Las cocinas fantasma de Barcelona, sin normativa a medio a?o de que acabe la suspensi¨®n de licencias
Los vecinos de los locales donde se constru¨ªan reclaman al gobierno de Colau una reglamentaci¨®n que impida su reapertura
Barcelona paraliz¨® el pasado marzo ¡ªgracias a la suspensi¨®n temporal de concesiones y licencias de establecimientos de platos preparados con obrador y cocinas industriales¡ª la apertura de las llamadas cocinas fantasma, que preparan platos a domicilio. Locales con decenas de cocinas donde se prepara la comida que recogen repartidores. El modelo de negocio no gusta al Consistorio y asusta a los vecinos de estas instalaciones, que vaticinan una convivencia con ruidos, olores y el traj¨ªn de repartidores las 24 horas. La suspensi¨®n solo dura un a?o y el equipo de gobierno prepara una nueva normativa de la que nada saben ni vecinos ni partidos de la oposici¨®n. ¡°Estamos aterrorizados porque el 25 de marzo podr¨ªan abrir las cocinas y no sabemos absolutamente nada¡±, lamenta Lydia Leiva una de las vecinas.
La alarma salt¨® a principios de a?o cuando los vecinos de la calle Felipe de Paz del barrio de las Corts descubrieron que una nave de 1.400 metros cuadrados se estaba acondicionando para albergar 40 cocinas. Saltaron las alarmas y los vecinos se pusieron en contacto con el Consistorio. Los t¨¦cnicos del Ayuntamiento revisaron los expedientes y pudieron paralizar la obra ampar¨¢ndose en que los promotores se hab¨ªan excedido en la edificabilidad. ¡°Estuvimos a cinco d¨ªas de que se pusiera en funcionamiento. Hoy esa nave est¨¢ perfectamente equipada para comenzar a cocinar¡±, remarca Leiva.
Fuentes del sector defienden que con pocas macrococinas de este tipo repartidas por la capital catalana se abastecer¨ªa, con repartidores (conocidos como riders), gran parte de los pedidos de comida a domicilio en Barcelona. A finales de febrero, los vecinos del 202 de la calle Puigcerd¨¤ en el distrito de Sant Mart¨ª, comenzaron a ver como decenas de operarios acced¨ªan a una antigua carpinter¨ªa cerrada. Fueron precisamente los obreros los que desayunando en un bar cercano confesaron que estaban construyendo una cocina fantasma. El vecindario se moviliz¨®. ¡°Nos plant¨¢bamos todos en la calle, daba igual que fu¨¦ramos j¨®venes o ancianos, pero no les dej¨¢bamos trabajar y hac¨ªamos caceroladas continuamente¡±, recuerda Ver¨®nica Soto, tambi¨¦n vecina de la calle.
Ambos proyectos est¨¢n parados por la suspensi¨®n, que acaba en marzo. El Ayuntamiento asegur¨® ayer a EL PA?S que sigue analizando estas actividades antes de regularla y defendi¨® la suspensi¨®n para no crear ¡°descontrol¡±.
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