Se buscan siete libreros. Raz¨®n: Calonge
La localidad del Baix Empord¨¤ incentiva con ayudas econ¨®micas y fiscales a emprendedores del mundo del libro para convertirse en la primera ¡®ciudad de los libros¡¯ permanente catalana
Para equipamiento y mobiliario, 10.000 euros; otros 6.000 para contrataci¨®n de personal; subvenciones de la mitad del importe 0con un tope de 60.000 euros) para la rehabilitaci¨®n de los siete locales singulares que se facilitan en el bello casco hist¨®rico; una bonificaci¨®n de hasta el 90% en las tasas municipales y, en la medida que sea posible, facilitar que uno pueda afincarse en la ciudad¡ Son las muy tentadoras ofertas que el Ayuntamiento de Calonge (Baix Empord¨¤) lanza para que libreros y emprendedores del mundo de libro se animen a abrir all¨ª su negocio y ayuden a la ciudad a convertirla en la primera Villa del Libro perenne catalana, integr¨¢ndose as¨ª en la red de las ¨²nicas y exquisitas 53 booktowns que hay en el mundo.
¡°Calonge, con su castillo en el casco antiguo, tiene una gran po¨¦tica cultural y en un radio de apenas 30 minutos hay un potencial p¨²blico comprador de un mill¨®n de personas, de las cuales unas 200.000 son extranjeras de 75 nacionalidades, con h¨¢bitos lectores muy fuertes¡±, complementa la tentaci¨®n una de las almas del proyecto, Norbert Botella, concejal de Cultura de Calonge, localidad de la Costa Brava de 11.500 habitantes, que multiplica por diez en la temporada estival.
¡°En nuestro entorno, ciudades como Palam¨®s y Palafrugell han perdido librer¨ªas ¨²ltimamente, por lo que es de prever que creando un hub de negocios y ofertas complementarios la iniciativa tendr¨¢ ¨¦xito; el potencial es excepcional¡±, enmarca el alcalde, Jordi Soler, que suma a los argumentos econ¨®mico el factor humano: ¡°En Calonge y Sant Antoni se vive muy bien¡ Y la vida es de los valientes¡±, reta.
La iniciativa responde a la apuesta del Consistorio por revitalizar la vida socioecon¨®mica y cultural de Calonge de una manera singular, desmarc¨¢ndose de la uniformizaci¨®n tur¨ªstica galopante de la Costa Brava. La apuesta por un ocio vinculado al mundo del libro, adem¨¢s, ha dado milagrosos resultados en otras partes de Europa, Australia y Asia, con un exponente excelso en la pionera Hay-on-Wye galesa, que en 1961 opt¨® por esa particular reconversi¨®n cultural y hoy cuenta, am¨¦n de con un sinf¨ªn de librer¨ªas de segunda mano y especializadas, con uno de los festivales literarios m¨¢s importantes del mundo que ha exportado. Un paradigma a seguir, como saben los miembros de la International Organisation of Book Towns, creada en 1998, red a la que espera a?adirse Calonge.
Responsables de siete de esas booktowns han presentado esta ma?ana sus milagros en la jornada Villas de Libro, organizada por la Facultad de Informaci¨®n y Medios Audiovisuales de la Universitat de Barcelona, que acoge la Escuela de Libreros y donde Calonge ha lanzado su propuesta. El patr¨®n lo resume Wigtown: la peque?a localidad escocesa vio hace 30 a?os como casi simult¨¢neamente la f¨¢brica de l¨¢cteos y la inevitable destiler¨ªa de la zona cerraban casi al un¨ªsono, convirtiendo el entorno en un erial laboral y de esperanzas. En pleno desasosiego y con ayudas p¨²blicas, hace 23 a?os los 900 habitantes optaron por el mundo de libro. Entonces s¨®lo hab¨ªa una librer¨ªa en todo el pueblo. Hoy tienen 12, funcionando todo el a?o y a su alrededor se ha construido un hub del sector libresco (imprentas, artesanos, programas culturales¡) que les permite facturar casi seis millones de euros al a?o. ¡°Si nosotros pudimos reconvertirnos en ciudad del libro, ustedes tambi¨¦n pueden¡±, lanza el director de la feria, Adrian Turpin.
Casos similares han expuesto los responsables de ciudades de libros como Redu, en B¨¦lgica (desde 1984, con 300 habitantes, pero 15 librer¨ªas, una f¨¢brica de papel artesano, cal¨ªgrafos y dos museos, que han generado 40 comercios); Chelopek, en Bulgaria (m¨¢s joven y modesta, desde 2018); las danesas Ebeltoft y Torup (356 habitantes, 15 a?os de experiencia, sede de una editorial y 150 acontecimientos culturales al a?o) o la francesa Montolieu, ¨¦sta Villa del Libro y de las Artes, que cumple 30 a?os y cuenta con 18 librer¨ªas y Museo del Libro y Artes Gr¨¢ficas. Esa fue la ciudad donde el azar llev¨® a pasar una noche, sin saber d¨®nde estaban, a Botella y su hija durante un viaje y descubrir al d¨ªa siguiente una ciudad de libros.
Crear v¨ªnculos con las industrias del vino, el turismo o la restauraci¨®n, o con algunos de los 526 artesanos y 32 talleres vinculados a las artes del libro y el papel con que cuenta hoy Catalu?a, han sido algunas de las propuestas surgidas para enriquecer la apuesta de Calonge, en un contexto en el que el turismo cultural quiere tambi¨¦n llevarse cada vez m¨¢s alg¨²n tipo de experiencia vivida. En esa l¨ªnea, el director de la Instituci¨® de les Lletres Catalanes (ILC), Oriol Ponsat¨ª-Murla, ha ampliado el campo de posibilidades a las residencias de escritores: ¡°Hemos de ser capaces de crear una red entre las distintas ofertas catalanas y de ¨¦stas con las internacionales y eso podr¨ªa pasar tambi¨¦n por Calonge¡±. Tampoco descarta ayuda econ¨®mica, a partir de la ampliada partida de 584.000 euros con que la ILC cuenta para la promoci¨®n de la literatura.
Calonge, de concretarse la iniciativa, ser¨ªa la primera ciudad de libros estables de Catalu?a y la segunda de Espa?a, tras la vallisoletana Urue?a, ¨¦sta con 189 habitantes, aunque con 12 librer¨ªas y un gran museo del libro; pero tambi¨¦n sede de la Fundaci¨®n Miguel Delibes. A Calonge tampoco le falta padrino de post¨ªn puesto que Josep Pla escribi¨® sobre ella en El quadern gris: ¡°El poble ¨¦s recollit, amagat, silenci¨®s, sembla tenir un punt secret. M¡¯hi trobo com a casa¡±. Al argumentario emocional hoy se ha a?adido el econ¨®mico.
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