte de los 6.664 residentes que, seg¨²n la Generalitat, perecieron con la covid-19 o s¨ªntomas compatibles con ella. En cualquier caso, Botella insiste en que las residencias est¨¢n cumpliendo ¡°a rajatabla¡± las directrices de control y protecci¨®n contra la pandemia.
El Departamento de Salud, asegura Botella, se ha puesto firme con este tema. De hecho, en lo que va de mes ya se han intervenido cuatro residencias, tres de ellas en apenas 24 horas, por incumplimiento de la normativa. Este lunes fue el centro Les Vinyes de Falset (Tarragona), donde se infectaron el 91% de los ancianos y el 38% de los empleados (109 residentes y 22 empleados". Este martes, Salud y el Departamento de Asuntos Sociales intervinieron otros dos centros, a los que se les retir¨® la gesti¨®n por incumplir las medidas de control y protecci¨®n. El primero, la Miniresid¨¨ncia Geri¨¤trica de Bellver de Cerdanya, registr¨® un brote con cinco trabajadores y 11 de los 29 residentes afectados; el segundo, la Llar Mare Marcelina de Verd¨² (Urgell), report¨® otro episodio infeccioso con 23 ancianos y tres trabajadores afectados. ¡°Las residencias se intervienen a partir de un brote de una cierta magnitud y por la falta de sectorizaci¨®n y capacidad organizativa de la gestora", ha justificado Ramentol. Durante la primera ola, se llegaron a intervenir 13 residencias y una m¨¢s el pasado mes de julio.
Residencias blancas
Lo que m¨¢s preocupa a Salud y tambi¨¦n al propio sector residencial son, no obstante, las llamadas residencias blancas, aquellos centros en los que apenas ha entrado el virus o ning¨²n residente ha sufrido la covid-19. Los brotes en estas residencias pueden ser m¨¢s complejos porque no hay ning¨²n nivel de inmunidad entre los ancianos y el riesgo de diseminaci¨®n es mucho mayor que en un centro donde algunos mayores hayan pasado ya la enfermedad. ¡°La Administraci¨®n tiene m¨¢s temor a lo que pase en los centros blancos. Y a m¨ª ah¨ª s¨ª que me da miedo lo que pueda pasar. El problema fundamental es que el virus entre a trav¨¦s de los trabajadores, por eso necesitamos que repartan cuanto antes los test r¨¢pidos, para poder hacer pruebas cada 15 d¨ªas a los empleados. Estaremos todos m¨¢s seguros¡±, sostiene Botella.
Los expertos consultados se?alan que no se puede descuidar el control de las residencias e instan a poner m¨¢s hincapi¨¦ en el blindaje de estos centros. ¡°Las residencias son un agujero negro que da mucho miedo. Hay que tener una precauci¨®n especial. Es verdad que las blindamos, pero algunas se deben haber relajado para aceptar visitas y ha entrado el virus. No va a haber el drama de la primera ola, pero si no se hacen muy bien las cosas, esos centros ser¨¢n como un bid¨®n de gasolina¡±, advierte Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona. Coincide Daniel L¨®pez-Acu?a, exdirector general de emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS): ¡°Estas trazas en residencias son la expresi¨®n de lo que tenemos en la calle: cuando el virus entra en estos centros, se amplifica. Hay que sellar y blindar las residencias si no queremos vivir otra vez lo que pas¨® en marzo¡±.
L¨®pez-Acu?a advierte de la necesidad de no bajar la guardia en colectivos tan vulnerables como los ancianos: ¡°Estamos descuidando las residencias y no estamos poniendo el grado de control que deber¨ªamos sobre ellas. Hay que fortalecer y extremar las medidas de control¡±.
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