Ernest Lluch, el hombre que lo quer¨ªa saber todo
Se cumplen 20 a?os del asesinato a manos de ETA del exministro socialista que siempre abog¨® por el di¨¢logo como forma de entender la pol¨ªtica y la democracia
¡±Deseaba que no pensaras como ¨¦l para poder discutir su verdad con la tuya¡±. As¨ª se refer¨ªa a Ernest Lluch su compa?ero de filas en el socialismo catal¨¢n Pasqual Maragall, exalcalde de Barcelona y expresidente de la Generalitat, para resaltar la manera de entender la pol¨ªtica que caracteriz¨® al que fue ministro de Sanidad en el primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Hoy se cumplen 20 a?os de su asesinato a manos de ETA cuando acababa de dejar el coche en el aparcamiento de su casa de Barcelona. El PSC, su partido, le rendir¨¢ homenaje, como viene sucediendo cada a?o y La 2 de Televisi¨®n Espa?ola emitir¨¢ a las 20.15 el documental biogr¨¢fico Ernest Lluch, libre y atrevido.
¡°Han pasado dos d¨¦cadas y es curioso que hoy nos demos m¨¢s cuenta que nunca de la importancia del legado que nos dej¨® Lluch, con la ley que universaliz¨® la sanidad en Espa?a y con su apuesta firme y el di¨¢logo¡±, explica el exlehendakari Patxi L¨®pez, ahora diputado en el Congreso.
¡°La democracia es di¨¢logo y creo que Ernest saldr¨ªa a defender sin ninguna duda que Bildu apoye la tramitaci¨®n de los Presupuestos del Estado, pero jam¨¢s tolerar¨ªa que se utilizara su nombre como v¨ªctima del terrorismo¡±, a?ade L¨®pez. ¡°?l quer¨ªa que Otegi entrara en pol¨ªtica y hubiera celebrado por todo lo alto el fin de ETA¡±, coincide Od¨®n Elorza, alcalde de San Sebasti¨¢n durante 20 a?os y con el que Lluch teji¨® una estrecha amistad. Tanto, que se lleg¨® a comprar un piso muy cerca de la playa de la Concha cuando dej¨® la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica activa y se sumergi¨® en el conocimiento de ETA.
¡°Hab¨ªa le¨ªdo todo lo que se hab¨ªa publicado de la banda terrorista. Bueno, todo lo que tuviese un cierto rigor, porque si no, no le interesaba ni leer ni conversar¡±, explica el periodista radiof¨®nico Josep Cun¨ª. Una entrevista con el entonces ministro sirvi¨® para su debut en el magaz¨ªn matinal de Catalunya R¨¤dio y de all¨ª naci¨® una amistad que perdur¨® hasta el asesinato. Apenas unas semanas antes del crimen, Lluch le confes¨® a Cun¨ª en un prolongado almuerzo estival que sab¨ªa que estaba en el punto de mira de ETA.
¡°Creo que el tiempo ha demostrado que ha ganado Lluch, que hemos ganado los dem¨®cratas y que los que practicaban la violencia est¨¢n comprometidos ahora en trabajar desde las instituciones. Como dec¨ªa Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, o se est¨¢ con las bombas o se est¨¢ con los votos¡±, asegura Miquel Iceta, el primer secretario del PSC. ¡°Coincido con Iceta en la primera parte. Yo estaba de acuerdo con Lluch hace 20 a?os y lo sigo estando ahora, pero todos deber¨ªamos tener una mirada cr¨ªtica con el pasado y no arroj¨¢rnoslo unos a otros¡±, explica Jon I?arritu, diputado de Bildu en el Congreso. ¡°Es obvio que ha ganado el sentido com¨²n. La situaci¨®n de Euskadi y las pol¨ªticas progresistas del Gobierno son las que defendi¨® Lluch, pero ¨¦l fue v¨ªctima de la peor manera posible¡±, apostilla el diputado abertzale.
¡°Lluch era un reformista y eso te capacita m¨¢s para pactar con el que piensa distinto. Los perfiles que ahora abundan y difunden las redes sociales son ahora otros, los del rupturismo¡±, razona el historiador Joan Esculies, autor de Ernest Lluch, biograf¨ªa de un intelectual agitador. En ese sentido recuerda que el exministro socialista ten¨ªa verdadera obsesi¨®n desde siempre por lo que ahora el independentismo catal¨¢n llama ¡°ensanchar la base¡±, que no es otra cosa que sumar al mayor n¨²mero de gente a un proyecto com¨²n o una causa. En su caso, sumar a todo el nacionalismo vasco, desde el sector m¨¢s moderado a la izquierda abertzale al pacto constitucional del que se excluy¨® al no votar la Constituci¨®n en 1978.
Esa amplitud de miras la teorizaron a medias Ernest Lluch y Miguel Herrero y Rodr¨ªguez de Mi?¨®n en el llamado ¡°constitucionalismo ¨²til¡±, que no era otra cosa que una interpretaci¨®n flexible del texto constitucional desplegado al detalle en dos libros y en una tribuna de opini¨®n publicada en EL PA?S el 18 de septiembre de 1999 y titulada Ideas concretas para la paz.
¡±No esperaba que 20 a?os despu¨¦s siguiera siendo tan homenajeada la figura de mi padre y su pensamiento pol¨ªtico¡±, confiesa Eul¨¤lia Lluch, una de sus hijas. ¡°?Qu¨¦ no se ha dicho ya de ¨¦l?¡±, se pregunta, y ella misma responde que la pasi¨®n de Ernest Lluch siempre fue el conocimiento y su vocaci¨®n, la de ser profesor. ¡°Pero ¨¦l lo entend¨ªa como un di¨¢logo continuo, por eso le gustaba m¨¢s comer en el bar y hablar con los alumnos que no con los profesores¡±. Eso explica que cuando fue nombrado rector de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo cambiara el lema del centro por el de Sapere aude (aprende a pensar).
Un lector empedernido
¡±Le pod¨ªa la voluntad intelectual de saber y ten¨ªa la necesidad de entender al que no pensaba como ¨¦l. Y eso le llevaba a leer y hablar mucho, porque lo quer¨ªa saber todo¡±, insiste Cun¨ª. ¡°Es verdad, por eso era capaz de estudiar a fondo la situaci¨®n econ¨®mica de los municipios de Euskadi para intentar explicar el apoyo que ten¨ªa el terrorismo en unas zonas y en otras¡±, ratifica Eul¨¤lia Lluch.
¡°Ernest era un tipo sugerente e inc¨®modo para algunos dirigentes del Partido Socialista porque siempre se expres¨® con libertad. Por eso se echa en falta sus reflexiones, porque seguir¨ªa escribiendo sobre la situaci¨®n actual¡±, insiste Od¨®n Elorza. El apoyo de Lluch a la llamada Ley de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico que sigui¨® al golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 le vali¨® desde entonces la descalificaci¨®n del nacionalismo catal¨¢n que lideraba Jordi Pujol.
Iceta defiende la actuaci¨®n que tuvo Lluch entonces, como l¨ªder del grupo parlamentario socialista catal¨¢n en el Congreso antes de que desapareciese. ¡°Lo que se intent¨® con la LOAPA era intentar salvar a las autonom¨ªas de posiciones retr¨®gradas¡±, dice el primer secretario del PSC.
¡±Lluch estar¨ªa totalmente en contra de la posibilidad de un pa¨ªs socialmente escindido por razones de lengua o de cultura y alertar¨ªa de una Catalu?a dislocada en dos bloques enfrentados por sus sentimientos de identidad¡±, pronostica Raimon Obiols, primer secretario del PSC de 1983 a 1996. A Lluch se le atribuye la expresi¨®n ¡°federalismo c¨¢lido¡± que sigue reivindicando el PSC varias d¨¦cadas despu¨¦s para solucionar el encaje de Catalu?a en Espa?a. Y mucho di¨¢logo, sobre todo entre los que no piensan igual.
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