Las contradicciones del PSOE con la carne de las macrogranjas
Ministros socialistas y presidentes auton¨®micos han arremetido contra el ministro Alberto Garz¨®n por criticar este modelo, cuando sus gobiernos preparan normativas que las limitan
Cualquiera que se preocupe por la calidad de lo que come sabe que un pollo de corral alimentado con pienso y al aire libre es mucho m¨¢s sabroso y de mayor calidad nutritiva que un pollo criado de forma acelerada en una granja saturada de animales y que nunca ha picoteado un gusano. Sabe tambi¨¦n que hay una gran diferencia entre el jam¨®n de un cerdo que se alimenta de bellotas en una dehesa y el de un animal engordado con piensos y sin apenas espacio en una macrogranja. Es decir que la forma de criar los animales no solo tiene efectos sobre la calidad de la carne sino sobre el medio ambiente y, en ocasiones, tambi¨¦n sobre la salud pues es bien sabido que en las explotaciones intensivas se utilizan antibi¨®ticos de forma preventiva para evitar infecciones y ese es uno de los factores que m¨¢s contribuye a la aparici¨®n de bacterias resistentes.
Hay grandes diferencias entre la ganader¨ªa extensiva que practican todav¨ªa la mayor parte de los peque?os productores de carne de la Espa?a rural y la ganader¨ªa intensiva, formada por grandes explotaciones capaces de criar miles de cabezas de ganado en tiempos cada vez m¨¢s cortos. Esto es exactamente lo que explic¨® el ministro de Consumo Alberto Garz¨®n en una entrevista publicada a finales de diciembre en el diario brit¨¢nico The Guardian. Nada nuevo en el debate alimentario. Pero la pol¨ªtica espa?ola est¨¢ tan envenenada que es posible convertir unas declaraciones sobre un hecho tan elemental y conocido en munici¨®n de una guerra pol¨ªtica. Las cr¨ªticas que el ministro hizo al modelo de las macrogranjas, convenientemente tergiversadas, han sido utilizadas por el PP para pedir su dimisi¨®n acus¨¢ndole de atacar a los ganaderos y hacer propaganda negativa de la producci¨®n c¨¢rnica espa?ola.
Pero la verdad es siempre la verdad, la diga Agamen¨®n o su porquero, y criticar el modelo de las macrogranjas porque da?an el medio ambiente y producen carne de peor calidad no es atacar a todos los ganaderos, y menos a¨²n a las peque?as explotaciones familiares que siguen el modelo tradicional de la ganader¨ªa extensiva y que cada vez tienen m¨¢s dificultades para sobrevivir. Nada tienen que ver estas explotaciones con la ganader¨ªa industrial impulsada por inversores que concentran cada vez mayor cuota de producci¨®n de carne y cuya posici¨®n de dominio les permite imponer unos precios que arruinan a los peque?os ganaderos.
Que el PP recurra a la magnificaci¨®n de un bulo para atacar a sus adversarios es algo a lo que estamos acostumbrados. Lo sorprendente en este caso es la facilidad con la que algunos dirigentes del PSOE han secundado la campa?a del PP contra Garz¨®n. Algunos de sus presidentes auton¨®micos han criticado con sa?a al ministro demostrado de nuevo un seguidismo t¨¢ctico del PP cuando se afectan determinados intereses econ¨®micos. Quiz¨¢ sea que al partido socialista le est¨¢n saliendo m¨¢s almas de las que ya ten¨ªa. Para distanciarse de Garz¨®n, la portavoz del Gobierno ha recurrido a la incongruencia de que el ministro hablaba a t¨ªtulo personal, algo que solo se explica por un c¨¢lculo electoral, porque esta pol¨¦mica se entiende mejor si se enmarca en el contexto de la convocatoria de elecciones en Castilla-Le¨®n.
Especialmente beligerante ha sido el presidente de Arag¨®n, Javier Lamb¨¢n, quien ha llegado a decir que ¡°estas desgraciadas e insensatas declaraciones son una agresi¨®n directa a una parte importante de la econom¨ªa aragonesa¡±. Esa parte no incluye desde luego las explotaciones ganaderas del Pirineo, sino a las macrogranjas que, huyendo de la normativa ambiental m¨¢s estricta y la moratoria decretada en Catalu?a, donde siete de cada diez acu¨ªferos est¨¢n contaminados por nitratos de las granjas, se han refugiado en Arag¨®n. Prescind¨ªa Lamb¨¢n de que su propio gobierno prepara una normativa que limita el tama?o de las explotaciones ante la dificultad de gestionar los residuos.
Tambi¨¦n han sorprendido las cr¨ªticas del presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano Garc¨ªa Page, que ha atacado al ministro por decir lo mismo que ¨¦l dijo hace solo unas semanas al anunciar una moratoria en la instalaci¨®n de macrogranjas de cerdos, mientras ped¨ªa una regulaci¨®n a nivel nacional. El propio Ministerio de Agricultura prepara un decreto para limitar el n¨²mero de animales en las granjas de bovino, despu¨¦s de regular las de porcino y de aves. Eso es lo que ped¨ªan justamente los peque?os agricultores y las organizaciones ecologistas. Y lo que promueve la Uni¨®n Europea, que en diciembre denunci¨® a Espa?a por no controlar la contaminaci¨®n por nitratos. Adem¨¢s de crear graves problemas ambientales, el modelo de las macrogranjas no representa una soluci¨®n para la despoblaci¨®n del mundo rural. M¨¢s bien al contrario, resultan incompatibles con otras formas de desarrollo econ¨®mico, como el turismo rural. Pero cada vez que se tocan los intereses del lobby de la industria c¨¢rnica, como cuando se tocan los del sector el¨¦ctrico, el PSOE duda y empieza a caminar con el pie cambiado.
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