Llegan a Barcelona las bicicletas con suscripci¨®n
Kleta y Swapfiets ofrecen bicicletas para uso personal por entre 17 y 75 euros al mes, en funci¨®n del modelo
No es el alquiler por minutos que ofrecen los sistemas de movilidad compartida o sharing; ni un servicio p¨²blico con abono como el Bicing; ni tener una bici propia. Se trata de tener una bici en r¨¦gimen de suscripci¨®n: pagar un tanto al mes por tener una bicicleta para uso personal, con el mantenimiento y las reparaciones incluidas. Como si fuera leasing.
Con un coste de entre 20 y 75 euros mensuales, en funci¨®n de la bicicleta, el sistema ha llegado a Barcelona con dos marcas: Kleta, una startup local, y Swapfiets, compa?¨ªa holandesa que est¨¢ en varios pa¨ªses europeos. Los usuarios pueden guardar la bicicleta en casa o en los aparcamientos de la calle con un doble candado.
Kleta se estren¨® en la capital catalana en julio, en pleno verano pand¨¦mico, explica su cofundador, Falk Siegel. ¡°Vimos un cambio de h¨¢bito en relaci¨®n con la movilidad, la necesidad de una movilidad individual y sostenible¡±, explica. ¡°Con un crecimiento org¨¢nico y gracias al boca a boca¡±, dice, tienen 300 clientes y esperan alcanzar los 1.500 este a?o.
La empresa tiene un local en Gr¨¤cia y dos modelos de bici: a 19,5 euros mensuales la de seis marchas y a 47 euros la el¨¦ctrica. Siegel explica que el perfil de usuario son personas de entre 35 y 55 a?os que se estrenan en la movilidad en bici o que vuelven tras tener malas experiencias con robos.
En el caso de Swapfiets, de origen holand¨¦s, su responsable en Espa?a, Benjamin de Terssac, presume de que ¡°es la primera empresa de alquiler de bicicletas a largo plazo del mundo¡±. Se fund¨® en 2014 en los Pa¨ªses Bajos y tiene 220.000 usuarios en 60 ciudades de siete pa¨ªses europeos. Para su aterrizaje en Espa?a han elegido Barcelona, donde operan desde hace unas semanas y han abierto un local en el Eixample.
Swapfiets es la uni¨®n de las palabras compartir y bicicleta en holand¨¦s y sus modelos llevan el freno trasero con el sistema de contrapedal, habitual en los Pa¨ªses Bajos. Ofrecen un modelo sin marchas por 17 euros; otro de siete marchas por 20 euros, y el el¨¦ctrico por 75 euros. De Terssac explica que lo que m¨¢s valoran los clientes, estudiantes y profesionales, es ¡°ir en bici sin tener que preocuparse por el mantenimiento y las reparaciones¡±, ¡°tener una bicicleta que siempre funciona¡±.
El responsable declara que han elegido Barcelona por ¡°su infraestructura ciclista en crecimiento¡±, porque ¡°el 3% de las bicis son compartidas¡± y por el gran uso de ¡°las soluciones de micromovilidad en la ciudad¡±. Aspiran a alcanzar la misma cifra de clientes a finales de a?o que Kleta, 1.500.
Tras los conflictos que se han producido en la ciudad con otros operadores de movilidad, las dos empresas contactaron en su d¨ªa con el Ayuntamiento para avisar de su implantaci¨®n. El responsable de Swapfiets defiende que al tener suscriptores a largo plazo ¡°cada bicicleta pertenece a una persona y debe asegurarse de que est¨¦ correctamente aparcada¡±. ¡°Desde 2014 hemos constatado que los usuarios tratan sus bicicletas mejor de lo esperado, porque las ven como propias¡±. El cofundador de Kleta a?ade que en los meses que llevan en la ciudad apenas han tenido robos.
Desde el BACC (Bicicleta Club de Catalunya), una de las entidades referentes para el colectivo ciclista de Barcelona, Carles Benito considera ¡°una buena noticia un negocio privado que fomenta la bici y supone que el sector es atractivo¡± y ¡°celebra que al ser un alquiler a largo plazo los usuarios probablemente las trate y aparque mejor en la calle¡±. Por el contrario, Benito considera que la f¨®rmula ¡°es un indicador de la nula importancia que Barcelona da al aparcamiento seguro¡±.
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