Catalu?a ampl¨ªa la red para abortar tras 11 a?os con vac¨ªos territoriales
El Departamento de Salud habilita un centro en Lleida desde el lunes para interrupciones quir¨²rgicas sin motivo m¨¦dico y prepara la acreditaci¨®n a otro en Terres de l¡¯Ebre.
![Aborto Catalu?a](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YHDQAYTHQJFI4EB5S255WRJHNY.jpg?auth=7de16e823e9e9c72ce961fa51e149a74db698a4ae73a767f4123e8cfbcce892e&width=414)
Catalu?a empieza a poner coto a las trabas geogr¨¢ficas e informativas para acceder a una interrupci¨®n voluntaria del embarazo (IVE). Despu¨¦s de 11 a?os de vac¨ªos territoriales, con comarcas enteras sin un lugar donde realizar IVE quir¨²rgicas sin causa m¨¦dica ¡ªla ley marca que, a petici¨®n de la mujer, se pueden hacer antes de la semana 14 de gestaci¨®n¡ª, el Departamento de Salud ha firmado un acuerdo con la cl¨ªnica Mi NovAlian?a de Lleida para que preste este servicio a cargo del sistema p¨²blico de salud y ha anunciado una campa?a de sensibilizaci¨®n para combatir el estigma que hay con esta prestaci¨®n. Pero falta camino por recorrer, admiten las voces consultadas. La inequidad territorial en el acceso al aborto todav¨ªa persiste en zonas como las Terres de l¡¯Ebre y los expertos denuncian la falta de formaci¨®n e informaci¨®n para responder a las peticiones de IVE.
Pese a que Catalu?a es una de las comunidades donde la red para abortar es m¨¢s amplia ¡ªen 2019, 76 centros, entre cl¨ªnicas privadas, hospitales p¨²blicos y las unidades de atenci¨®n a la salud sexual y reproductiva (ASSIR), reportaron alg¨²n aborto¡ª, la facilidad de acceso al sistema es desigual. La objeci¨®n de los m¨¦dicos, unida a una dispar red de centros concertados y la falta de infraestructura en el sistema p¨²blico para asumir todas las IVE son algunos de los motivos que alientan esa inequidad territorial desde que en 2010 entr¨® en vigor la ¨²ltima ley del aborto.
Por lo pronto, a partir de este lunes, las mujeres de Lleida que quieran someterse a una IVE quir¨²rgica sin causa m¨¦dica podr¨¢n hacerlo en su ¨¢rea de referencia, sin tener que desplazarse cientos de kil¨®metros en busca de una cl¨ªnica concertada donde se dispense esta prestaci¨®n. Y adem¨¢s, Salud ha asegurado que ¡°pr¨®ximamente¡± las mujeres de Terres de l¡¯Ebre tambi¨¦n dispondr¨¢n de un centro para IVE quir¨²rgicas, aunque no ha concretado la fecha exacta.
En 2019, ¨²ltimo a?o del que se tienen cifras, se realizaron en Catalu?a cerca de 23.000 IVE, un 4,4% m¨¢s que el a?o anterior. La inmensa mayor¨ªa (el 90%) se realizan a petici¨®n de la mujer y el m¨¦todo m¨¢s empleado es el farmacol¨®gico (47%), seguido de la intervenci¨®n quir¨²rgica de dilataci¨®n y aspiraci¨®n (45%), que consiste en extraer el contenido del ¨²tero.
La red de atenci¨®n primaria, a trav¨¦s de los ASSIR, se encarga de vehicular y ejecutar el grueso de las interrupciones farmacol¨®gicas, un m¨¦todo disponible en las nueve primeras semanas de gestaci¨®n. Los abortos quir¨²rgicos a petici¨®n de la mujer antes de la semana 14 o por riesgo para la madre, suelen derivarse a cl¨ªnicas privadas concertadas con el sistema p¨²blico y cuando se trata de abortos m¨¢s complejos y por motivos m¨¦dicos, como malformaciones fetales, acostumbran a asumirlos grandes hospitales p¨²blicos. Pero la distribuci¨®n territorial de los dispositivos de atenci¨®n y el acceso a los distintos m¨¦todos de IVE es desigual.
Jana (nombre ficticio) decidi¨® irse a Barcelona cuando se enter¨® con 20 a?os de que estaba embarazada y quiso abortar. Recorri¨® los 207 km que separan Pont de Suert (Alta Ribagor?a) de Barcelona en autob¨²s de la mano de su prima por el estigma, admite: ¡°Te jode la reputaci¨®n y todo el pueblo se ha enterado al d¨ªa siguiente¡±. M¨¢s tarde, sin embargo, se dio cuenta de que, aunque hubiera querido, le habr¨ªa sido imposible interrumpir su embarazo con el m¨¦todo quir¨²rgico en su comarca y hubiese tenido que desplazarse a Barcelona de todos modos. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Derechos Sexuales y Reproductivos, cada a?o unas 6.400 mujeres tienen que desplazarse a otra zona para poder someterse a una IVE.
En Barcelona, Jana comenz¨® un periplo por varios centros de la capital para conseguir abortar. Primero al Hospital Sant Pau, luego a un centro de salud, pero le dec¨ªan que ¡°no era lo suficientemente importante¡±, relata: ¡°Yo no quer¨ªa tener un ni?o con 20 a?os y me parec¨ªa algo que iba a pasar porque nadie me estaba atendiendo¡±. Al final, logr¨® cita en otro centro de salud alegando ¡°asuntos personales¡± y ah¨ª s¨ª empezaron a tramitarle la IVE. ¡°Cuando me dieron la pastilla no me dijeron nada. Fue un trato muy fr¨ªo, no me acompa?aron emocionalmente, como si fuera un n¨²mero m¨¢s¡±.
Precisamente, la falta de acompa?amiento en el circuito asistencial, se?ala S¨ªlvia Aldavert, coordinadora de la Asociaci¨®n de Derechos Sexuales y Reproductivos, es otro de los grandes obst¨¢culos que pone el sistema: ¡°No hay formaci¨®n, ya no solo en la pr¨¢ctica del aborto, sino tambi¨¦n en toda la parte informativa y de acompa?amiento¡±. Coincide Francisca Garc¨ªa, presidenta de la Asociaci¨®n de Cl¨ªnicas Acreditadas para la Interrupci¨®n del Embarazo, que denuncia la falta de formaci¨®n de los profesionales: ¡°El aborto provocado es una pr¨¢ctica estigmatizada¡±. Aldavert a?ade, adem¨¢s, que los tres d¨ªas de reflexi¨®n que exige la ley antes de practicar la IVE, los requisitos legales de que las menores de 16 y 17 a?os no puedan abortar sin tutela o que por encima de las 22 semanas de gestaci¨®n, el caso tenga que pasar por un comit¨¦ cl¨ªnico, alientan pr¨¢cticas de riesgo: ¡°Esto est¨¢ dejando al margen a una parte de la poblaci¨®n muy vulnerable, se las est¨¢ desprotegiendo y est¨¢ provocando que se produzcan abortos clandestinos¡±.
La objeci¨®n de los profesionales tambi¨¦n pesa en la inequidad de acceso a la prestaci¨®n. Seg¨²n Salud, el 44% de los m¨¦dicos catalanes son objetores de conciencia de la IVE. Toni Pay¨¤, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecolog¨ªa del Hospital del Mar se?ala que, en algunos casos, ¡°la objeci¨®n se ha llevado a las ¨²ltimas circunstancias¡±. ¡°En mi servicio solo hay una persona objetora y ya sabemos que esa persona no participar¨¢ en estos actos m¨¦dicos. El problema es cuando todo el servicio es objetor. Hay casos clar¨ªsimos, con malformaciones graves, donde sabes que el ni?o va a morir cuando nazca¡±, apunta.
Aldavert a?ade, no obstante, que en la objeci¨®n entran dos sectores muy distintos de profesionales. ¡°Por un lado, est¨¢ el tema ideol¨®gico y moral de algunos especialistas, pero luego hay una objeci¨®n m¨¢s impl¨ªcita, que tiene que ver con las condiciones absolutamente precarizadas de la atenci¨®n primaria sobre todo¡±, se?ala Aldavert. Estos ¨²ltimos no podr¨ªan asumir una atenci¨®n correcta para las mujeres que quieran abortar. Precisamente, admite Pay¨¤, los hospitales p¨²blicos no podr¨ªan asumir el volumen de actividad que suponen todas las IVE: ¡°La capacidad es finita y no se puede asumir todo. Tambi¨¦n tenemos que hacer intervenciones con un tiempo m¨¢ximo de espera garantizado, por ejemplo, y ya tenemos listas de espera. El sistema no da de s¨ª¡±.
Carencias en el circuito
Los expertos coinciden en que todav¨ªa hay muchas carencias en el acceso a la prestaci¨®n. Pay¨¤ abunda: ¡°El problema no es la ley, son los circuitos: d¨®nde va la paciente, qu¨¦ hace, la desinformaci¨®n¡±. Coincide Silvia Ar¨¦valo, jefa de Medicina Neonatal del Hospital Vall d¡¯Hebron de Barcelona: ¡°La ley est¨¢ clara, lo que hay es que cumplirla. No se puede dejar a las pacientes desatendidas¡±.
En esta l¨ªnea, el Departamento de Igualdad y Feminismos ha anunciado la puesta en marcha de una Estrategia Nacional de Derechos Sexuales y Reproductivos para atajar las trabas en esta prestaci¨®n. ¡°Se prev¨¦ garantizar la equidad territorial en la IVE en los hospitales de referencia de todas las regiones sanitarias y eliminar las barreras vinculadas a la situaci¨®n administrativa¡±, indica la secretaria de Feminismos, Montserrat Pineda. Igualdad tambi¨¦n ha anunciado que reforzar¨¢ la sensibilizaci¨®n e informaci¨®n poblacional ¡°para erradicar mitos y falsas creencias sobre el aborto alimentados por movimientos fundamentalistas¡± contra el aborto.
La medicina, por su parte, tambi¨¦n pondr¨¢ su grano de arena. Oriol Porta, presidente de la Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecolog¨ªa de la Academia de Ciencias M¨¦dicas de Catalu?a, asegura que se est¨¢ desarrollando una modificaci¨®n del protocolo que consiste en ampliar las indicaciones de tratamiento farmacol¨®gico, un m¨¦todo m¨¢s accesible a trav¨¦s de la red de atenci¨®n primaria: ¡°Lo que podamos hacer con un medicamento, no lo hagamos quir¨²rgicamente, porque as¨ª ahorramos riesgos, una invasi¨®n, la anestesia, el quir¨®fano¡±. En Catalu?a, seg¨²n los datos de 2019, el m¨¦todo farmacol¨®gico es el mayoritario por segundo a?o consecutivo y se practica, en el 76% de los casos, en la atenci¨®n primaria a trav¨¦s de los centros de atenci¨®n a la salud sexual y reproductiva (ASSIR). Una encuesta de la Asociaci¨®n de Cl¨ªnicas Acreditadas para Interrupciones del Embarazo realizada a m¨¢s de un millar de mujeres se?ala, no obstante, que el 78% de las consultadas opta por el m¨¦todo quir¨²rgico porque era m¨¢s ¡°r¨¢pido, seguro y menos doloroso¡±.
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