¡°Al final no quedan manifestantes, quedan delincuentes¡±
Los comerciantes y vecinos del centro de Barcelona lamentan los destrozos ocasionados en tiendas y en el mobiliario urbano tras la manifestaci¨®n contra el encarcelamiento de Pablo Has¨¦l
Xavi Mart¨ªnez observa el cristal da?ado del escaparate desde el interior de la tienda Mango del paseo de Gr¨¤cia de Barcelona. ¡°Intentaron entrar y no lo consiguieron. Pero ahora tenemos que cambiar todo el vidrio¡±, lamenta. Es uno de los numerosos responsables de tienda que valoran, a primera hora de la ma?ana, los desperfectos de su local a lo largo del emblem¨¢tico paseo comercial de Barcelona tras la quinta noche de altercados durante las concentraciones contra el encarcelamiento del rapero Pablo Has¨¦l. Los da?os ocasionados estos d¨ªas se a?aden a las dificultades del sector para sobrevivir a un a?o de pandemia y evocan a los disturbios de octubre de 2019, tras la sentencia del proc¨¦s. ¡°Est¨¢n siendo tiempos dif¨ªciles¡±, a?ade Mart¨ªnez.
La escena se repite desde plaza de Catalunya hasta plaza de Lesseps, en las principales v¨ªas comerciales de la ciudad. Vidrios rotos, escaparates grafiteados y curiosos haciendo fotos. ¡°Una manifestaci¨®n se puede hacer, claro, pero cuando acaba, a partir de las nueve de la noche, ya no quedan manifestantes, quedan delincuentes¡±, afirma Mart¨ªnez, que se?ala una alcantarilla descubierta. ¡°No est¨¢ la tapa. Las cogen y las tiran contra los vidrios de las tiendas para romperlos¡±.
Vigilantes de seguridad velan ante diferentes tiendas del paseo para que nadie se cuele en el interior. En el local de Versace, sin embargo, los vigilantes no llegaron a tiempo. ¡°Nos han robado todo lo expuesto¡±, se queja Vincenzo Bruno, el responsable de la tienda. Trocitos de cristal cubren el suelo y todos los mostradores est¨¢n vac¨ªos. ¡°Era [lo sustra¨ªdo] de un valor aproximado de entre 40.000 y 50.000 euros¡±. Las cuatro primeras noches cubrieron los escaparates con planchas de madera y, tras un viernes tranquilo, confiaron en que el s¨¢bado las protestas seguir¨ªan de bajada. Pero ocurri¨® lo contrario y ahora Bruno busca alternativas con los operarios de la cristaler¨ªa para cubrir incluso los expositores de un piso superior. ¡°No s¨¦ cu¨¢ndo lo tendremos arreglado¡±, afirma. En la acera, una furgoneta acumula planchas de vidrio blindado que no aguantaron la presi¨®n de los asaltantes. ¡°Atacan a las juntas, y ah¨ª ceden¡±, explica el responsable.
El presidente de la Associaci¨® d¡¯Amics del Passeig de Gr¨¤cia, que agrupa a 180 comercios de esta calle, Luis Sans, denuncia el saqueo de 12 establecimientos y la rotura de un centenar de vidrios. ¡°Aparte de los da?os econ¨®micos, hemos sufrido un da?o en la imagen de Barcelona como ciudad acogedora y pac¨ªfica¡±, lamenta el representante de los comerciantes. El Ayuntamiento cifra en 900.000 euros los da?os que las cinco noches de protestas han provocado en el mobiliario urbano.
Los comerciantes aseguran que los altercados est¨¢n agrandando la herida de la crisis econ¨®mica derivada de la pandemia. Seg¨²n datos de Mango, el descenso de los visitantes en la tienda es del 60%. En Versace, las ventas han ca¨ªdo un 40% desde el 7 de enero por las restricciones comerciales, a pesar de operar en l¨ªnea, seg¨²n sus responsables. ¡°Esta historia se repite. Aqu¨ª campan impunemente¡±, se queja Mart¨ªnez. ¡°Los pol¨ªticos no apoyan a los cuerpos de seguridad¡±, a?ade.
¡°Siempre que hay l¨ªo, pagamos los mismos, pero ya lo sabemos¡±, lamenta la dependienta de una panader¨ªa de plaza Urquinaona, epicentro de las protestas tras el juicio del proc¨¦s, en octubre de 2019. ¡°Cuando se junta mucha gente, cerramos las puertas por seguridad. Si la cosa se pone fea, bajamos las persianas¡±, asegura.
Malestar y desigualdad
A pesar de los destrozos, los vecinos coinciden en que los altercados han sido de una intensidad notablemente menor que en 2019. ¡°Los del s¨¢bado fueron m¨¢s intensos que los otros d¨ªas, pero no fueron como los del proc¨¦s¡±, explican N¨²ria y Francesc, de 55 y 59 a?os respectivamente, mientras pasean cerca de la plaza de Catalunya. ¡°Los manifestantes generalmente no hacen nada, el problema son los grupos sat¨¦lite que act¨²an aparte, y tambi¨¦n hay que tener en cuenta c¨®mo act¨²a la polic¨ªa. Hay mucho malestar y desigualdad. Los j¨®venes no tienen trabajo y hay que escucharles¡±.
Viviana ?vila, de 47 a?os, vecina del barrio, remarca la decadencia econ¨®mica de una zona que sol¨ªa estar repleta de turistas. ¡°Todo ha bajado mucho¡±, se queja. La crisis la dej¨® sin empleo porque la bodega donde trabajaba cerr¨® el pasado julio, y ?vila entiende que detr¨¢s de los altercados existe un hast¨ªo global. ¡°La gente est¨¢ muy sensible con todo lo que ocurre. No hay trabajo, lo de este chico [Pablo Has¨¦l], el rey em¨¦rito... Son muchas cosas¡±.
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