Un acuerdo de m¨ªnimos: ganar tiempo
Aragon¨¨s se encuentra cabalgando sobre un gobierno de dos caballos, y no le ser¨¢ f¨¢cil conseguir que Junts vuelva al redil, pero la construcci¨®n de una alternativa ser¨ªa interpretada como el fin del ¡®proc¨¦s¡¯
Como era previsible, la bronca de la grada no ha faltado a la cita de ¡°la mesa de di¨¢logo¡± entre los gobiernos catal¨¢n y espa?ol. Para unos, Pedro S¨¢nchez confirma su condici¨®n de vende patrias; para los otros, Pere Aragon¨¨s se ha entregado al adversario, en un pacto para garantizar dos a?os de supervivencia mutua. Y, sin embargo, en todas las portadas est¨¢ la foto de los dos personajes en el Palau de la Generalitat de Catalu?a hablando del reencuentro, aunque sea con prop¨®sitos y objetivos claramente distintos e incluso opuestos. ?Hay acaso alguna negociaci¨®n digna de este nombre en que las dos partes est¨¦n de acuerdo antes de empezar?
No es un parip¨¦, es un intento de superar el abismo abierto por el choque de oto?o de 2017 y la represi¨®n.
La cuesti¨®n catalana requiere reformas de calado que, en la legalidad democr¨¢tica, exigen amplios consensosLa cuesti¨®n catalana requiere reformas de calado que, en la legalidad democr¨¢tica, exigen amplios consensos
S¨¢nchez advierte de que no est¨¢ por la autodeterminaci¨®n y la amnist¨ªa, pero se sienta all¨ª reconociendo a Catalu?a como sujeto pol¨ªtico. Todas las distancias guardadas, me viene el recuerdo de la invitaci¨®n del presidente Adolfo Su¨¢rez al presidente Josep Tarradellas, el ¨²nico punto de contacto entre la transici¨®n y la legalidad republicana. Pere Aragon¨¨s ha asumido el envite. Seguramente ser¨ªa m¨¢s c¨®modo parapetarse en el recelo y seguir en la vena frentista que sus socios de Junts per Catalunya han activado una vez m¨¢s para hacerse con la bandera de la anticipaci¨®n del fracaso y dejar a Esquerra sola ante el fregado. La mesa ha sido inaugurada con promesa de continuidad y sin someterse a plazos. ?Una p¨¦rdida de tiempo? ?O una oportunidad de allanar el camino a un problema que tarde o temprano tendr¨¢ que encontrar un espacio de inter¨¦s com¨²n por el que encauzarlo? Esta ser¨ªa la tarea de la mesa de di¨¢logo. Pero, ?es posible?
La cuesti¨®n catalana requiere reformas de calado que, en la legalidad democr¨¢tica, exigen amplios consensos. Con la oposici¨®n sistem¨¢tica de las diferentes decantaciones de la derecha espa?ola instaladas en el revanchismo (siguen lamentando que los indultados no est¨¦n en la c¨¢rcel) es muy complicado conseguir una mayor¨ªa parlamentaria a favor de alg¨²n tipo de refer¨¦ndum que pudiera culminar las negociaciones y abrir una nueva etapa. Del mismo modo, que a una parte del independentismo la falta tiempo todav¨ªa para madurar su experiencia, reconocer d¨®nde se sit¨²an hoy los l¨ªmites de lo posible y asumir estrategias razonables para ampliarlos.
En medio de la pelea por la representaci¨®n en la mesa de di¨¢logo se ha esfumado el debate del aeropuertoEn medio de la pelea por la representaci¨®n en la mesa de di¨¢logo se ha esfumado el debate del aeropuerto
En este contexto es natural que el gobierno espa?ol y el catal¨¢n (cojo en su representaci¨®n) hagan de la generosidad con el tiempo, constancia y paciencia, la primera modesta conquista. Es un respiro para Pedro S¨¢nchez, que puede otorgarle cierta calma hasta el final de la legislatura, consciente de que dif¨ªcilmente podr¨¢ seguir sin el apoyo perif¨¦rico. Pere Aragon¨¨s, por su parte, se coloca en una situaci¨®n sin marcha atr¨¢s, expuesto al sabotaje permanente de sus socios. Tanto o m¨¢s importante que la mesa ser¨¢n las negociaciones paralelas que deber¨ªan dar resultados concretos y disipar las dudas sobre la eficacia de los gobiernos independentistas.
En medio de la pelea por la representaci¨®n en la mesa de di¨¢logo se ha esfumado el debate del aeropuerto. El propio S¨¢nchez puso el proyecto entre par¨¦ntesis por tiempo indefinido, sin que nadie rechistara. Y, sin embargo, es sorprendente que el gobierno catal¨¢n no haya peleado una soluci¨®n que le permitiera aceptarlo. ?Por qu¨¦? ?Por falta de acuerdo dentro del gobierno? Ni siquiera sabemos si realmente el gobierno catal¨¢n prefer¨ªa que no se hiciera. Las oportunidades hay que discutirlas y asumirlas o no con criterios racionales, no por simple desidia. Por supuesto que el No era defendible, igual que el S¨ª. Lo que es incomprensible es dejarlo perder sin que sepamos si ha sido por convicci¨®n, por dejadez o por incompetencia.
Ahora mismo, Pere Aragon¨¨s se encuentra cabalgando sobre un gobierno de dos caballos y no parece que los dos tiren por el mismo camino. La pol¨ªtica entra en riesgo cuando surfea por encima de la realidad y pierde, con suma facilidad, el sentido de las prioridades. Porque la ciudadan¨ªa lo percibe y crece la desconfianza. A Aragon¨¨s no le ser¨¢ f¨¢cil conseguir que Junts per Catalunya vuelva al redil. Pero tiene dif¨ªcil la construcci¨®n de una alternativa, que ser¨ªa interpretada como el fin del proc¨¦s. ?Hasta cu¨¢ndo aguantar¨¢n las bases soberanistas el s¨®rdido espect¨¢culo de un gobierno roto por dentro? ?En qu¨¦ momento emerger¨¢ la insatisfacci¨®n de la ciudadan¨ªa ante tanta pol¨ªtica gestual e inefectiva para empezar a buscar v¨ªas m¨¢s transversales que rompan la din¨¢mica de los partidarios del bloqueo, los que, en cada lado, leen el problema en blanco o negro?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.